Azerbaiyán, antigua república soviética y actual paraíso petrolero, es la sede de la 29° Conferencia de las Partes de la Convención Macro de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 29). Desde el 11 de noviembre y hasta el 22 de este mes, representantes de casi 200 países se reúnen allí para coordinar acciones que frenen el deterioro del planeta.
Pero como hace algunos años, la elección de la nación que acoge la COP genera ciertas dudas. En 2022 fue Egipto, en 2023 los Emiratos Árabes Unidos y ahora Azerbaiyán. Todos tuvieron fuertes críticas acerca de su tratamiento a activistas y periodistas opositores a los gobiernos de turno, con pocas posibilidades de verdaderas protestas por la acción climática de la sociedad civil.
Por otra parte, existe una fuerte dependencia de los últimos dos territorios con la producción de combustibles fósiles. Esto es una clara contradicción con la política de las COPs, que en su lucha por un mundo más sano aboga por la transición a las energías renovables.
¿Qué sabemos sobre Azerbaiyán? Nota al Pie repasa su historia reciente, la base de su economía y las denuncias de organismos como Amnistía Internacional a su política de derechos humanos.
Azerbaiyán: ruta de transición entre Rusia y el mundo islámico
La República de Azerbaiyán tiene una superficie de 86.600 km2 y una población al 2023 de 10.127.100 habitantes. Se encuentra en Asia Occidental, y limita con Rusia y Georgia al norte, Irán al sur y Armenia al oeste.
Su bandera tricolor representa el mix de culturas que existen en este antiguo estado soviético. Según explica su Ministerio de Asuntos Exteriores, la franja azul hace alusión al origen túrquico del pueblo azerbaiyano; la verde muestra la pertenencia a la civilización islámica y la roja refleja el deseo de establecer una sociedad moderna y desarrollar la democracia.
Aunque sobre este último punto hay algunas dudas. Luego de la independencia azerbaiyana en 1991, la familia Aliyev estuvo a cargo del país. Primero fue Heydar Aliyev quien ocupó la presidencia, para ser precedido luego de su muerte en 2003 por su hijo Ilham Aliyev. Desde ese entonces, ganó 4 veces las elecciones como primer mandatario en su país. La última fue en 2018, cuando obtuvo el 86% de los votos.
A su vez, en 2023 Azerbaiyán implementó una ofensiva militar que provocó el desplazamiento masivo de armenios en Nagorno Karabaj, un territorio autoproclamado república que se disputan hace décadas Armenia y Azerbaiyán.
El petróleo, la estrella de la región
Azerbaiyán se llamó históricamente la Tierra de Fuego, por su gran cantidad de gas y combustible subterráneo. En la antigüedad, la gente creía que las fuentes de fuego infinito en la superficie eran la manifestación del poder divino y las veneraban construyendo altares y templos.
En la actualidad, uno de sus destinos más famosos es la “llama eterna” en la montaña Yanar Dag, cerca de Bakú (su capital). Esta colina tiene gas quemándose en su ladera desde tiempos ancestrales, les turistas la visitan para observar sus lenguas de fuego.
Esto demuestra la gran dependencia de la nación con el combustible fósil y la dificultad para volcarse a las energías renovables. Basta ver que Bakú tiene 3 millones de habitantes, es una aglomeración urbana con la mitad de la población del país y más del 80% del PIB nacional, al concentrar la industria de petróleo y gas.
Si se estudia la composición de su Producto Bruto Interno, al 2022 el petróleo y gas representa el 47,8%, solo por detrás de la industria y construcción, con un 55,9% (fuente: AZSTAT).
La economía de Azerbaiyán depende del sector de los hidrocarburos que significa el 87% de las exportaciones y contribuye a la mitad de los ingresos. Por ejemplo, el petróleo constituye el principal elemento de importación de Azerbaiyán a Estados Unidos y varias compañías norteamericanas participan en proyectos de desarrollo petrolífero offshore.
Otro dato que ilustra la importancia del sector energético es que antes de hacerse cargo del país, Ilham Aliyev ocupó el rol de vicepresidente de la Empresa Estatal de Hidrocarburos de Azerbaiyán.
Estas realidades inspiraron grandes críticas en la elección de la nación como sede de la COP 29. ¿Cómo puede liderar un país petrolero las negociaciones por el clima? Al respecto, el asesor de Política Exterior Hikmet Hajiyev declaró a Euronews: «Azerbaiyán no niega que es un país productor de petróleo y gas, pero no se nos debe tratar sólo en función de los hechos relacionados con el petróleo y el gas, se nos debe tratar sólo en función de cómo estamos utilizando nuestros recursos para la transformación verde».
Frente al aumento de la temperatura en el planeta, en una nación donde la pluviosidad es escasa (con un promedio de entre 152-254 mm anuales), Azerbaiyán debería considerar los daños que genera la profunda explotación petrolera y cómo mitigarlos.
Políticas de derechos humanos en offside
Según un informe de Amnistía Internacional, en 2023 el gobierno de Azerbaiyán intensificó su represión de la libertad de expresión. “Se arrestó a periodistas, activistas y personas defensoras de los derechos humanos por su trabajo”, aseguraron. A su vez, agregaron que “se reprimieron protestas pacíficas y continuó restringiéndose indebidamente el trabajo de medios de comunicación y organizaciones independientes. Mujeres y niñas seguían sufriendo acoso y violencia por motivos de género”.
En 2022 se aprobó una ley de medios de comunicación que los obligaba a inscribirse en un registro oficial. A partir de noviembre, la Agencia de Desarrollo de Medios de Comunicación de la República de Azerbaiyán emprendió acciones legales para cerrar los medios independientes a los que se había negado arbitrariamente la inscripción en registro.
Proliferan las protestas internacionales por encarcelaciones a periodistas y activistas, a los que se les atribuye cargos falsos. Según la plataforma Climática, en la actualidad se mantiene presos a 13 periodistas, entre los cuales se encuentra Farid Mehralizada. Este economista y colaborador de Radio Free Europe/Radio Liberty cometió el “delito” de criticar la dependencia que Azerbaiyán tiene de los combustibles fósiles.
Como en las últimas COPs, este ambiente desalienta las movilizaciones de la sociedad civil que suelen acompañar a las Cumbres del Clima. A su vez, muches activistas de otros países no pudieron viajar por no obtener su visado o por cancelaciones de viaje, “por la instrucción que las autoridades de Azerbaiyán han dado”, afirmó a EFE el relator de la ONU para los defensores ambientales, Michel Forst.
En ese escenario hostil, representantes de todas partes del mundo se reunieron a hacer frente al aumento de la temperatura del planeta y sus terribles consecuencias para la vida en la Tierra. ¿Podrán sortear estos escollos y lograr, al menos, un avance significativo? Habrá que esperar al 22 de noviembre, día en que finaliza la COP 29.