Este domingo 23 de diciembre, el Gobierno argentino puso fin al Impuesto PAIS, un tributo que había sido instaurado en 2019 con carácter “temporal” y que gravaba transacciones en dólares. Su eliminación, anunciada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, marca un hecho inédito en el país: por primera vez, un impuesto transitorio no se convierte en permanente.
Este cambio impacta directamente en los precios de bienes y servicios dolarizados, como las plataformas de streaming, los viajes al exterior y el dólar tarjeta. Aunque no elimina todos los recargos, representa un alivio parcial en medio de un contexto económico desafiante.
Reducción del costo del dólar tarjeta y servicios internacionales
Uno de los efectos más inmediatos de la eliminación del Impuesto PAIS es la reducción en el valor del dólar tarjeta, que baja de $1.686,83 a $1.370,55. Esta disminución abarata los pagos de servicios como vuelos internacionales, alojamientos en el exterior y compras realizadas con tarjetas de crédito fuera del país.
Asimismo, plataformas como Netflix y Spotify también registraron una caída en sus precios finales. Por ejemplo, el Plan Premium de Netflix ahora cuesta $14.839 en lugar de $15.615, mientras que el Plan Individual de Spotify se redujo de $4.023 a $3.823.
Sin embargo, otros recargos como el IVA (21%), la percepción del 30% a cuenta de Ganancias o Bienes Personales, y en algunos casos, Ingresos Brutos (2%), seguirán vigentes, moderando el impacto de la baja.
Impacto en otros sectores económicos
El fin de esta medida también afecta cadenas de valor que incluyen productos importados. Si bien se espera que esta medida contribuya a la desaceleración de la inflación mayorista, no se prevén reducciones lineales en los precios minoristas. En sectores como el alimenticio y automotriz, los empresarios podrían priorizar la recuperación de márgenes tras un año de alta inflación y caída del consumo.
En cuanto al dólar turista, que se utiliza para calcular los costos de viajes y consumos en el extranjero, su valor también se reduce, pasando de $1.671,20 a $1.357,85. Aunque aún es más caro que el dólar MEP ($1.142,20), esta baja representa un alivio significativo para quienes planean viajar al exterior.
Un cambio inédito en la política tributaria
La eliminación del Impuesto PAIS rompe con una tendencia histórica en Argentina, donde los impuestos transitorios suelen perpetuarse. Ejemplos como el Impuesto a los Débitos y Créditos, instaurado en 2001, o el Impuesto a los Bienes Personales, vigente desde 1991, demuestran lo inusual de este acontecimiento.
Desde el Gobierno, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, destacó la importancia simbólica de este paso: “Venimos a bajar impuestos y lo seguiremos haciendo, siempre manteniendo el equilibrio fiscal”. Además, anticipó que el objetivo a futuro es eliminar también el Impuesto al Cheque, que vence en 2027, pero que el Ejecutivo espera suprimir antes.
Lo que sigue en términos fiscales
A pesar de esta baja, el régimen de percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales para transacciones en dólares continúa vigente. Según la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), se seguirán aplicando percepciones del 30% sobre ciertas operaciones, aunque los contribuyentes que no tributen estos impuestos podrán solicitar la devolución de las retenciones al cierre del año fiscal.
Hasta ahora, se han reintegrado $60.000 millones a más de 135.000 CUITs por percepciones acumuladas hasta 2023, y el proceso continuará hasta marzo de 2025.
Una medida con impacto mixto
La eliminación del Impuesto PAIS es un paso hacia la reducción de la carga tributaria en Argentina, con efectos positivos inmediatos en costos dolarizados y servicios internacionales. Sin embargo, su impacto total dependerá de cómo evolucionen otros factores económicos, como la inflación, los márgenes empresariales y el consumo.
Este cambio, aunque parcial, genera expectativas en un país donde los impuestos transitorios han sido la norma y su eliminación, una rara excepción.