El ámbito deportivo en Argentina es uno de lo más enriquecedores a lo largo y ancho del país y muchos agentes externos lo saben. En ese sentido, este jueves arribó a la tierra de los Campeones del Mundo el dueño principal del Inter Miami, Jorge Mas Santos. El empresario cubano-americano de 59 años mantuvo encuentros con funcionarios del Gobierno Nacional con el fin de concretar novedosas inversiones tanto en el fútbol como otras áreas.
El oriundo de la ciudad que disfruta a Lionel Messi ostenta una fortuna de 2 mil millones de dólares. Junto a su hermano, José Mas, son propietarios de Mas Tec, una empresa multinacional de construcción; mientras que, también mantiene diversos negocios en el mundo petrolero. El importante legado financiero de la familia proviene de su padre, quien arraiga una más que llamativa historia.
Un gusto culposo
Mas Santos se juntó con diferentes protagonistas políticos de Argentina con el objetivo de analizar ciertas inversiones en más de un ámbito local. Algunas de sus reuniones fueron con Federico Sturzenegger, Ministro de Desregulación, y con la diputada Juliana Santillán. Además, hizo lo propio con Daniel Scioli, Secretario de Deportes, y los representantes de la empresa Foster Gillett, quienes vienen de negociar con Estudiantes, Vélez y River.
Pese a que el abanico de posibilidades es amplio, el estadounidense es un gran fanático del fútbol, algo que quedó reflejado desde 2018. En aquel año saltó a escena dentro del mundo deportivo tras asociarse al grupo propietario del club de Miami, donde también se encuentra el inglés David Beckham. De hecho, en 2021 adquirió la institución, la cual hasta ese momento era propiedad mayoritaria de la telefónica Sprint, y se convirtió en el director ejecutivo de la entidad.
Bajo ese esquema, el 90% de las acciones pertenecen al empresario; mientras que, el resto al ex mediocampista. Asimismo, Mas Santos también posee cierta participación en el club Botafogo de Brasil y es presidente del Real Zaragoza de España, club de la segunda división ibérica. Desde su incursión en el Inter Miami siempre tuvo el sueño de contratar a Messi cuando finalizara su contrato con el Paris Saint-Germain, deseo que volvió realidad en 2023.
Una herencia muy lucrativa
La compañía Mas Tec, cuyo presidente es Jorge Mas, fue fundada por su progenitor, el cubano Jorge Mas Canosa, y sus principales focos son la construcción y la infraestructura. Dentro de sus capacidades, la empresa también brinda asistencia de instalación, mantenimiento energético de servicios públicos y comunicaciones. Su origen proviene de la unión de Church & Tower y Burnup & Sims, dos corporaciones del sureste estadounidense vinculadas a la actividad administrativa.
Gracias a que Canosa compró la primera del par de entidades en 1971, logró que en tiempos modernos su familia sea una de las más acaudaladas de Miami. En tanto, Jorge Más, quien también es presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), construyó una destacada trayectoria en los negocios. De hecho, fue catalogado como uno de los 100 hispanos más influyentes del país norteamericano por sus ambiciosos proyectos.
Sus inicios lo posicionaron en la construcción, donde cavaba zanjas y colocaba cables de telecomunicaciones. En un giro del destino poco agraciado, el devastador paso del huracán Andrew en 1992 permitió que la empresa crezca ante tanta demanda. Sin embargo, en 1996 tuvo un lúgubre episodio al comprar Síntel, una filial de Telefónica cuando César Alierta era el mandatario, al quedar bajo investigación por anticorrupción.
Más allá de la situación legal, todo quedó resuelto de manera extrajudicial con un pago de 35 millones de euros a los ex trabajadores y proveedores. El transcurso del tiempo encaminó la posibilidad de que Mas Tec amplíe su catálogo de servicios por sobre la ingeniería de construcción e infraestructura. Su expansión adjuntó sistemas de distribución de petróleo y gas, trasmisión de electricidad y megasistemas de comunicaciones inalámbricas.
Con Jorge Más establecido como ejecutivo principal, la empresa se hizo pública en la Bolsa de Nueva York, donde sus números subieron de forma exponencial. Un año después se transformó en la primera compañía hispana con ingresos superiores a los 1.000 millones de dólares. Incluso, en 2021 generó 7.779 millones de la divisa estadounidense con más de 18.000 empleados en el país. Además, figura en la lista Fortune 500 de las empresas más grandes cotizadas en bolsa en Estados Unidos.
Un hijo de la revolución
El dueño del Inter Miami disfruta a todo vapor de la fortuna que heredó de su padre pero el pasado no siempre brilló como oro. Jorge Mas Canosa encabezó una familia anticastrista que se fortaleció tras el exilio en la ciudad del estado de Florida. A su vez, durante décadas representó al activista más combativo e irreductible del régimen, contra Fidel Castro, como la gran figura de la diáspora cubana.
Bajo la misma profesión de empresario, Canosa conspiró mucho tiempo en La Habana y buscó alianzas en Washington para derrocar el gobierno de su país. Los negocios fueron su salvavidas económico para construir su enorme fortuna que sus hijos continuaron con mucho éxito. De hecho, Jorge Mas mantiene latente la ideología anticastrista de su padre dentro de la FNCA con el mismo objetivo desde el exilio, por la Revolución en 1959, contra el comunismo.
En más de una ocasión Canosa se identificó como un patriota luchador desde los 17 años, primero ante el gobierno de Fulgencio Batista y luego frente a Castro. Para 1957 fue enviado a Estados Unidos para comenzar sus estudios de derecho durante el inicio de la revolución. No obstante, en enero de 1959, y a una semana del triunfo de Castro, pegó la vuelta a Cuba. En junio de ese año fue detenido por la policía bajo sospecha de actividades contrarrevolucionarias.
Sin pruebas sólidas fue liberado y encaminó su exilio a suelo estadounidense, donde Miami fue su parada para comenzar con su nueva vida. Desde entonces trabajó como lavaplatos, estibador, vendedor de leche y calzado, mientras recaudaba capital para grupos anticastristas. Incluso, antes de su inserción en esos cúmulos contra el comunismo, fue partidario de la fracasada invasión de bahía de los Cochinos.
La caída del proyecto por varios aspectos fue fundamental en su reinvención ya que vivió siempre del destierro. Con el tiempo fue nombrado gerente de sucursal de la compañía que luego sería Church & Tower, la que compró en 1971 con la ayuda de un préstamo de 50.000 dólares. En la década de los ’80 catapultó su posición política al crear la FNCA, la cual dirigió hasta su muerte en 1997 y con la que obtuvo influencia en el gobierno y el Congreso.
Una ideología atemporal
A pesar de que la modernidad no visualiza la lucha que tuvo Canosa en su tiempo, sus grandes logros se basaron en la influencia que generó en personas poderosas. Un ejemplo de ello fue la gran amistad y respaldo que obtuvo del ex presidente estadounidense Ronald Reagan. Además, esos famosos contactos le permitieron juntar fondos para establecer la Radio Martí, estación financiada por Estados Unidos por difundir “noticias no controladas” en Cuba.
No obstante, sus maniobras lo posicionaron como el principal blanco del gobierno de La Habana por ser el líder anticastrista. Incluso, pasó a ser considerado por muchos exiliados como “candidato a la presidencia de una Cuba democrática”. De todos modos, la aparición de las nuevas generaciones provocó una división interna en el exilio cubano a Miami entre el extremismo y la moderación.
Asimismo, se abrió el paso a nuevas voces desde la misma isla caribeña, donde la visualización general abarcaba la lucha contra la represión con testimonios en primera persona. Por su parte, el conglomerado de exiliados cubanos en Europa también forjó su propia importancia con estrategias civiles para garantizar el apoyo de las principales capitales de aquel territorio. Todo lo que entregó Canosa fue para ayudar a sus colegas activistas a favor de la democratización de Cuba, objetivo que se mantuvo tras su partida.