En un tono triunfalista, y con 292 votos para el Colegio Electoral, superando el piso necesario de 270, Donald Trump anunció una «victoria política histórica» y aseguró que «en cuestión de horas» logrará el triunfo definitivo.
El exmandatario agradeció enfáticamente el respaldo de sus seguidores y celebró el giro en el Senado hacia el control republicano, un cambio que consideró crucial para impulsar su agenda política. «Ganar el voto popular ha sido increíble», afirmó, destacando que la jornada marcó un antes y un después en la dinámica política del país.
Su promesa de «hacer sano a Estados Unidos de nuevo» fue el eje de su mensaje, junto a un compromiso de «trabajar incansablemente» por el pueblo estadounidense. «Cada día lucharé por ustedes con cada aliento. Será la época dorada de América», proclamó, asegurando que el país se encamina hacia «un movimiento político nunca visto».
Silencio en el búnker demócrata y la espera de los últimos estados
Mientras Trump celebraba, su oponente demócrata, Kamala Harris, optó por cancelar un discurso público programado. En su lugar, difundió un breve comunicado en el que subrayó la necesidad de respetar el proceso de recuento en estados clave, recordando que «aún tenemos votos por contar». La carrera hacia la Casa Blanca sigue en suspenso, con cinco estados pendientes de confirmación, lo que mantiene la incertidumbre entre los estadounidenses.
Trump celebró la mayoría republicana en el Senado, un logro que considera fundamental para avanzar en su agenda de gobierno sin trabas legislativas. Si se confirma su victoria, este nuevo Congreso podría ser clave para que el expresidente impulse políticas en áreas sensibles como inmigración, economía y seguridad nacional. Para Trump, el regreso del Partido Republicano al poder en la Casa Blanca simboliza una oportunidad para “corregir el rumbo” y devolver a Estados Unidos su “esplendor conservador”.