Docentes y trabajadores no docentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y otras 25 universidades del país han comenzado un paro de 48 horas como parte de un plan de lucha en respuesta al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Esta medida se extenderá durante toda la semana, en un contexto marcado por la preocupación por el deterioro de los salarios docentes y la falta de recursos suficientes para las instituciones educativas.
Contexto del conflicto: el veto a la Ley de Financiamiento Universitario
La protesta surge tras la decisión del Gobierno nacional de vetar la Ley de Financiamiento Universitario, una herramienta considerada clave por los gremios para asegurar un presupuesto adecuado que garantice el funcionamiento y desarrollo de las universidades. La medida ha generado preocupación y rechazo entre docentes y trabajadores universitarios, quienes consideran que esta decisión afecta directamente la calidad de la educación superior y el futuro de la comunidad educativa.
El paro, organizado por la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD UBA) y otros sindicatos universitarios, busca visibilizar los principales problemas que enfrentan las instituciones, especialmente la pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes. Según Diego Fernández, representante gremial de la Facultad de Medicina de la UBA, «los salarios están 65% por debajo de la inflación acumulada en el último año», una situación que ha llevado a los docentes a movilizarse.
Protestas y actividades: visibilizar el conflicto
El plan de lucha incluye diversas actividades de protesta y visibilización durante la semana. Este martes, la AGD UBA ha convocado a clases públicas en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, con el objetivo de llevar las aulas a la calle y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del financiamiento adecuado para la educación superior. Esta iniciativa busca generar un espacio de diálogo y reflexión que destaque el impacto de la falta de fondos en el desarrollo académico y profesional de estudiantes y docentes.
También el martes a las 14:00 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se llevará a cabo una Marcha Blanca de residentes en salud, junto al movimiento estudiantil y algunos gremios docentes. La movilización partirá desde Plaza Congreso hasta Plaza de Mayo, donde también se realizarán clases públicas.
El miércoles, las actividades continuarán con una radio abierta en la puerta del Congreso de la Nación, donde se expondrán las demandas ante la opinión pública y los legisladores. Será una jornada clave para que distintos actores del ámbito educativo puedan expresar sus preocupaciones y propuestas para superar el conflicto.
Un frente gremial amplio y unido
La medida de fuerza cuenta con el respaldo del Frente Sindical de Universidades Nacionales, integrado por varias organizaciones gremiales como Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Ctera, Fagdut, Fatun y Uda. Estos sindicatos han convocado al paro de 48 horas, que se inscribe en una semana completa de protestas que se extenderán hasta el sábado. Durante estos días, se llevarán a cabo distintas actividades para mantener visible el reclamo y exigir respuestas concretas del Gobierno.
Además, la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) ha confirmado que esta semana de lucha no será la última si no se atienden las demandas del sector. El secretario general de la CONADU, Sergio de Feo, adelantó que seguirán impulsando la protesta hasta que el Congreso actúe y haga valer las voces de la comunidad educativa frente a lo que consideran un «Poder Ejecutivo autoritario». Según De Feo, «el veto a la ley es un ataque directo a la autonomía universitaria y a la calidad educativa».
Apoyo institucional y estudiantil
La movilización de docentes y trabajadores no estaría completa sin el respaldo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que agrupa a los rectores de las universidades, y de la Federación Universitaria Argentina (FUA), que representa a los estudiantes del país. Ambas organizaciones han expresado su apoyo a la lucha gremial, formando un frente compacto que busca defender el financiamiento universitario y el derecho a la educación pública y de calidad.
La participación de estas entidades destaca la relevancia del conflicto, que no solo afecta a los trabajadores de la educación, sino también a los estudiantes, quienes ven en peligro sus oportunidades de formación y desarrollo profesional debido a la falta de recursos adecuados.
El futuro del plan de lucha
El jueves se realizará un plenario nacional con la participación de representantes gremiales de universidades de todo el país. En esta reunión, se definirán las próximas acciones a seguir en caso de que el Gobierno no atienda los reclamos. La posibilidad de nuevas medidas de fuerza está sobre la mesa, y los gremios han dejado claro que continuarán su lucha hasta que se revierta la situación actual.
La semana de lucha universitaria ha comenzado con fuerza y promete mantener la atención sobre un conflicto que refleja la tensión entre la comunidad educativa y el Gobierno nacional. Los próximos días serán clave para definir el rumbo de esta disputa y, en última instancia, el futuro del sistema universitario público en Argentina.