La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha lanzado una propuesta que podría cambiar el rumbo económico de América Latina. Durante una reciente rueda de prensa, la mandataria sugirió expandir el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) al resto del continente, con el objetivo de consolidar una potencia económica capaz de competir directamente con China.
“Una integración regional bajo los principios del T-MEC nos convertiría, como continente, en una fuerza económica mucho más competitiva a nivel mundial”, expresó Sheinbaum. La propuesta se plantea en un contexto en el que la revisión del acuerdo, prevista para 2026, ya genera expectativas sobre los ajustes que podrían implementarse para fortalecer el comercio en la región.
¿Qué es el T-MEC y por qué para algunes es relevante esta propuesta?
El T-MEC, que entró en vigor el 1 de julio de 2020, es la actualización del antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Este acuerdo busca fomentar el comercio, la inversión y el crecimiento económico entre México, Canadá y Estados Unidos.
Entre sus potenciales beneficios principales se encuentran:
- Protección a consumidores y comercio digital: Fortalece las normativas de comercio electrónico y la protección de datos.
- Participación de las pymes: Promueve su integración en el comercio regional.
- Revisión periódica: Garantiza adaptaciones cada seis años para mantenerse actualizado frente a los desafíos económicos globales.
- Compromiso con el medio ambiente y los derechos laborales: Incorpora cláusulas específicas que promueven salarios justos y prácticas sostenibles.
El tratado no solo impacta la industria automotriz y el comercio digital, sino que también incentiva la inversión extranjera en sectores clave, ofreciendo estabilidad económica a los países miembros.
América Latina frente al desafío chino
La propuesta de Sheinbaum se enmarca en una creciente competencia geopolítica entre Estados Unidos y China, un tema central en el escenario internacional. Beijing ha incrementado su presencia en América Latina, con inversiones en infraestructura, comercio y energía, consolidando una influencia que preocupa a Washington.
La mandataria mexicana considera que una integración económica más amplia podría ofrecer una respuesta estratégica frente a la dependencia de la región hacia el gigante asiático. «El T-MEC, expandido hacia América Latina, permitiría fortalecer las relaciones comerciales y de cooperación, creando una región con mayor estabilidad económica y autonomía», argumentó.
Un futuro incierto, y… ¿prometedor?
La propuesta de Claudia Sheinbaum abre un debate crucial para el futuro de América Latina. Mientras algunos ven en esta expansión del T-MEC una oportunidad para consolidar una región unida y competitiva, otros advierten sobre las complejidades políticas y económicas que implicaría tal integración.
Dentro de las voces críticas, Isaac Rudnik, del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), manifestó a Nota al Pie que «no creemos que los países de A. Latina debamos ponernos bajo el ala de EEUU para ‘afrontar la competencia china'». Según el especialista en relaciones internacionales, «en la disputa global entre los dos gigantes debemos sostener una política independiente sin alineamientos incondicionales como la que México y Canadá tienen con EEUU».
«Esta propuesta de Scheinbaum es un nuevo intento de marchar en esa dirección que, al igual que aquella vez, está destinado al fracaso«, sentenció Rudnik.
A medida que se acerca la revisión del tratado en 2026, el continente estará atento a cómo evolucionan estas discusiones y si la visión de la presidenta mexicana logra materializarse en un proyecto tangible para toda América.