Montaña. Crónica de un cáncer no es un libro más sobre esta enfermedad, sino que se trata de una novela ilustrada que fue pensada como una compañía para sus lectores. Florencia, autora de la obra, necesitaba poner en palabras todo lo que ocurrió desde que recibió el diagnóstico hasta su recuperación. De este modo, encontró en la escritura un lugar transformador.
En el marco del mes de la concientización sobre el cáncer de mama, el tipo de cáncer más frecuente en mujeres a nivel mundial, Florencia Curi y Marianela Muller presentan esta obra por partida doble. Luego de presentarla en la provincia de Entre Ríos, tierra natal de la autora, llegan a la Ciudad Buenos Aires el próximo viernes 25.
Durante octubre, los organismos que se dedican a estudiar esta enfermedad publican datos actualizados con el objetivo de concientizar sobre ella, sus síntomas y métodos preventivos. Además, ofrecen servicios de salud destacando la importancia de los chequeos médicos.
Si bien el libro fue escrito por Florencia Curi, otros dos corazones contribuyeron con su creación: Marianela Müller, la ilustradora, y Maite Diori, la editora. Las tres son amigas de toda la vida que decidieron responder al tratamiento con arte, dando paso a una obra que nació en Chajarí (Entre Ríos) y Villa Luro (CABA).
Palabras, dibujos y amistad: cómo fue la producción de este libro
Florencia fue diagnosticada a sus 30 años y la enfermedad interrumpió un gran momento profesional. A partir de entonces comenzó un camino lleno de desafíos, incertidumbre y miedos. Un camino al que hay que ponerle el cuerpo como al subir una montaña.
Sin embargo, este libro no se detiene en el cáncer, sino que la enfermedad es usada como puente. La protagonista narra minuciosamente el recorrido que inició desde el momento en el que le detectaron cáncer de mama y comenzó a subirse a esa montaña para luego bajar renovada, destacando el apoyo fundamental de la amistad y la familia.
“Encontramos ahí una potencia que es más grande que nosotras, es más grande que Flor, que Mai y que Mari. Es Montaña, es algo que sucede cuando las tres estamos ahí, nosotras tres y también todas las demás mujeres que fueron en el camino colaborando para poder concretar este sueño», dijo Florencia en un comunicado. “Cuando comencé a escribir, fue más bien para poner en palabras toda la incertidumbre, enojo y miedo que producía la interrupción de mi vida tal como la conocía hasta antes del cáncer. Porque en cuestiones de salud, hay un antes y un después de cualquier enfermedad que viene a recordarnos la finitud de la vida”, agregó.
La idea de realizar una novela ilustrada surgió en el camino: “Mientras hacía quimioterapia quería leer algo, pero el cansancio y la energía no daba para mucho, cuando llegó a mis manos un libro especial”. Se trataba de una novela gráfica que trataba sobre el arte con ilustraciones y un texto muy ameno. “Y así, me fui dando cuenta de que ese lenguaje podía servir para contar esta historia, con la esperanza de que sirviera de compañía a otras personas que estuvieran viviendo algo parecido”, explicó.
“Siento que esa montaña de emociones que produce cualquier enfermedad, en este caso el cáncer pero que no se reduce a él, puede y debe ser una experiencia compartida porque hay muchas cosas que nadie cuenta y me hubiera gustado saber antes”, sostuvo.
“Este libro está hecho con la ilusión de que sea un compañero de viaje, a veces gracioso, a veces incómodo, otras reflexivo. Como quien mira un paisaje a través de una ventanilla, pero sensible y empático”, reflexionó.
En estas páginas no se encuentran respuestas de qué hacer cuando se atraviesa un cáncer, sino cómo vivirlo acompañado. De hecho, la autora destaca que fue la compañía la que la sostuvo en los momentos más difíciles.
Para la autora, entonces, se trata de “una voz que dice que no vas solo o sola en esas subidas y bajadas, porque también vivió eso que muchas veces cuesta poner en palabras. Una voz que dice: vayamos juntas, compartamos esto que nos pasa, porque al fin de cuentas, eso es lo más lindo de la vida”.
La prevención como horizonte esperanzador
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de cáncer de mama no es igual en todos los países. De hecho, la carga de morbilidad por la enfermedad es desigual entre países en función del Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador de bienestar de la población en tres aspectos básicos: una vida larga y saludable; acceso a educación; y un nivel de vida digno.
De esta forma, la estadística demostró que en los países con un alto IDH se diagnostica con cáncer de mama a 1 de cada 12 mujeres y 1 cada 71 muere por la enfermedad.
Mientras que, en los países con un peor desempeño en el Índice de Desarrollo Humano, este tipo de cáncer se detecta en 1 de cada 27 mujeres y 1 de cada 48 podría fallecer por su causa. Por esta razón, la OMS destaca la importancia de la detección precoz y de los chequeos médicos preventivos, como la mamografía, en la reducción de la morbilidad por esta enfermedad.