Desde que el presidente Javier Milei vetó la Ley de Financiamiento Universitario, se intensificaron las medidas de lucha del movimiento estudiantil. Esta semana arrancó con un paro de 48 horas, y a ello se le suman las clases públicas y las tomas de numerosas casas de estudio.
Pese a la resistencia estudiantil, que crece en todas las universidades del país, el gobierno no da el brazo a torcer y se tensa aún más el conflicto. Puesto que el secretario de Educación, Carlos Torrendel, ratificó este jueves el ajuste en la Cámara de Diputados, y aseguró que “no va aumentar el presupuesto”.
De acuerdo al Consejo Interuniversitario de la Nación (CIN), son 70 las universidades públicas funcionando en Argentina en las que estudiantes eligen cursar carreras cortas, licenciaturas, posgrados o maestrías. De ese total, más de 20 se encuentran en la Provincia de Buenos Aires donde las jornadas de lucha continúan.
Nota al Pie le consultó sobre la situación a Tomás Battaglino, secretario general de la Federación Universitaria Argentina (FUA), quien explicó: “Se está discutiendo cómo seguir esta lucha, cómo se va a seguir prolongando el conflicto frente a un ajuste que el Gobierno está ejerciendo en las universidades”.
Al mismo tiempo señaló que “no hay memoria desde la recuperación de la democracia que se haya dado un ajuste de estas características y un ataque que no sólo es presupuestario, sino que también es ideológico”.
El conurbano bonaerense encendido: ¿Cómo se vive el conflicto?
La defensa de la Universidad Pública es una bandera que traspasa las aulas, ya que no solo beneficia a quienes ingresan a ella, sino también a toda la comunidad. Entendiendo esto es que se lograron las dos masivas marchas federales que fueron encabezadas por estudiantes universitarios, docentes, no docentes, y acompañadas por trabajadores, jubilados y alumnos de diversos niveles educativos.
Tras el respaldo al veto presidencial, les estudiantes de diversas casas de estudio organizaron asambleas y votaron a favor de tomar sus establecimientos. Las primeras en alzar la voz fueron facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Horas después, se sumó la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Con el correr de los días, casi 100 facultades fueron tomadas a lo largo y ancho del país.
El conurbano bonaerense no tardó en reaccionar, por su parte la Universidad de San Martín (UNSAM), decidió extender la toma hasta este viernes 25 de octubre. Durante esta jornada, realizarán clases públicas en la plaza de San Martín. Además, convocaron al primer «Conurbanazo» en el marco de la marcha federal que se llevará a cabo en noviembre.
Tobias Cabandié, presidente del Centro de Estudiantes de Humanidades de la UNSAM, dijo a este medio: “Las universidades nacionales del conurbano cumplen una función esencial en el ascenso social y por eso hay que defenderlas”. En referencia al conflicto, sostuvo que finalizará “cuando los salarios docentes comiencen a ser una cuestión más digna, cuando el docente y el no docente cobren lo que corresponde”.
Desde Movimiento Sur participaron de varias acciones de lucha, como las marchas desde la Universidad Nacional Arturo Jauretche (Florencio Varela) y la Universidad Nacional de Quilmes (Bernal). Además, estuvieron presentes en las tomas iniciadas y sostenidas que se llevan adelante en las Universidades Nacionales de Moreno, de San Martín y de Luján.
Sin embargo, les estudiantes tuvieron que estar alerta ante los ataques de grupos libertarios que están en desacuerdo con las medidas. Por ejemplo, la primera semana de toma en la UNQUI inició con el ataque con gas pimienta a la comunidad universitaria por parte de un grupo de hombres ajenos al establecimiento y aliados a La Libertad Avanza.
A pesar de los intentos inútiles de amedrentamiento, las tomas fueron creciendo y el efecto dominó concluyó en un movimiento estudiantil que involucró a muchos otros sectores sociales. A través del instagram “No al Veto”, que ya cuenta con 80,000 mil seguidores, les estudiantes comparten el minuto a minuto de las jornadas de reclamos.
En La Plata, el conflicto escaló hasta la escuela secundaria. Este viernes 25 (de 17:30 a 21:30), se realizará un festival en defensa de la educación pública organizado por la comunidad del Colegio Nacional, en la puerta del edificio.
No obstante, Battaglino expresó que “hay sectores en las universidades que plantean que hay que respetar el veto del Presidente, que está dentro de su facultades constitucionales y hay que esperar la discusión presupuestaria”. Desde la FUA no confían en que el presupuesto sea en beneficio de las facultades, ni de la salud.
La lucha en cada rincón: el estudiantazo que unió al país
En la provincia de Mendoza, esta semana el movimiento estudiantil organizó asambleas interfacultades para determinar cómo continuarán la lucha. Los gremios docentes insisten con esperar a que se convoque a la próxima marcha Universitaria, pero los estudiantes responden con vigilias, carteleadas, movilizaciones por la ciudad Universitaria, clases públicas, festivales, e intervenciones en la legislatura.
En Santiago del Estero, en la UNSE se confirmó la Asamblea Universitaria Permanente (dónde se nuclean todos los claustros). Organizan actividades como radio abiertas, clases públicas y cine debate.
Córdoba, por su parte, realizó una masiva marcha el 22 de octubre. Además, continúan las tomas en algunas Facultades como la de Psicología luego de masivas asambleas.
En la Universidad Nacional de Salta, llevan adelante una semana de paro desde 21 de octubre. Las jornadas son acompañadas por diversas actividades. Además, se convocaron clases públicas en las inmediaciones del Rectorado.
Dato mata relato: desmintiendo los dichos del presidente
Esta lucha es histórica por varias razones, por un lado su magnitud se debe a que la población estudiantil en Argentina creció en los últimos 20 años como resultado de la duplicación de la matrícula universitaria.
Los ingresantes a las universidades nacionales de todo el país aumentaron un 67,6% entre 2012 y 2021 y el sistema universitario registró un crecimiento del 39,7% en la matrícula de estudiantes de pregrado y grado, según la Síntesis de Información Universitaria que elabora anualmente el Ministerio de Educación de la Nación.
Por otro lado, porque se trata de un punto indiscutible. Un consenso mayoritario revela que el 99% de los argentinos considera que la educación es la herramienta clave para el crecimiento del país.
Desde la consultora Zubán Córdoba y Asociados publicaron datos al respecto: aunque existen matices, las recientes declaraciones del presidente sobre este tema no han tenido un impacto positivo en su imagen. El relevamiento además indicó que:
- 91% está en desacuerdo con la idea de que las universidades públicas son un gasto innecesario.
- 76,2% refuta la afirmación de que los pobres no acceden a las universidades públicas.
- 86,4% considera que las universidades son un orgullo nacional.
- 80,7% cree que estas instituciones contribuyen a la movilidad social.
“Si no hubiera sido por las tomas, no estaría la sociedad hoy discutiendo la educación pública y ese es un debate en el que los estudiantes tenemos todas las de ganar”, aseguró Battaglino. “La sociedad argentina defiende su universidad pública, que genera ascenso social y busca que en las universidades los que hoy no llegan puedan llegar, pero solo van a llegar de la mano de una universidad pública y gratuita”, expresó.
Por último, se trata de una conquista de la clase trabajadora. Milei planteó en uno de sus argumentos para insistir con el desfinanciamiento de las universidades: “La universidad pública nacional no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y de la clase alta y media alta, en un país donde la gran mayoría de los niños son pobres». Sin embargo, la realidad lo pone en jaque dado que el 48% de los estudiantes de universidades públicas son pobres. Existe un profundo fenómeno de primera generación de estudiantes universitarios con familias trabajadoras (el 47,8% de los inscriptos en 2022), que tiene una extensión particular en las universidades del Gran Buenos Aires y los demás centros urbanos de todo el país. Este proceso es desigual según la zona.
“El mismo INDEC dice que más del 40% de quienes hoy estudian en las universidades están bajo la línea de pobreza y que siete de cada 10 de los estudiantes que hoy integran el sistema universitario argentino son primeras generaciones de estudiantes universitarios”, agregó Tomás.
Según datos del propio gobierno, en la UBA hay un 39% de estudiantes que son primera generación, mientras que en universidades del conurbano bonaerense, como en José C. Paz, esta cifra asciende al 75%; en Florencio Varela, al 76%; y en Lanús, al 70%.
Un estudiante es mucho más que un número, se trata de un sujeto político y social capaz de transformar la realidad. Una vez más, es desde las aulas donde se escribe la historia de un país que cree en la libertad de estudiar en la universidad pública.