Como cada año, el 14 de noviembre es Día Mundial de la Diabetes en conmemoración al nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1922. Esta enfermedad crónica afecta a 1 de cada 10 argentinos mayores de 20 años y a más de 425 millones de personas en todo el mundo, según las estadísticas. Sin embargo, el 50% de quienes la padecen desconocen su diagnóstico. Por esta razón, esta fecha busca concientizar sobre ella.
La diabetes es una condición en la cual los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre están excesivamente altos. De acuerdo al investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director científico de Gen360, Adrián Turjanski, “la glucosa se obtiene de los alimentos que consumimos, y la insulina es una hormona que facilita la entrada de esta glucosa a las células, proporcionándoles energía”. A su vez, el especialista explicó que “en la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. Mientras la diabetes tipo 2, la más común, se caracteriza por niveles anormalmente elevados de azúcar en la sangre. La insulina regula la cantidad de glucosa que pasa del torrente sanguíneo a las células para ser utilizada como energía”.
Por otro lado, cabe mencionar que factores como la alimentación, el peso, la actividad física y la genética influyen de forma significativa en el riesgo de desarrollar diabetes. Existen individuos que tienen hasta 50 veces más probabilidad de desarrollarla en comparación con la media de la población.
Después de una comida, cuando los niveles de glucosa aumentan, el páncreas libera insulina para transportar el exceso de glucosa hacia las células. En las personas con diabetes tipo 2, la acción de la insulina está alterada, lo que reduce la captación y utilización de glucosa, manteniendo elevados los niveles de azúcar en sangre. Si la glucosa se mantiene alta durante mucho tiempo, puede causar graves problemas en el corazón, ojos, riñones, nervios y otros órganos.
El desarrollo de síntomas en personas con diabetes tipo 2 es gradual, y pueden llegar a trascurrir varios años antes de que se sospeche un diagnóstico. En algunos casos, se presentan los siguientes síntomas: aumento de sed, incremento del apetito, mayor cantidad y frecuencia de orina, fatiga o debilidad, visión borrosa, hormigueo o pérdida de sensibilidad en los pies, heridas que cicatrizan lentamente.
La importancia de la prevención
El referente de Gen360 considera que primero debemos conocer nuestro estado de salud para detectar si tenemos diabetes. No obstante, recordó que lo mejor es siempre actual de manera preventiva, y para eso es clave conocer nuestro riesgo. “Los estudios genéticos son muy útiles, ya que una parte significativa de nuestro riesgo está relacionada con mutaciones genéticas”, señaló al respecto. “Además, es crucial el ejercicio, el control del peso y seguir un plan de alimentación adecuado, factores que contribuyen a disminuir el riesgo de desarrollar diabetes”, agregó. Por lo tanto, al conocer nuestro riesgo personal, podemos tomar medidas más efectivas y dirigidas.
Factores de riesgo no genéticos
La probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 depende de una combinación de factores de riesgo, incluyendo tanto los genes como el estilo de vida. Una persona tiene mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 si:
- Presenta sobrepeso u obesidad.
- Tiene más de 45 años de edad.
- Cuenta con antecedentes familiares de diabetes.
- Padece de hipertensión (presión arterial alta).
- Tiene niveles bajos de colesterol HDL (“colesterol bueno”) o niveles elevados de triglicéridos.
- Tuvo diabetes gestacional o dio a luz a un bebé con un peso alto.
- No realiza actividad física regularmente.
- Tiene antecedentes de enfermedades cardíacas o accidentes cardiovasculares.
- Sufre de depresión o síndrome de ovario poliquístico.
Factores de riesgo genéticos
El investigador del CONICET explicó que no todas las personas tienen el mismo riesgo de desarrollar enfermedades y que una parte considerable de ese riesgo depende del ADN. “Existe evidencia sólida de que nuestro perfil genético contribuye al desarrollo potencial de la diabetes tipo 2”, mencionó Turjanski. Esta contribución se evalúa mediante estudios de asociación genómica, que analizan diversos marcadores genéticos para determinar su influencia en el riesgo de desarrollar la enfermedad en comparación con la población general. “En múltiples estudios internacionales se han identificado marcadores que, en conjunto, pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 hasta en 4 veces en comparación con la población general”, detalló.
Recomendaciones
Los especialistas recomiendan, a modo de prevención, mantener una alimentación equilibrada y llevar adelante un estilo de vida saludable. Esto incluye:
- Controles médicos regulares: Realizar controles médicos de rutina que incluyan la medición de los niveles de glucosa en sangre.
- Peso adecuado: Mantener un peso adecuado según tu contextura, estatura y etapa de la vida. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo significativos para el desarrollo de diabetes tipo 2.
- Actividad física: Mantenerse físicamente activo. Es suficiente con hacer entre 30 y 40 minutos diarios de actividad física. Podés caminar o andar en bicicleta para desplazarte, subir escaleras cuando sea posible y, si pasas mucho tiempo sentado, debes levantarte periódicamente.
- Alimentación regular: Respetar cuatro comidas diarias. Evitar ayunos prolongados incorporando una o dos meriendas entre las comidas principales.
- Carbohidratos complejos: Optar por carbohidratos provenientes de cereales integrales y sus derivados, legumbres, frutas y verduras.
- Reducir carbohidratos simples: Disminuir el consumo de azúcar de mesa, dulces, productos de panadería y pastelería, y helados. Si es necesario endulzar, elegí edulcorantes naturales en lugar de azúcar, como hasta 8 hojas de stevia al día.