El Gobierno nacional oficializó un drástico recorte en las investigaciones científicas mediante la Resolución 10/2025, publicada este 9 de enero en el Boletín Oficial. La medida elimina proyectos que no estén alineados con el Plan Estratégico 2024-2025, priorizando áreas como agroindustria, minería y economía del conocimiento.
Entre los programas afectados se encuentran los relacionados con el cambio climático y las ciencias sociales, considerados “no estratégicos” por la gestión de La Libertad Avanza. La decisión, que busca “reducir costos y optimizar recursos”, generó un fuerte repudio de sectores académicos y científicos, los cuales advierten sobre el impacto negativo en la soberanía del conocimiento y el abordaje de problemáticas globales.
Dicha resolución redefine las prioridades científicas del país, dejando fuera temas clave como el calentamiento global y las ciencias sociales. Las críticas del sector académico apuntan a un grave retroceso en las políticas de conocimiento y desarrollo sostenible.
Impacto en el sector académico
Organizaciones científicas como la Federación de Docentes Universitarios (FEDUN) y la Federación Latinoamericana de Trabajadores Científicos (FEDLATCI) expresaron su rechazo. En un comunicado conjunto, advirtieron que “la eliminación de investigaciones en ciencias sociales y cambio climático representa un ataque directo al avance del conocimiento y un grave retroceso en las políticas públicas orientadas al desarrollo sostenible”.
El recorte, además, no solo afecta el abordaje de problemáticas esenciales, sino que también pone en riesgo la estabilidad laboral de cientos de investigadoras e investigadores de todo el país. Según los sindicatos, esta decisión compromete el desarrollo de carreras científicas y tecnológicas, pilares de la soberanía nacional.
😮Repudio a la Resolución 10/2025, publicada en el Boletín Oficial de hoy, que plantea la eliminación de las investigaciones científicas relacionadas con las ciencias sociales, el ambiente y el calentamiento global entre otras👇 pic.twitter.com/qcamDeXb3I
— Nora Bär (@norabar) January 9, 2025
Ciencia al servicio del “desarrollo estratégico”
De esta forma, el gobierno establece que las investigaciones deberán demostrar su correlación directa con el Plan Estratégico definido por la Jefatura de Ministros. Este plan prioriza temáticas vinculadas a sectores como agroindustria, energía, minería, innovación en salud y economía del conocimiento. Según el documento, los proyectos que no cumplan con estas prioridades serán eliminados o sometidos a revisión. Además, los programas con menos del 30% de ejecución quedan automáticamente cancelados, independientemente de su impacto social o ambiental.
Como se mencionó, entre las áreas más perjudicadas están las investigaciones en cambio climático y ciencias sociales, que fueron relegadas a un segundo plano. Esto ocurre en un contexto global donde las olas de calor extremo, incendios y otros desastres naturales exigen respuestas científicas urgentes.
Negacionismo y ajuste: un combo preocupante
La exclusión de las investigaciones sobre cambio climático se enmarca en un discurso negacionista impulsado desde las más altas esferas del Gobierno. El presidente Javier Milei cuestionó en reiteradas ocasiones el consenso científico sobre el calentamiento global, calificándolo de “mito”. Esta postura fue ampliamente criticada por expertos, quienes señalan que negar la existencia de esta problemática mundial solo agrava las consecuencias para el país y el planeta.
“Reducir las investigaciones sobre cambio climático en un contexto de crisis ambiental global es una decisión irresponsable que tendrá consecuencias irreversibles para el futuro”, afirmó Cecilia Fuentes, especialista en políticas ambientales y docente universitaria, a Tiempo Argentino
Repercusiones inmediatas y a largo plazo
Entre los programas cancelados se encuentran iniciativas como Juventudes en Ciencia y Tecnología y Ciencia por Contar, orientadas a la formación de jóvenes y a la divulgación científica. Estas medidas afectan no solo la producción de conocimiento, sino también la generación de conciencia social en temas críticos.
A su vez, el recorte incluye la devolución de fondos destinados a proyectos adjudicados en años anteriores, lo que genera incertidumbre entre las instituciones afectadas. Según la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, los fondos recuperados serán redirigidos hacia sectores estratégicos del Plan 2024-2025, pero aún no se especificó cómo se implementará esta redistribución.
El pensamiento crítico en jaque
El ajuste impacta en la producción científica y plantea un desafío para el desarrollo del pensamiento crítico. En un contexto donde el negacionismo avanza y se cuestiona la validez de la evidencia científica, voces del ámbito académico advierten sobre la necesidad de fomentar el respeto por el conocimiento experto.
“Debemos confiar en la ciencia y en quienes la producen, especialmente en áreas críticas como el cambio climático”, sostuvo Valeria Edelsztein, divulgadora científica. “Reducir estos proyectos es cerrar los ojos ante realidades que ya no podemos ignorar”, agregó.
Una lucha que continúa
El sector científico no descarta tomar medidas para revertir esta situación. Movilizaciones, cartas abiertas y campañas de sensibilización son algunas de las estrategias que se están evaluando.
“Defender la ciencia y la educación pública no es solo una cuestión gremial, es un compromiso con el futuro de nuestro país”, concluyeron desde FEDUN.
La comunidad científica argentina enfrenta un nuevo desafío en su lucha por la soberanía del conocimiento y el desarrollo sostenible. La pregunta que queda es: ¿Qué futuro le espera a un país que da la espalda a su ciencia?