Este sábado se llevó a cabo la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista, en respuesta al violento discurso del presidente Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos. En Buenos Aires, la movilización comenzó a las 16 en el Congreso y se dirigió hacia Plaza de Mayo.
La convocatoria, impulsada por organizaciones LGBTIQ+, feministas y de derechos humanos, contó con una fuerte participación de sectores sindicales y políticos de la oposición. Según los organizadores, alrededor de dos millones de personas se movilizaron en todo el país, y también hubo adhesiones en distintas partes del mundo.
A diferencia de las tradicionales Marchas del Orgullo, esta movilización tuvo como eje central la denuncia contra el avance de los discursos de odio y la preocupación por el recorte de derechos. “Al clóset nunca más” fue una de las consignas más repetidas, junto a carteles y pancartas en contra del Gobierno, que exigían la continuidad de la Educación Sexual Integral (ESI), el acceso a la salud y el fin de los recortes presupuestarios en materia de género.
También se reclamó por la Ley de Reparación Histórica Travesti-Trans, junto a otras consignas como: “Al fascismo nunca más. Basta con la motosierra: no a los discursos de odio”, “Cansados pero jamás derrotados”, “La Argentina nunca será fascista”, “Mi placer no mata, tu fascismo sí” y “La ESI previene abusos en la infancia”.
Además, en el marco del ajuste y las medidas contra jubilados, otros carteles señalaban consignas como: “Por jubilaciones y pensiones dignas”, “Basta de ajuste” y “Milei, pedí turno en el Bonaparte”, en referencia al hospital de salud mental intervenido por el Gobierno.
Un gobierno que niega y ataca
Desde el inicio de su mandato, Milei consolidó su discurso sobre la base de la confrontación y el desprecio hacia sectores históricamente postergados. Sus declaraciones en Davos no fueron una excepción: en vez de centrarse en la crisis económica o atraer inversiones, el presidente dedicó gran parte de su intervención a atacar movimientos feministas y de diversidad, alineándose con los sectores ultraconservadores del mundo que celebran su retórica.
Durante la Marcha del Orgullo, lejos de reconocer la movilización, el gobierno desestimó su impacto y optó por el silencio. Mientras tanto, en redes sociales, sectores oficialistas intentaron minimizar la protesta impulsando la consigna “Milei tenía razón”. Sin embargo, en las calles, la masividad de la convocatoria mostró que el rechazo social a los discursos de odio y las políticas antiderechos sigue creciendo.
Una marcha que traspasó fronteras
El repudio a las declaraciones del mandatario no se limitó a Argentina. En ciudades de Europa y América se realizaron manifestaciones en apoyo a la comunidad LGBTI+ argentina. En Nueva York, argentinos residentes en el Estado se sumaron a la protesta, mientras que en América Latina hubo movilizaciones en Chile, Uruguay, Brasil, México y El Salvador.
En Europa, las protestas se extendieron desde Madrid y Barcelona, con reclamos frente al Consulado Argentino y en el Paseo de Gracia. En Londres, se levantaron banderas argentinas y del colectivo LGBTIQ+ en Piccadilly. También hubo movilizaciones en Lisboa, Roma, Viena y París, donde se cantó “Como La Cigarra” en homenaje a María Elena Walsh.
Las polémicas declaraciones de Milei en Davos
La Marcha del Orgullo se desarrolló en un contexto marcado por los discursos de odio del oficialismo, que intensifican el ataque a los derechos adquiridos por sectores históricamente marginados. Durante su intervención en Davos, Milei calificó al feminismo como una “distorsión del concepto de igualdad” y lo acusó de esconder una “búsqueda de privilegios”.
Además, se pronunció sobre el aborto, tildándolo de ser parte de una “agenda sanguinaria y asesina”, y afirmó que, “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil; son pedófilos”. También negó la existencia de la brecha salarial de género y cuestionó: “Si uno mata a la mujer, se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima”.
A esto se suman las declaraciones del ministro de Justicia argentino Mariano Cúneo Libarona quien, en sintonía con el mandatario, anunció que el Gobierno eliminará la figura del feminicidio del Código Penal porque implica “una distorsión del concepto de igualdad”, reiterando así el mensaje del presidente en Davos.