* Escrito por Verónica Sforzin, Doctora en comunicación. Docente e investigadora.
El cambio sistémico y estructural que se desencadena a partir del avance de la computación y las Tecnologías y de la Información y la Comunicación (TIC) lleva a una necesaria crisis y reformulación del viejo Estado analógico, concebido en la modernidad capitalista.
Los Estados de América Latina y el Caribe se encuentran con los desafíos de interactuar con corporaciones transnacionales que ordenan o son parte de cadenas de valor de la tecnología de escala global. Tienen que lidiar con corporaciones que desarrollan plataformas y programas que modifican la economía, la política, la cultura; pero que no tienen una sede administrativa en los países en los cuales realizan parte de sus negocios.
¿Cuál es el rol de los Estados Nación frente a los nuevos despliegues tecnológicos para avanzar en proyectos soberanos? Sin duda el ejercicio de la soberanía no se puede reducir a las regulaciones, si bien estas son un aspecto central frente a la transnacionalización de las TIC.
Pero estas incluso serían poco efectivas si no se avanza en el despliegue de un “Estado emprendedor” (Mazzucato, 2017), es decir un Estado con capacidad de acción e intervención que permita tanto el desarrollo de una tecnología original y propia, puesta en relación a un proyecto nacional y popular y la creación de un mercado interno, así como la apropiación de parte del plusvalor generado por las Big Tech que operan en nuestro territorio.
Es por eso que propongo el cruce entre soberanía, innovación y regulaciones para pensar de una manera más amplia el rol del Estado, en el marco de la crisis político institucional desencadenada por las nuevas relaciones de producción.
Tecnocapitalismo y convergencia tecnológica
La etapa actual de convergencia tecnológica ya consolidada, implicó cambios en la forma de distribución del poder global, específicamente la concentración en el mundo occidental por parte de las Big Tech anglosajonas.
La convergencia fue parte de un proceso más amplio de consolidación de un nuevo capital con la capacidad de monetizar el lazo social y la naturaleza humana. Las relaciones humanas son encapsuladas en datos y estos datos permiten predecir comportamientos que producen una escala mayor de ganancias y cambios en la distribución y en la producción del poder.
Tomando las estadísticas del Banco Mundial, el 2023 fue el año de la desigualdad, situación que profundiza una tendencia de los últimos 30 años. Paralelamente a los saltos tecnológicos estamos asistiendo a una concentración y centralización del capital nunca antes vista en el sistema capitalista.
Las ganancias obtenidas por el cambio del régimen de producción que, entre otros factores, implicaron cambios en la logística, en la distribución, pero principalmente una aceleración de los ritmos y de los tiempos de la producción, se ha concentrado en unas pocas mega corporaciones: las Big Tech (Meta, Alphabet, X-Space, X-Starlink, Amazon, Microsoft y Apple). Es muy probable que Elon Musk sea el primer trillonario del mundo.
Esta capacidad de acumulación y de centralización de la reproducción ampliada del capital es posible por la tendencia histórica de monopolización del conocimiento, de la ciencia y la tecnología pos segunda guerra mundial en Estados Unidos y principalmente en el Valle de Silicio, California.
Medioambientes tecnológicos del Sur Global
Establecer los rasgos principales de la actual situación económica y geopolítica es el punto de anclaje para la construcción material de marcos de posibilidad para el desarrollo de estrategias que permitan la transformación y apropiación de los rígidos ecosistemas extractivistas tecnológicos planteados desde el Norte Global.
Occidente pretende la utilización de su ventaja tecnológica para consolidar un sistema neocolonial, mediante una guerra híbrida permanente en el cual los países bajo su influencia sean dadores de datos, de materias primas y consumidores de servicios, cultura e ideología, avanzando cada vez más hacia un sistema de vigilancia y manipulación de las sociedades.
Desde el Sur Global tenemos una oportunidad de construir articuladamente otra propuesta civilizatoria, que permita la expansión de múltiples ecosistemas tecnológicos, en los que los sujetos en comunidad no sean objetos del capital, sino que puedan, a partir de la incorporación de las herramientas necesarias, como la programación, transformar las tecnologías, en una nueva relación humano – máquina.
Es necesario la democratización del giro cognitivo tecnológico, como la Inteligencia Artificial, para que éste proceso se reencause al servicio de la igualdad, la justicia social y el despliegue subjetivo.
Pensar las regulaciones desde un plano jurídico reglamentario o económico, negando la compleja situación geopolítica sería de una enorme ingenuidad, ya que lo que se encuentra en juego es el despliegue del modelo anglosajón, que en su crisis estructural utiliza todas sus herramientas, las militares (OTAN), financieras (monopolio del sistema de intercambios y el dólar) pero principalmente las tecnológicas (Centros Estratégicos de Inteligencia Artificial), para diferir su crisis y tener la fuerza necesaria para enfrentarse a la creciente influencia de China.
En el plano global, China plantea un nuevo paradigma tecnoeconómico, basado en el desarrollo productivo, la transferencia de tecnología y no en la especulación financiera y la manipulación social, bajo la ética de la “prosperidad común”. En innumerables foros internacionales plantea la necesidad de una nueva gobernanza internacional e intergubernamental para la inteligencia artificial, en la que los Estados tengan un lugar protagónico.
Es solo desde la soberanía que se puede avanzar en una gobernanza global de Internet que permita su funcionamiento y su potenciación como instrumento para la mejora del bienestar de los pueblos. A su vez, sin duda, la articulación en organismos regionales y globales implicará juegos de diplomacia y de relaciones geopolíticas.
A nivel regional es necesario poner el foco en el avance de la unión latinoamericana y de organismos regionales que nos permitan ordenar hacia adentro la convergencia, el intercambio en conocimiento y tecnología; tarea compleja debido al fuerte injerencismo de EE.UU. que promueve la fragmentación. La innovación y las regulaciones son líneas rojas las cuales solo se pueden cruzar con el apoyo de los BRICS y del Sur Global. Hoy el Banco de los BRICS se encuentra presidido por una latinoamericana, Dilma Rousseff.
A diferencia del desarrollo anglosajón, parece sólo posible la construcción de una alternativa tecnológica mediante una fuerte participación popular, para lo cual se necesita incentivar un debate cultural profundo que permita tener una mirada crítica de las TIC, así como herramientas que permitan su desfetichización y transformación.
En este marco, las regulaciones aparecen como una herramienta más que acompañan a otros procesos que los Estados deben conducir. Pueden permitir la protección de datos personales, de los derechos del consumidor, de los mercados internos y el desarrollo local y regional.
Tener en claro la situación internacional y lo que se encuentra en juego, así como cuáles son los objetivos de las regulaciones y bajo que concepción de proyecto sociales, económico y de país están inmersas, ayuda a ordenar las impostergables y urgentes tareas que los movimientos sociales, sindicales y territoriales junto con los Estados deben impulsar para nuestras tan postergadas soberanías.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
Crawford, Kate (2022). Atlas de inteligencia artificial. Poder, política y costos planetarios. Fondo de Cultura Económica. Argentina.
Mazzucato, Mariana (2017). El Estado emprendedor. Mitos del sector público frente al privado. Ed. RBA. España.
Sadin, Eric (2018) La silicolonización del mundo: la irresistible expansión del liberalismo digital. Ed. Caja Negra. Bs. As. Argentina.
Sai y Scasserra (2021). La cuestión de la dependencia. Ed. Fundación Friedrich Ebert Stiftung.
Sforzin (2023). Ética, poder y tecnologías. Redes sociales e inteligencia artificial desde el Sur global. Editorial CICCUS. Argentina.
Sforzin, Verónica (2020). “Los datos, las tecnologías, la comunicación y el rol del Estado. Apuntes para el debate.” En Libro abierto del Futuro. Argentina Futura. Jefatura de Gabinete de la Nación. Localización: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/libro_abierto_del_futuro-30-4-2021.pdf