Desde hace algunos años la industria del periodismo en Brasil, así como la global, atraviesa una crisis en relación a su modelo de negocios. Agravado por la pandemia de Covid-19, este colapso mostró, al mismo tiempo, el carácter esencial del periodismo, así como una de sus mayores debilidades: la sustentabilidad financiera.
Una publicación elaborada por la Federación Nacional de Periodistas (FENAJ), con el apoyo de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la Fundación Friedrich Ebert (FES), evidencia de manera contundente cómo los ingresos publicitarios obtenidos por los medios periodísticos han migrado, año tras año, a grandes plataformas digitales.
Las llamadas grandes tecnológicas o big techs, al mismo tiempo que venden y publican anuncios, ponen a disposición nuestros datos personales y modulan el comportamiento, interfiriendo en el debate público y en la democracia misma. Su ingeniería proporciona el direccionamiento de contenidos según el perfil de los usuarios, creando las llamadas burbujas ideológicas.
En Brasil, las grandes plataformas digitales dominan completamente el flujo de la información y, según la legislación nacional, no son consideradas empresas de comunicación, sino empresas de tecnología. Una de las empresas de este gran monopolio de Internet, Alphabet, propietaria de Google, tuvo un aumento del 13% en sus ingresos en el primer trimestre de la pandemia de Covid-19, con una ganancia neta de 6.800 millones de dólares.
Este modelo de negocio, basado en publicidad ultra direccionada, está socavando el ecosistema de producción de noticias. Ya todos los periodistas conocemos el resultado de esta acción depredadora: la reducción de puestos de trabajo en las redacciones y el cierre, sobre todo, de medios impresos, como diarios y revistas.
Según el Atlas de la Noticia –iniciativa que mapea el periodismo local en Brasil- al menos 17 medios de comunicación de mediano y gran alcance nacional cerraron sus actividades en Brasil, entre 2018 y 2021. Si consideramos todos los tamaños, solo en 2021, nada menos que 79 empresas periodísticas cerraron sus puertas en Brasil.
A pesar del crecimiento de las iniciativas periodísticas en el medio digital, vivimos en un país de dimensiones continentales donde 29 millones de personas no tienen acceso ni siquiera a un medio de comunicación local. Esta población reside en el 53% de los municipios brasileños conocidos como desiertos de noticias.
Las consecuencias para el mercado de trabajo formal de los periodistas han sido abrumadoras. Según una investigación del Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos (Dieese), encargada por la FENAJ, el país perdió el 21% de los empleos formales en los últimos nueve años. En números absolutos, se pasó de 60.899 empleos formales en 2013, a 47.900 empleos formales en 2021, último año de la serie histórica, mostrando una pérdida de 12.999 empleos.
Ante este escenario, es necesario resaltar que el futuro del periodismo pasa por un debate sobre la sostenibilidad, confianza, calidad, relación con las plataformas digitales, estrategias de distribución y de remuneración de contenidos, así como de seguridad y de mejores condiciones laborales para las trabajadoras y trabajadores periodísticos.
Es con el principio de garantía del periodismo como pilar de las sociedades democráticas que la FENAJ viene defendiendo, desde 2019, la tributación de las grandes plataformas digitales para crear un mecanismo de financiación permanente del ecosistema de noticias.
Luego de varios estudios, llegamos al modelo de un Aporte de Intervención en el Dominio Económico (Cide), destinado exclusivamente al Fondo Nacional de Apoyo y Fomento al Periodismo (Funajor), teniendo como criterios, entre otros, la regionalización, la diversidad y la innovación.
El debate sobre la remuneración del contenido periodístico producido por terceros y utilizados indiscriminadamente por las grandes plataformas de Internet ingresó a la esfera pública en 2023. Este debate resulta relevante y necesario, así como las iniciativas conocidas –una sugerencia de modificación del Proyecto de Ley 2630, para obligar a que
los medios de comunicación y periodistas sean remunerados; y la PL 4.255, que actualiza la Ley 9.610/1998, conocida como Ley de Derechos de Autor– merecen una reflexión profunda.
Desafortunadamente, debido a la actuación incisiva de las grandes empresas tecnológicas en la Cámara de Diputados, el PL 2630, conocido como PL de las Fake News, fue eliminado de los puntos a votar por el diputado federal Orlando Silva, el cual había hecho una enorme conciliación de intereses en torno a este tema, contando con el apoyo de grandes grupos de radiodifusión brasileños para la iniciativa, como la Rede Globo de Televisión. El resultado de este embate demostró que las plataformas hoy tienen más poder que los medios tradicionales en el país.
En la Cámara de Diputados y en el Senado de Brasil hay decenas de otros proyectos con la misma finalidad: regular las plataformas digitales y remunerar a las empresas periodísticas por el uso de sus contenidos. La FENAJ intenta incidir en todos con la misión de garantizar que cualquier iniciativa se centre en la contratación de periodistas y en la distribución de ingresos entre los trabajadores de los medios, que son los verdaderos productores de información de interés público relevante. Lamentablemente, el debate está estancado debido al dominio de la extrema derecha en las principales comisiones legislativas de ambas cámaras.
La historia reciente de Brasil, en particular los hechos fatídicos en el intento de golpe del 8 de enero de 2023, muestra que la consolidación de la democracia en Brasil está profundamente relacionada con el fortalecimiento de medios de comunicación profesionales, independientes y sostenibles e que le sirvan a la sociedad brasileña. Frente a las fake news, es urgente fortalecer el periodismo profesional.
Es hora de debatir en profundidad la cuestión del financiamiento de la producción de información de interés público, con soluciones audaces y duraderas.
*Por Samira de Castro, presidenta de la Federación Nacional de Periodistas (Brasil).
Esta nota fue realizada para el dossier Regulación de la Plataformas Digitales, elaborado por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires. A través del mismo buscan discutir la situación del periodismo y la defensa de derechos frente a estas plataformas que alientan los discursos de odio y la desinformación gracias a la falta de regulación.