El verano argentino vuelve a enfrentar uno de sus mayores desafíos: los incendios forestales. En este comienzo de año, el fuego afecta a diversas provincias, desde la Patagonia hasta el noreste, dejando miles de hectáreas devastadas y obligando a un despliegue masivo de recursos humanos y tecnológicos.
La provincia de Chubut es uno de los epicentros. En el sur del Parque Nacional Nahuel Huapi, el incendio en Los Manzanos ha consumido unas 2.797 hectáreas. Las altas temperaturas y los vientos intensificaron las llamas, generando columnas de humo que afectan localidades cercanas como Bariloche y El Bolsón. Más de 170 personas, entre brigadistas y personal de apoyo, trabajan sin descanso con el apoyo de aviones hidrantes, helicópteros y medios terrestres. Sin embargo, el humo y las condiciones climáticas dificultan las tareas de control.
En el centro del país, la provincia de Córdoba enfrenta temperaturas superiores a los 35 grados, sumadas a ráfagas de viento que elevan el riesgo de incendios. Durante el último fin de semana, se lograron sofocar tres focos, aunque el Ministerio de Seguridad provincial mantiene la alerta extrema, pidiendo a la población tomar las precauciones del caso y reportar cualquier columna de humo.
En septiembre del año pasado, la provincia mediterránea vivió momentos dramáticos con el tema incendios.
En el noreste, Corrientes lucha contra focos activos en 11 localidades. Las autoridades locales denunciaron que muchos de estos incendios son provocados de manera intencional, lo que agrava una situación ya crítica por la falta de lluvias y las altas temperaturas.
Misiones: un fenómeno atípico
En Misiones, la temporada de incendios, que solía concentrarse entre octubre y marzo, ahora se extiende durante todo el año. Según Luis Chemes, director del Plan Provincial de Manejo del Fuego, el aumento del riesgo está relacionado con el cambio climático y la imprudencia humana. La provincia, que alberga más del 50% de los bosques nativos del país, enfrenta condiciones extremas de temperatura, humedad baja y fuertes vientos.
Estos incendios forestales reflejan no solo un desafío operativo para las provincias afectadas, sino también una realidad alarmante: el cambio climático está ampliando y agravando las temporadas de incendios. Las autoridades y especialistas coinciden en que la clave está en la prevención y en la toma de conciencia colectiva.
Un dato del que toman poca nota en el Gobierno nacional. En este contexto, más de 500 contratos de brigadistas que tienen como misión luchar contra los incendios no fueron renovados. Además, poco antes de fin de año, el Sistema de Manejo del Fuego fue traspasado al Ministerio de Seguridad y para los ambientalistas, eso va en sintonía con una mirada relacionada al “negacionismo climático”.