La sequía, «desastre sigiloso»
Las situaciones denominadas como desastres naturales se han incrementado en cantidad e intensidad en los últimos años. Algunos de ellos generan una destrucción fácilmente apreciable que tarda bastante tiempo en reponerse. En el caso de la sequía, denominada por muchos como “el desastre sigiloso”, es diferente. El comienzo de una sequía puede interpretarse como un pequeño problema temporal pero su impacto aumenta de forma notoria con el tiempo, dejando un rastro de destrucción tan mortal para las plantas como otros fenómenos meteorológicos extremos.
Aunque no es posible predecir cuánto durará una sequía ni su gravedad, los sistemas de alerta temprana pueden poner sobre aviso a los agricultores para que tomen medidas preventivas en sus campos. Además de datos meteorológicos actuales e históricos, los satélites han demostrado ser una fuente de información muy potente, gracias a la capacidad de ver imágenes satelitales en tiempo real en muchas partes del globo terráqueo.
Sequías en Argentina
En Argentina, las sequías están fuertemente relacionadas por la Niña, el fenómeno meteorológico que provoca que la temperatura de la superficie del mar en el océano Pacífico a la altura del ecuador, tanto en su zona central como en la más oriental, fluctúe de forma notoria. Este cambio en la temperatura del mar provoca cambios en la circulación del aire, que a su vez genera diferentes consecuencias, entre las cuales está la falta de lluvia.
Sin embargo, la Niña no es la única causa de este problema. La degradación del suelo, junto a la posterior desertificación, supone un problema cada vez mayor debido a la gestión agrícola, forestal y ganadera no sostenible que todavía se realiza en muchas partes del país, además de los ciclos de producción extensivos. Algunas de las actividades denominadas no sostenibles en Argentina son la deforestación y el uso inadecuado de los recursos hídricos. Otros factores naturales, como la erosión eólica o la disminución de la cobertura vegetal, también influyen en el grave problema con el suelo que sufre Argentina, incrementando el problema.
¿Pueden las imágenes satelitales ayudar a controlar la sequía en Argentina?
Existen diferentes parámetros que pueden medirse para monitorizar la sequía: precipitaciones, temperatura, humedad del suelo o evapotranspiración. Todos ellos pueden ser medidos del espacio, lo que convierte a los satélites en excelentes herramientas de soporte para mitigar el problema. Aunque los datos satelitales son de una ayuda inestimable, idealmente deben combinarse con datos terrestres tomados sobre el terreno, pero no siempre es posible.
Una imagen satelital por sí sola puede no aportar mucha información a nivel visual, pero el uso de índices de vegetación puede solventar este problema. Índices como el NDMI (Índice de Humedad de Diferencia Normalizada) son un gran indicador del estrés hídrico en los cultivos, tanto por exceso como por defecto. Otros índices, como el NDVI o el NDRE, también pueden servir de ayuda para detectar problemas en las plantas que pueden estar relacionados con el estrés hídrico. No obstante, este enfoque tiene el inconveniente de que la sequía suele estar bastante avanzada cuando el estrés hídrico es perceptible en la cubierta vegetal.
Puesto que la humedad del suelo puede indicar mejor las deficiencias hídricas, el índice NDWI (Índice De Agua De Diferencia Normalizada) suele utilizarse para resaltar el aspecto de las masas de agua y conocer la cantidad de agua que poseen, ya que reduce considerablemente la reflectancia del suelo y la vegetación.
En los estudios relacionados con el agua y las plantas, la combinación de los índices NDMI y NDWI es habitual. Dicha combinación da una mejor estimación del contenido de agua de la planta en el follaje, gracias a la reflectancia espectral en la longitud de onda del infrarrojo de onda corta.
Imágenes satelitales para el medioambiente argentino
La creciente preocupación por el cambio climático y la degradación del medioambiente está impulsando la demanda de servicios basados en imágenes satelitales en tiempo real. Una buena parte de este crecimiento lo aporta el sector agrícola en Argentina, cada vez más concienciado con la adopción de la tecnología satelital. Las imágenes satelitales, combinadas con otras tecnologías como el aprendizaje automático y análisis avanzados, pueden ayudar a los agricultores locales a monitorizar la salud de los cultivos, detectar signos tempranos de estrés o de plagas y enfermedades, y optimizar el uso de sus recursos.
En lo que respecta a la protección del medioambiente, el uso de teledetección ha aumentado gracias a los esfuerzos del gobierno argentino por promover y apoyar su uso. Se estima que el gasto público de Argentina aumente más de un 250% cada año hasta 2026 en todo lo relativo con el espacio. A raíz de las recomendaciones del Banco Mundial, Argentina ha ordenado una serie de medidas para garantizar la resiliencia de la agricultura y el abandono de prácticas nocivas, como la deforestación. Para garantizar que los esfuerzos sobre el terreno se corresponden con las recomendaciones, el uso de datos satelitales se antoja vital para revertir una situación que lleva agravándose desde hace décadas.
Autora:
Kateryna Sergieieva
Kateryna Sergieieva es Doctora en Tecnologías de la información y cuenta con 15 años de experiencia en teledetección. Es la científica responsable del desarrollo de tecnologías de monitorización por satélite y detección de cambios en las características de la superficie. Kateryna es autora de más de 60 publicaciones científicas.