En la era de la desinformación, las noticias falsas no sólo se difunden rápidamente, sino que también tienen un impacto directo en decisiones críticas. Guillermo Solovey, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones y Técnicas (CONICET), se adentra en este fenómeno desde una perspectiva científica para entender por qué creemos en información errónea y cómo nuestras inclinaciones políticas influyen en esta credulidad.
El peso del partidismo en la creencia de noticias falsas
Durante la última Reunión Anual de la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias (SAN), Solovey presentó los resultados de un estudio publicado en Scientific Reports que revela un hallazgo inesperado: el partidismo, más que la capacidad de análisis crítico, es el principal factor que determina si una persona cree o no en noticias falsas.
Según el investigador, las personas con mayores niveles de reflexión cognitiva son ligeramente más escépticas, pero también más propensas a creer en información que refuerza sus creencias ideológicas. “Aunque la persona tenga un alto nivel de pensamiento crítico, si su partidismo es fuerte, tenderá a creer declaraciones que coincidan con sus ideas, incluso si son falsas”, explicó a Agencia CyTA.
¿Por qué creemos en información falsa?
Solovey distingue dos razones principales detrás de la creencia en noticias falsas:
- Incapacidad para discernir: Algunas personas no tienen las herramientas para diferenciar entre información verdadera y falsa, similar a confundir números en una parada de colectivo por falta de claridad visual.
- Tendencia a generalizar: Otras tienden a considerar toda la información como verdadera o falsa, dependiendo de su nivel de credulidad o desconfianza.
En la época marcada por un algoritmo entrenado por gustos e intereses, la pluralidad de voces se ve limitado. En el mundo virtual, el recorte de la realidad se ve alineado con el propio pensamiento e ideología, abriendo lugar a sociedades cada vez más polarizadas e intolerantes al pensamiento distinto.
El estudio, que evaluó a 1.353 personas mediante declaraciones verificadas de políticos, evidenció que el partidismo tiene un rol determinante en la percepción de la verdad.
Reflexión cognitiva: ¿aliada o enemiga?
Uno de los aspectos más intrigantes del estudio es cómo la reflexión cognitiva, aunque crucial para el pensamiento analítico, puede acentuar los sesgos partidarios. Este hallazgo pone en jaque la idea de que ser más analítico garantiza la capacidad de discernir entre verdad y mentira.
“El pensamiento crítico no siempre es una ventaja para combatir las fake news, ya que puede reforzar nuestras inclinaciones ideológicas”, afirmó Solovey.
¿Cómo mitigar la desinformación?
Solovey destaca que aún no existe una estrategia universal para combatir las noticias falsas, pero menciona algunas iniciativas prometedoras:
- Corrección rápida: Contrarrestar la información falsa apenas comienza a circular.
- Preanuncio: Informar previamente sobre posibles noticias falsas que podrían difundirse.
- Educación mediática: Alfabetizar digitalmente a la población para que pueda identificar información errónea de manera autónoma.
Una responsabilidad colectiva
El estudio de Solovey subraya la importancia de no sólo cuestionar la información que consumimos, sino también reflexionar sobre cómo nuestras propias creencias afectan nuestra percepción de la realidad. Frente a un gobierno que sostiene su narrativa libertaria con noticias falsas o un revisionismo histórico, saturado de noticias, el partidismo y la desinformación son desafíos que exigen tanto soluciones colectivas como introspección individual.
La alfabetización digital y mediática, junto con iniciativas para combatir las fake news desde la raíz, son herramientas fundamentales para construir una sociedad más crítica y resiliente ante la desinformación.