El conflicto salarial vuelve a golpear a las Universidades en el comienzo del Ciclo Lectivo 2025. A los desencuentros entre el Gobierno y los gremios universarios por la falta de respuestas, ahora se le suma una denuncia que golpea duramente el bolsillo de les trabajadores.
Durante 2024, los docentes y no docentes sufrieron una fuerte pérdida del poder adquisitivo debido a la inflación. Sin ir más lejos, en enero pasado, el Gobierno les otorgó un aumento mínimo del 1,5% y en febrero solo del 1,2%, porcentajes que los sindicatos consideran insuficientes frente al aumento del costo de vida y los bolsillos cada vez más «flacos».
A esto se suma la falta de negociación salarial, lo que ha generado un fuerte malestar en el sector. Como consecuencia, el Frente Sindical de Universidades Nacionales determinó un paro nacional de 48 horas para los días 17 y 18 de marzo, a horas de un nuevo comienzo de ciclo.
Presupuesto congelado y riesgo para las universidades
El reclamo de las Universidades no se limita a la cuestión salarial. Desde las federaciones sindicales advierten que las entidades educativas superiores enfrentan un grave problema presupuestario, ya que el Gobierno aún no ha definido un aumento en los fondos asignados.
El Presupuesto 2023 fue reconducido sin actualización desde entonces, lo que pone en riesgo el funcionamiento normal de las instituciones, el pago de servicios básicos y el financiamiento de programas de investigación y becas estudiantiles.
En respuesta, diversos gremios de docentes y no docentes han confirmado su adhesión a la medida de fuerza. La CONADU y la CONADU Histórica, dos de las federaciones más representativas del sector, ratificaron la huelga, al igual que asociaciones como la ATUNPA (Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral), que se sumará a la protesta con un fuerte respaldo de sus afiliados.
Como parte de las acciones de lucha, el miércoles 19 de marzo realizarán una marcha en la que los gremios universitarios se sumarán a los jubilados y a otros sectores afectados por las políticas de ajuste del Gobierno de Javier Milei. Una vez más, la protesta busca visibilizar el impacto de las decisiones gubernamentales sobre la educación pública y la calidad de vida de los trabajadores.
La situación en La Plata: un frente gremial unificado
En La Plata, el Frente Gremial Universitario, integrado por la Asociación de Docentes de la UNLP (ADULP), la Asociación de Trabajadores de la UNLP (ATULP) y la Federación Universitaria de La Plata (FULP), ha intensificado su actividad en torno al paro.
Los sindicatos platenses advierten que las restricciones presupuestarias afectan directamente el normal desarrollo de la vida académica. Las federaciones sindicales de la ciudad, junto con otras que competen a nivel nacional, han señalado que, de no haber respuestas concretas por parte del Gobierno, se evaluará la posibilidad de nuevas medidas de fuerza.
Como primera punta, analizan la posibilidad de extender los paros o implementar acciones progresivas en las próximas semanas si no se establece una instancia de diálogo con la Subsecretaría de Políticas Universitarias.
Impacto en el inicio del ciclo lectivo
El paro de 48 horas se da en un momento clave, cuando muchas universidades están iniciando su Ciclo Lectivo 2025. La interrupción de actividades académicas pone en evidencia el deterioro de las condiciones de trabajo y el malestar creciente entre docentes y no docentes, que ven cada vez más complicado sostener sus actividades con salarios congelados y recursos insuficientes.
Las demandas centrales del sector universitario incluyen un incremento salarial acorde a la inflación y la actualización del presupuesto universitario. La falta de estos ajustes no solo impacta en los trabajadores, sino también en los estudiantes, quienes enfrentan problemas como la reducción de becas, la falta de insumos en laboratorios y la caída de proyectos de extensión e investigación.
El sector universitario ha dejado en claro que la medida de fuerza es solo un primer paso en un plan de lucha que podría intensificarse si no hay respuestas. La falta de negociación con el Gobierno y la crisis económica generan un escenario de incertidumbre para docentes, no docentes y estudiantes en todo el país.