La Corte Suprema de Justicia tiene la necesidad de cubrir dos vacantes. La primera surgió en noviembre de 2021, cuando Elena Highton de Nolasco alcanzó la edad de retiro de 75 años. La segunda se produjo a finales de 2024, tras la jubilación de Juan Carlos Maqueda, quien también llegó al límite de edad establecido por la Constitución Nacional.
Uno de los nombres que hace casi un año el Gobierno eligió, junto al de Ariel Lijo, para ocupar estas vacantes es el de Manuel García Mansilla. Nacido el 6 de mayo de 1970 en San Carlos de Bariloche, García Mansilla, de 54 años, comenzó su carrera como abogado en 1996, tras graduarse de la Universidad Austral.
Esa casa de esudios, que contó con el impulso económico del fallecido magnate Gregorio Pérez Companc para su creación está estrechamente vinculada a “la Obra”, como se conoce a esta congregación religiosa ultraconservadora, creada por el obispo español José María Escrivá de Balaguer en la década de 1930.
La propia definición la otorga la propia Universidad en su sitio web.
“Los valores de la Universidad Austral se desprenden de la visión cristiana de la cultura y del mundo, que incluye: la dignidad de cada persona, su desarrollo integral, el respeto a la vida, la importancia de la familia, la justa igualdad de todos, la ayuda a los más necesitados, la consideración de los principios éticos en el trabajo profesional, la primacía de la caridad, la libertad y la paz”, señala en su presentación.
Y agrega que “para asegurar esta orientación cristiana, la Prelatura del Opus Dei brinda su asistencia a la Universidad. La comunidad educativa –integrada por el claustro de profesores, directivos, personal no docente, alumnos y graduados– promueve, comparte, o al menos respeta, los valores propios del quehacer educativo que responde a su misión”.
En 1997, García-Mansilla se incorporó al mayor estudio de abogados del país, Marval, O’Farrell y Mairal, donde trabajó hasta 2005 en el departamento de derecho público. Simultáneamente, obtuvo una maestría y se especializó en Derecho Constitucional estadounidense.
Su trayectoria profesional lo llevó luego a la industria del gas y el petróleo, uniéndose al estudio de Horacio Liendo, conocido por su rol jurídico durante la gestión económica de Domingo Cavallo en la presidencia de Carlos Menem. García Mansilla permaneció allí entre 2010 y 2014.
En 2019, asumió el cargo de Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, consolidando su perfil académico y profesional.
El camino de García-Mansilla a la Corte Suprema
El año pasado, durante una consulta en el Senado sobre la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), García-Mansilla afirmó que la normativa vigente debe cumplirse. Sin embargo, generó dudas al sugerir que dicha norma podría no ser compatible con tratados internacionales como la “Convención sobre los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la ONU” y la “Convención Interamericana de Derechos Humanos”.
De hecho, cuando García-Mansilla obtuvo su doctorado en esa universidad, institución de la que también proviene Carlos Rosenkrantz, vicepresidente de la Corte Suprema, el posible colega de tribunal fue uno de los miembros del jurado evaluador.
En su currículum se destaca su especialización en “Derecho Constitucional, Oil & Gas y Derecho Empresario”. Además, acumula posgrados, maestrías y trabajos sobre la Constitución, la exploración y producción de hidrocarburos, y el “Litigio estratégico ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos”.
García-Mansilla fue asesor y partició en licitaciones de áreas provinciales de hidrocarburos, así como en asuntos relacionados con el derecho público, el derecho de la energía y el derecho comercial para empresas locales e internacionales. Su vínculo con el sector es tan estrecho que, en 2016, defendió el “tarifazo” durante la gestión de Mauricio Macri en una audiencia pública.
En 2015, García-Mansilla respaldó, desde el punto de vista constitucional, la designación por decreto de Horacio Rosatti, actual presidente de la Corte, y de Rosenkrantz como ministros del Tribunal Supremo. También fue crítico del proceso de juicio político contra los jueces de la Corte Suprema que intentó el kirchnerismo en la Cámara de Diputados el año pasado.
García-Mansilla se declara un ferviente defensor de la “independencia de los poderes de la Constitución”. Su tesis doctoral abordó la independencia de los jueces y la condición del magistrado como último intérprete de la ley.
Una ley que está vigente. Tanto como la idea que la suma del poder público en personas elegidas indirectamente, terminan socavando la calidad de la democracia.