Este jueves llega a las salas nacionales «Compañera perfecta«, el debut cinematográfico de Drew Hancock. Un ambicioso intento de fusionar el thriller psicológico y el romance más una cuota de ciencia ficción.
Con un elenco talentoso y una premisa interesante, la película promete más de lo que entrega. Warner Bros y New Line Cinema, en su afán por recrear el éxito de películas como «The Notebook«, terminan entregando un producto que se centra más en la crítica social y lo superficial.
La historia comienza con un encuentro incómodo entre Josh e Iris en un supermercado, que rápidamente se convierte en una relación aparentemente perfecta. Sin embargo, durante un viaje con amigos a una casa en el lago, la verdad sobre Iris sale a la luz. Ella no es humana, sino un robot sexual diseñado para satisfacer las necesidades de Josh.
Programada para ser la pareja ideal, aunque con una inquietante salvedad. Decidieron hacerla menos inteligente para no incomodar a su propietario, un detalle que resulta tan revelador como perturbador sobre nuestra sociedad contemporánea.
Este giro en un principio parece explorar de manera contundente temas como la intimidad, la identidad y la ética de la inteligencia artificial, pero en realidad su trama no logra ser veraz.
Ya que lo que sigue es una serie de momentos violentos y más giros en la historia, que de seguro mantienen atento al espectador, pero resultan muy forzados y muy superficiales, en la manera de abordarlos.
Buena dirección y actuaciones protagónicas
En su debut como director, Drew Hancock demuestra cierta habilidad para crear atmósferas tensas y momentos impactantes en lo visual. Sin embargo, su dirección no resulta tan audaz para crear una película para el recuerdo. La historia por momentos pierde su eje, con escenas algo lentas que pueden aburrir a más de una en la platea.
Sus intentos de abordar temas como la soledad moderna, la cosificación y la búsqueda del amor ideal dejan a los espectadores con un sabor de boca a poco, donde reina la superficialidad.
Además de momentos que parecen ser claves pero mal armados, como la revelación de Iris sobre su verdadera naturaleza o su posterior rebelión contra su programación, se sienten forzados y carecen de la tensión dramática necesaria.
El clímax incluye una escena en la que Iris hackea su propio software, roza lo absurdo sin llegar a ser lo suficientemente ingenioso como para justificar su inverosimilitud. Sophie Thatcher brilla como Iris, ya que su una actuación está llena de matices, lo que permite que la actriz trasmita la dualidad neta de su personaje.
Por un lado, la perfección robótica, y por el otro, una creciente conciencia de sí misma. Jack Quaid, como Josh, también hace un buen trabajo, aunque su personaje a menudo cae en estereotipos del hombre inseguro y egoísta.
El resto del elenco, incluyendo a Lukas Gage, Megan Suri y Rupert Friend, suman actuaciones naturales pero que no logran destacar en una historia que no les da mucho espacio para desarrollarse.
La fotografía de Eli Born es uno de los puntos fuertes de la película, con planos compuestos al detalle y un uso efectivo de la luz y el color, logra crear una atmósfera inquietante. La banda sonora de Hrishikesh Hirway complementa bien la trama, aunque a veces se siente demasiado sencilla para una película que pretende ser impactante.
«Compañera perfecta» y un cierre reflexivo
“Compañera Perfecta” es una película que, a pesar de sus buenas intenciones, no logra cumplir con las expectativas que genera. Su prometedor inicio y su buen elenco no son suficientes para compensar una historia confusa y donde falta emoción.
Aunque tiene momentos que resaltan y hasta son divertidos, todo queda a merced de las buenas actuaciones de la pareja protagónica, ya que la película no logra enganchar del todo al público.
En un momento en el que el cine de ciencia ficción y thriller está en auge, esta propuesta se siente como una oportunidad perdida. Es una película que podría haber sido mucho más, pero que finalmente se queda en la superficie de lo que promete. Si bien puede ser divertida y hasta terrorífica para algunos espectadores, es poco probable que la recomienden a sus amigos.