Nota al Pie dialogó con La Maurette acerca de su nuevo disco, “Alter Ego”, el cual redefine su propuesta artística. El trabajo de la cantante y actriz argentina sorprendió por una ambiciosa exploración musical que fusiona introspección y sensualidad.
La cantante, que rompe con sus anteriores esquemas, destacó: “Estoy siempre en búsqueda de sonidos innovadores y bandas emergentes. No me conformo con lo mismo; quiero explorar y descubrir”.
La Maurette inició su camino musical en 2009 con el lanzamiento de su álbum debut, “Victoria”, un trabajo autogestionado en su totalidad. Una década más tarde, bajo la producción de reconocidos artistas como Daniel Grinbank y Tweety González, presentó “Get Together”, un álbum de versiones que marcó un hito en su carrera. Su exploración musical continuó con el EP experimental “Eterna”.
¿Cómo describirías este proceso de autodescubrimiento?
¡Vivo en constante autodescubrimiento!, siempre me fascinó la transformación y la evolución. De chica escuchaba que se decía “la gente no cambia” y eso me incomodaba, no me identificaba con esa forma de pensar. Con el tiempo me di cuenta de que es todo lo contrario; podemos sanar y reinventarnos cuantas veces queramos.
¿Cómo se reflejó eso en “Alter Ego”?
La música es mi herramienta de transformación. Es re loco cómo me sana. Alter Ego es un reflejo de mi vida antes de su lanzamiento. Cada canción tiene un momento específico, un círculo vicioso que superé. Me acuerdo que, semanas antes del lanzamiento, le dije a una amiga: “Siento que estoy en otra etapa”. Estoy renaciendo. Sé que suena cliché, pero amo lo cliché. ¡Abracemos el cliché!
El álbum combina estilos como el indie pop, trip hop y electrónica. ¿Cómo te acercaste a estos géneros?
Toda la vida escuché estos géneros. Son influencias de hace muchos años. No soy de pensar tanto “bueno, ahora voy a hacer una canción trip hop”. No es algo premeditado. Empiezo a componer y me sucede. Claramente tengo influencias y sin pensar me aparecen en mis canciones. Me gusta explorar desde el instinto antes de pensar en la lógica y estructura de la canción.
Tu experiencia en diferentes países enriqueció tu bagaje cultural. ¿Cuánto hay de esas vivencias en tu música y en tu visión artística?
Está muy presente en todo lo que hago. Desde la música que escuchaba de chica hasta los constantes cambios de hogar y país, aprendí a abrazar lo desconocido. Absorbí culturas nuevas, conocí gente diferente y me abrí a experiencias inéditas. Esa filosofía permea mi música hoy en día. Colaboro con gente diversa, trabajamos en equipo y nos influenciamos mutuamente para crear algo auténtico. Vivo cambiando de piel y saltando a lo desconocido, dejando atrás la zona de confort me lanzo a nuevos desafíos. Ese proceso es muy liberador y enriquecedor. Aunque de miedo a veces, me empujo a vivir de esa manera.
¿Qué te motivó a desafiarte?
Después del nacimiento de mi hija Emma, algo cambió en mí. Dejé de ser la chica impulsiva y arriesgada que siempre había sido. Antes, todo parecía suceder sin esfuerzo: mi carrera en la televisión y el cine despegó, viajé a Estados Unidos y Francia. Era mágico, pero también automático.
Pero cuando Emma llegó, sentí un vacío que no podía explicar. Fue entonces cuando me di cuenta de que necesitaba tomar las riendas de mi carrera y mi vida. Quería volver a cantar, producir y estar involucrada en todos los aspectos de mi trabajo.
Fue ahí cuando comenzaron los verdaderos desafíos. Aparecieron los miedos, la incomodidad y la inseguridad. Pero también fue cuando empecé a sentir que realmente estaba viviendo, que estaba tomando decisiones conscientes y desafiándome a mí misma.
Hacés una distinción importante al hablar sobre salud mental y la sexualidad, ¿por qué considerás que es importante poder expresarlo?
Me pregunto por qué sigue siendo un tabú hablar de sexualidad y salud mental. Son temas fundamentales. La sexualidad es conexión espiritual con el otro, despojarse, conectar y encontrarse. Es un tema recurrente en mis canciones porque creo que el contacto humano es esencial, especialmente en un mundo donde nos escondemos detrás de pantallas.
La salud mental también es vital. No hay nada de malo en admitir que necesitamos ayuda. Todos acumulamos cargas del pasado y, a veces, nos superan. Me conmueve cuando me escriben agradeciéndome por mis canciones, diciendo que les acompañan y les hacen bien. Ese es el mejor regalo. La soledad es un problema real, y poder identificarse con una canción, sentir algo, es invaluable. Hoy en día es más importante que nunca.