Estados Unidos y sus aliados occidentales han proporcionado conjuntamente la friolera de 260 000 millones de dólares en ayuda, principalmente armamento y asistencia militar, a Ucrania, mientras continúa el prolongado conflicto tras la invasión rusa a ese país en febrero de 2022.
En declaraciones en la sede de la Otan en Bruselas a principios de diciembre, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo: «En total, Estados Unidos ha proporcionado 102 000 millones de dólares en ayuda a Ucrania, y nuestros aliados y socios, 158 000 millones».
«Y como ya he dicho muchas veces, este puede ser el mejor ejemplo de reparto de cargas que he visto en los 32 años que llevo en esto», aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense.
También este mes, The New York Times informó de que el Pentágono enviará 725 millones de dólares adicionales en armas de sus arsenales, «en medio de profundas preocupaciones en Ucrania de que la administración entrante de (Donald) Trump pueda cortar la ayuda militar al país».
Mientras tanto, mientras la ONU continúa su batalla perdida contra la pobreza mundial, el Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-Wider), afirma que para acabar con la pobreza extrema y la pobreza monetaria absoluta en todo el mundo para 2030, costaría alrededor de entre 70 000 y 325 000 millones de dólares al año.
La doctora Natalie Goldring, que representa al Acronym Institute en las Naciones Unidas en cuestiones de armas convencionales y comercio de armas, dijo a IPS que, a medida que el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, se acerca al final de su presidencia a mediados de enero, «sigue manteniendo abierta de par en par la espita de la transferencia de armas a Ucrania».
A principios de diciembre, recordó que Blinken dijo: «Estados Unidos ha estado incrementando nuestros propios recursos y asistencia de seguridad para continuar ayudando a construir las defensas aéreas de Ucrania, su artillería, sus vehículos blindados».
«Estamos decididos -y es totalmente mi intención y la del presidente- a gastar cada céntimo que tengamos disponible de los 61.000 millones de dólares que fueron autorizados por el Congreso en la asignación suplementaria», añadió.
Para Goldring, la situación actual en Ucrania es tensa y está llena de incertidumbre.
«Hay muchos riesgos potenciales, incluido el riesgo de una guerra más amplia en Europa si este conflicto continúa, y el riesgo de que Rusia reclame más y más territorio ucraniano, ya sea a través del conflicto o como resultado de las negociaciones para poner fin a la guerra», detalló.
A su juicio, «los continuos flujos de armas procedentes de Estados Unidos también corren el riesgo de desviarse hacia terroristas y combatientes lejos de la región».
Esto, a su vez, «aumenta la probabilidad de que los miembros del servicio militar estadounidense puedan enfrentarse a nuestras propias armas en un conflicto. Esto sugiere -una vez más- que la política de transferencia de armas de Estados Unidos carece de la atención adecuada sobre los posibles efectos negativos a largo plazo de estas transferencias», añadió la experta.
Un futuro incierto
En su entrevista con la revista Time, que le eligió Persona del Año, Trump dijo: «Discrepo vehementemente con el envío de misiles a cientos de kilómetros de Rusia. ¿Por qué lo hacemos? Solo estamos intensificando esta guerra y empeorándola».
Trump también dijo que utilizaría el apoyo de Estados Unidos a Ucrania como palanca contra Rusia para negociar el fin de la guerra.
Goldring dijo que quizás la acción más peligrosa que la administración saliente de Biden ha tomado, con respecto a Ucrania, es su decisión de transferir minas terrestres antipersona a Ucrania en noviembre y diciembre de 2024.
Esta decisión, dijo, revierte los compromisos de las administraciones de Barack Obama(2009-2017) y Biden de no desplegar minas terrestres antipersona en ningún otro lugar que no sea la península de Corea.
La medida también pone en peligro a la población civil, dificultará enormemente la recuperación posbélica y se opone frontalmente a los 164 países que se han comprometido a no producir, vender ni almacenar minas terrestres antipersona en virtud del Tratado de Prohibición de Minas.
«Durante su última campaña presidencial, Donald Trump afirmó en repetidas ocasiones que pondría fin a la guerra en Ucrania en las 24 horas siguientes a su toma de posesión. Con toda probabilidad, se trata de un ejemplo más de su práctica constante de sobrestimar enormemente su capacidad para lograr cambios de forma unilateral y hacer afirmaciones exageradas que no están respaldadas por análisis o políticas aplicables», recordó la experta.
Pero plantea la cuestión de lo que podría estar dispuesto a ceder ante el presidente ruso Putin para avanzar hacia esa posibilidad, dijo.
En sus declraciones, Blinken dijo también que Estados Unidos ha estado «incrementando nuestros propios recursos y asistencia en materia de seguridad para seguir ayudando a reforzar las defensas aéreas, la artillería y los vehículos blindados de Ucrania».
«Estamos decididos -y es mi intención y la del presidente- a gastar hasta el último céntimo disponible de los 61.000 millones de dólares autorizados por el Congreso en la asignación suplementaria», añadió.
Con el Grupo de los Siete (G7) países más ricos, Blinken dijo que estamos terminando de sacar por la puerta 50 000 millones de dólares asegurados por activos rusos congelados.
Al mismo tiempo,añadió, los aliados y socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) están compartiendo la carga y asumiendo aún más responsabilidades.
Alemania, por ejemplo, «acaba de comprometer 680 millones de dólares en nueva ayuda militar», detalló el jefe de la diplomacia estadounidense. Mientras, Bulgaria, Chequia, Suecia, otros aportan personal a este nuevo mando de la Otan, añadió.
Según la Oficina de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado de Estados Unidos, el fuerte flujo de armas estadounidenses a Ucrania incluye:
– Tres baterías de defensa antiaérea Patriot y municiones; – 12 sistemas nacionales avanzados de misiles tierra-aire, y municiones; – sistemas de defensa antiaérea Hawk y municiones; – misiles AIM-7, RIM-7 y AIM-9M para defensa antiaérea;
– más de 3000 misiles antiaéreos Stinger; – sistemas de defensa aérea Avenger; – sistemas aéreos no tripulados (c-UAS) y municiones Vampire; – camiones artillados y municiones para c-UAS; – sistemas móviles de cohetes guiados por láser para c-UAS;
– 20 helicópteros Mi-17; – 31 tanques Abrams; – 45 tanques T-72B; – 109 vehículos de combate de infantería Bradley; – Más de 1700 vehículos de ruedas multiuso de alta movilidad (HMMWV);
– Cañones antiaéreos y munición; – Componentes de sistemas de defensa antiaérea; – Equipos para integrar lanzadores, misiles y radares occidentales en los sistemas ucranianos; – Equipos para apoyar y sostener las actuales capacidades de defensa antiaérea de Ucrania; y – 21 radares de vigilancia aérea.
Más de 8000 sistemas antiblindaje Javelin; Más de 52.000 otros sistemas antiblindaje y municiones; – Más de 700 sistemas aéreos tácticos no tripulados Switchblade; – 160 obuses de 155 mm y más de 1 000 000 de cartuchos de artillería de 155 mm; – Más de 6000 cartuchos de artillería de 155 mm guiados con precisión;
– Más de 10 000 cartuchos de 155 mm de sistemas remotos de minas antiblindaje (Raam); – 100 000 cartuchos de munición para tanques de 125 mm; – 45 000 cartuchos de artillería de 152 mm; – 20 000 cartuchos de artillería de 122 mm; – 50 000 cohetes GRAD de 122 mm; – 72 obuses de 105 mm y 370 000 cartuchos de artillería de 105 mm; – 298 vehículos tácticos para remolcar armamento;
– 34 vehículos tácticos para recuperar material; – 30 vehículos de apoyo a la munición; – 38 sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad y munición; – 30 sistemas de mortero de 120 mm y más de 175 000 proyectiles de mortero de 120 mm; – 10 sistemas de mortero de 82 mm; – 10 sistemas de mortero de 60 mm.
y, por supuesto, mucho más.
Publicado originalmente en IPS