El pasado lunes 11 de noviembre comenzó en Azerbaiyán la 29° Conferencia de las Partes de la Convención Macro de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La COP 29, como se la conoce coloquialmente, se desarrolla en Bakú, la capital del país asiático, y tendrá lugar hasta el 22 de este mes.
Esta cumbre se realiza todos los años, para reunir a líderes de todo el mundo que deben hacer frente a la crisis climática mediante negociaciones multilaterales. Representantes diplomáticos de casi 200 países establecen, entre otras cosas, cómo cumplirán lo que estableció en 2015 el Acuerdo de París.
A la COP 29 se la difundió como la de las “finanzas” o “financiamiento”, porque la meta es definir de una vez por todas de dónde saldrá el dinero para frenar el cambio climático y reparar sus daños. Pero como siempre que haya plata de por medio, la pelea no es sencilla: los países del sur global no son los principales responsables del deterioro del planeta, y exigen la ayuda financiera de los del norte (grandes contaminantes). Aunque estos últimos no darán el brazo a torcer (ni abrirán sus billeteras tan fácilmente).
En este escenario de disputa constante donde la sede de la COP se transforma en un tablero de ajedrez, Argentina decidió irse de la partida. La pequeña delegación nacional que asistió a los primeros días de la Cumbre y se pronunció a favor del agro local, se retiró por orden de Javier Milei. Como diría el Chapulín Colorado: ¿y ahora quién podrá defendernos?
El sur global espera la reparación financiera del norte
Con una diferencia de 7 horas con Argentina, en Azerbaiyán ya culminó el cuarto día de la COP 29. En las primeras jornadas se realizó el Segmento de Alto Nivel, donde les líderes de todo el mundo dieron sus discursos inaugurales y compartieron su intención nacional al participar de la Cumbre.
Tras las presentaciones oficiales comienza el verdadero trabajo. Representantes de los distintos países se reúnen en rondas de negociaciones donde se ponen en juego los ítems de la agenda de esta COP.
Desde hace unos años, el foco está puesto en la financiación de la lucha contra el cambio climático. En esta ocasión, el G77+China exigió un fondo de al menos USD 1,3 billones para los países en desarrollo. Estos se encuentran casi en su mayoría en el sur global, y son los que menos contaminación generaron en el período industrial.
Este grupo de negociación incluye a todas las naciones de América Latina. Nuestro continente también pidió un financiamiento específico para la región, al igual que otros territorios. Pero como sucede en las últimas COPs, los países más ricos y del norte global (que deben aportar el dinero) patean la pelota. En esta ocasión quieren hablar del alcance (excluyendo a las pérdidas y daños) y de la base de donantes (incluidas China y Arabia Saudita) antes de discutir sobre las cifras.
A pesar de lo que el financiamiento significaría para la región, los grandes ausentes a esta cita son los gobiernos de América Latina y el Caribe. Desde Periodistas por el Planeta aseguraron: “podemos contar con una mano los mandatarios que veremos en estos pasillos: Mia Mottley, primera Ministra de Barbados; Chandrikapersad Santokhi, presidente de Suriname; Gaston Browne, primer Ministro de Antigua y Barbuda; y Geraldo Alckmin, vicepresidente de Brasil. A ellos se sumarán las ministras de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, y Brasil, Marina Silva, entre otros”.
Una incógnita que recorre la COP 29 es qué sucederá con Estados Unidos cuando Donald Trump asuma la presidencia. ¿Intentará retirarse otra vez del Acuerdo de París? ¿Qué consecuencias tendría este accionar para el resto del planeta, al ser el segundo país que más emisiones de CO2 tuvo en 2021?
Argentina: ¡afuera de la COP 29!
Como ya se sabe, el presidente Javier Milei tiene una postura negacionista sobre el cambio climático. Por eso, cada vez que se acerca un evento internacional en relación con el tema, la participación argentina genera grandes dudas.
Una pequeña delegación nacional asistió a los primeros días de la COP 29, y emitió un discurso en el que se protegió al sector del campo argentino y lo eximió de su responsabilidad en las emisiones de gases de efecto invernadero. A su vez, reforzó la visión mileista del ambiente.
Destacaron que “la cuestión climática debe ceñirse a los avances científicos basados en la evidencia sólida, sin dogmatismos de ninguna índole”. A su vez, rechazaron “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenúen contra nuestras necesidades económicas”.
En otro intento de desprestigiar la lucha contra el cambio climático y defender al sector del agro, aseguraron: “la agricultura es parte de la solución y no del problema, y llamamos a aquellos que buscan demonizar estas actividades, posicionándolas como las contaminantes, a basar sus argumentos en la ciencia”. Quedate tranquilo Javo, que argumentos científicos hay y de sobra.
Por otra parte, siguieron la línea de las palabras del presidente en la Asamblea General de la ONU, al pedir que se revisen las reglas con las que funcionan las COPs. “Consideramos que el multilateralismo nos puede ayudar a alcanzar importantes logros, pero no debe volverse un instrumento que limite las libertades y vulnere la soberanía nacional”, dice el texto diplomático argentino.
Sin embargo, prometieron que nuestro país cumplirá los compromisos asumidos y presentará su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) y en el Informe Bienal de Transparencia (BTR).
Y si la presentación argentina fue polémica, su accionar posterior se autosuperó. A tres días del comienzo de la COP 29, la delegación se retiró. Según explicó Manuel Adorni en su conferencia de prensa de esta mañana, “fue una exclusiva decisión del canciller en el contexto de reforma del Ministerio de Relaciones Exteriores”.
Es así que no habrá representación local en las importantes rondas de negociaciones de la próxima semana. Se trata de reuniones claves, en las que se define financiación millonaria para cada país, que Argentina necesita en este momento de crisis económica.