*Artículo escrito por Robert Valencia, miembro de #CONNECTASHub
Luego del acalorado debate entre el candidato republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, un video se volvió viral en las redes. Stephen Miller, colaborador de la campaña del expresidente, dio una entrevista al reportero de la cadena NTN24, José María del Pino, quien lo confrontó para aclarar si en realidad Caracas —y Venezuela— eran más seguras que los Estados Unidos, como lo aseveró repetidamente Trump en la noche del martes 10 de septiembre, ya que “todos los criminales venezolanos”, según él, estaban en suelo estadounidense.
“La tasa de criminalidad en Venezuela ha disminuido, creo, un poco más del 60% en los últimos años”, señaló Miller. En ese momento, el periodista lo presionó para que contestara concretamente si estaba de acuerdo con dichas estadísticas que arrojaba el régimen de Nicolás Maduro. “Digámoslo de esta manera: si usted es un dictador de un país pobre con una alta tasa de criminalidad, ¿no enviaría a sus criminales a nuestra frontera abierta?”, respondió Miller. Pero el reportero no cedía en su intento por recibir una respuesta directa: “Esa no era mi pregunta. ¿Confía en las cifras de la dictadura? Esas son cifras de Maduro”, dijo Del Pino. Miller se desubicó, levantó la voz en señal de frustración y continuó con una narrativa que no ha sido comprobada, y es que supuestamente el temido grupo criminal Tren de Aragua se había tomado unas residencias en la ciudad de Aurora, Colorado.
I asked Stephen Miller, one of Donald Trump's top advisors, what is the evidence for saying that Caracas and Venezuela are safer than the United States. He began by answering that it is the government's numbers. I asked him if he trusted Maduro's numbers. And this was his… pic.twitter.com/qkXTNiGmt0
— José María Del Pino (@josemdelpino) September 11, 2024
Paradójicamente, en el primer cara a cara entre los candidatos, los temas de relevancia en Latinoamérica se mantuvieron al margen del debate, en tanto que Ucrania y Gaza monopolizaron los temas a discutir —aunque de manera escueta— en el plano de relaciones internacionales. Por ejemplo, no se abordó la crisis política de Venezuela que obligó al candidato presidencial Edmundo González a buscar asilo en España ante las amenazas de Maduro, quien sigue sin reconocer su derrota en las elecciones de junio. Ni siquiera hablaron de México, uno de sus aliados comerciales más importantes, que además está por juramentar a la primera presidente mujer. No obstante, y como lo muestran tanto la errática intervención de Trump como el video de Miller, los republicanos autoproclamados MAGA (‘Hacer Estados Unidos Grande de nuevo’) usan a los inmigrantes de Suramérica y el Caribe como chivo expiatorio de todos problemas sociales que enfrenta Estados Unidos.
Ante la mirada atónita de Harris y de los televidentes, Trump repitió sus mentiras acostumbradas contra los inmigrantes latinoamericanos y del Caribe. Para evadir la pregunta sobre si se arrepentía de su rol en la toma del capitolio en Washington, D.C. el 6 de enero de 2021, el candidato enfatizó en detener a los “millones y millones” de migrantes suramericanos que “salían de instituciones mentales” (Aparentemente, Trump confunde el “asilo humanitario” y “asilo” para personas con trastornos).
Asimismo, redobló su apuesta y dijo que inmigrantes en la ciudad de Springfield, Ohio —particularmente haitianos—, “comían gatos, perros” y otras mascotas. Se trata de un bulo que surgió de una publicación de la plataforma X, cuyo dueño, Elon Musk, es abiertamente pro-Trump y busca tener gran influencia en una eventual administración republicana.
A pesar de que uno de los moderadores del debate lo desmintió, Trump nuevamente recurrió a la misma falacia el 12 de septiembre en una correría en Tucson, Arizona. “Una grabación de llamadas al 911 muestra que los residentes están informando que los inmigrantes se están yendo con los gansos de la ciudad. Se están llevando a los gansos. ¿Sabes dónde están los gansos? En el parque, en el lago. E incluso se están yendo caminando con sus mascotas. ‘Se han llevado a mi perro. Me han robado mi perro’”, dijo.
"They're eating the pets," says Donald Trump, repeating a debunked claim about immigrants in Springfield, Ohio.
— NBC News (@NBCNews) September 11, 2024
“There have been no credible reports or specific claims of pets being harmed, injured or abused by individuals within the immigrant community,” police said on Monday. pic.twitter.com/wYs96Aekt1
Los comentarios de Trump sobre inmigrantes que comen mascotas han generado toda clase de memes y videos en las redes sociales. Figuras como el senador republicano Ted Cruz y su candidato a vicepresidente, J.D. Vance, han atizado la controversia mediante burlas y fotos generadas con Inteligencia Artificial que muestran al expresidente abrazando gatos. No obstante, estas manifestaciones no resultan graciosas para las comunidades víctimas de estos ataques. De acuerdo con un reporte de la cadena NBC News, el ayuntamiento de Springfield tuvo que cerrar sus puertas ante una amenaza de bomba. El alcalde, Rob Rue, indicó que el hecho incluyó quejas sobre la presencia de haitianos en ese lugar.
Como se evidenció en el debate, Trump y su fórmula presidencial usan la narrativa anti-inmigrante como arma política, la misma que le funcionó en 2015. En aquel entonces, catalogó a los migrantes mexicanos de “narcotraficantes, violadores y criminales”, un mensaje que encontró suelo fértil en un partido Republicano que poco a poco estaba siendo apropiado por el magnate de los bienes raíces y que terminó por llevarlo a la Casa Blanca en 2016.
Trump, aspirante al mismo cargo por tercera vez consecutiva, quiere repetir la misma estrategia pero incluso con un lenguaje más violento. A comienzos de este mes, mencionó que habría un “baño de sangre” a la hora de llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes, volviendo a citar la supuesta toma de apartamentos en Colorado por criminales venezolanos. Hasta la fecha, el aspirante republicano no ha explicado detalladamente su plan de deportar millones de personas, ni cuánto costará ni quienes serán sujetos a este procedimiento.
“Importando votantes”
La postura anti-inmigrante de Trump desde que se lanzó a la palestra política ha conseguido que los propios demócratas asuman posiciones draconianas, como lo señala un reporte del diario The New York Times. La administración Biden-Harris impuso medidas estrictas en la frontera con México, algo que varios activistas pro-migrantes han criticado porque, argumentan, los que cruzan la frontera lo hacen para buscar ayuda humanitaria.
Por otro lado, la ciudad de Nueva York —bastión progresista y lugar histórico de llegada de millones de migrantes de alrededor del mundo— también fue testigo de narrativas anti-inmigrantes, cuando equivocadamente medios como Fox News señalaron a migrantes venezolanos de atacar agentes policiales. El mismo alcalde, Eric Adams, dijo que la presencia de inmigrantes de bajos recursos “destruirá la ciudad”, lo que causó manifestaciones en contra de la creación de centros de refugio para inmigrantes venezolanos. No sobra aclarar que el incidente que detonó la situación fue provocado por los policías y no por los venezolanos.
New Gallup poll:
— Ryan James Girdusky (@RyanGirdusky) July 12, 2024
55% of Americans want to REDUCE immigration to the U.S.
Highest amount since the aftermath of 9/11.
This includes:
– 90% of Republicans
– 50% of Independents
– 28% of Democrats
The only republicans who don’t want less immigration are in congress pic.twitter.com/7HHG0hZzAi
En medio de este escenario anti-migratorio, Trump también ha fomentado otra falsedad. Según él, los demócratas estarían “importando” migrantes de estatus irregular para que voten a su favor —una mentira de la que ha hecho eco Musk para sus más de 197 millones de seguidores en X—.
La Constitución solo le otorga el derecho al voto a los ciudadanos, pero inexplicablemente el partido Republicano ha sostenido en ruedas de prensa que dichos inmigrantes han votado en forma “ilegal” y han pedido leyes para que personas sin documentos no puedan votar. Además, ni el portavoz de la mayoría republicana de la Cámara, Mike Johnson, ni el propio Trump han comprobado sus afirmaciones. Por eso sus críticos dicen que este es un esquema para sembrar desconfianza y confusión en camino a las elecciones de noviembre.
Intimidación del votante hispano
Estos discursos incendiarios, sin base jurídica ni factual, han propiciado actos de intimidación contra el votante hispano, un voto que, como lo ha contado CONNECTAS, cada vez tiene más relevancia en el escenario electoral de Estados Unidos. Un hecho particular sucedió en Texas en agosto, cuando el fiscal general de ese estado, Ken Paxton, ordenó realizar redadas contra los miembros de la organización para los derechos civiles latinoamericanos LULAC. El funcionario alegó que grupos como LULAC recogen firmas de votantes que no son ciudadanos, pero hasta la fecha nadie ha comprobado ese hecho.
Por su parte, LULAC ha acusado a la fiscalía general de Texas de intimidación al votante hispano. Cita el caso de una voluntaria de 87 años a quien sometieron a un intenso interrogatorio, y el decomiso de objetos personales y materiales para registrar votantes. Asimismo, la organización ha dado a conocer que proyectos de ley anti-inmigrantes a nivel estatal han surgido entre 2020 y 2024, y a pesar de que hay cerca de 36 millones de personas de origen latinoamericano aptos para ejercer su voto, éstos no han escapado a actos de intimidación y de odio racial en la última década.
Más recientemente, J.D. Vance declaró que si “la migración fuera el sendero de la prosperidad, Estados Unidos sería el país más próspero del mundo”. Pero al contrario del discurso anti-migratorio, es un hecho que los migrantes recientes fueron determinantes en mantener la economía a flote durante la pandemia, y existe plena evidencia de su gran aporte al sostenimiento de varias industrias. De acuerdo con Comité Económico del Senado, los trabajadores migrantes mantuvieron en pie sectores vitales como la agricultura y prestación de servicio durante la peor etapa de la covid-19.
Estas cifras coinciden con otras observaciones hechas por centros de investigación como la prestigiosa Brookings Institution. Esta concluyó que en los últimos dos años Estados Unidos ha logrado mantener el suministro de la fuerza laboral gracias a los inmigrantes, además de que varios de ellos emprenden negocios personales y pequeñas empresas.
Miller y Trump tampoco dicen la verdad cuando hablan sobre las altas tasas de criminalidad perpetradas por migrantes indocumentados. En un reporte sobre este tema, el Departamento de Justicia encontró que los inmigrantes indocumentados “son arrestados a menos de la mitad de la tasa de los ciudadanos estadounidenses por delitos violentos y de drogas, además de una cuarta parte de la tasa de los ciudadanos nativos por delitos contra la propiedad”.
Speaking of being "ideologically blinded," this study published the Proceedings of the National Academy of Sciences (among numerous others) shows that the crime rate in Texas is lower among legal immigrants than among US-born citizens, and much lower still among illegal… pic.twitter.com/SIPAUElGwY
— Yann LeCun (@ylecun) September 1, 2024
Lo que depara el futuro
Más allá del ambiente vitriólico que busca fomentar un lado del espectro político, los latinos en Estados Unidos esperan ideas concretas en temas que les conciernen, particularmente la inmigración, economía y regulaciones ambientales. Pero, como algunos señalan, ningún partido político ha hecho el esfuerzo de acercarse y abordar estos tópicos, por ejemplo en estados clave como Nevada, según reportes de la organización hispano-estadounidense Unidos US.
En todo caso, los hispanos están entusiasmados por votar, de acuerdo con un reporte hecho por las organizaciones Hispanic Federation y Latino Victory Foundation en agosto. Un 57 por ciento de ellos se reportaron interesados a raíz del cambio de la fórmula presidencial demócrata, cuando el presidente Joe Biden le cedió sus aspiraciones a Harris. Asimismo, 73 por ciento de los hispanos registrados aseguran que votarán en las elecciones presidenciales.
Los observadores concluyen que los votantes latinos esperan que ambas candidaturas formulen propuestas convincentes y que respondan a sus necesidades. A menos de dos meses para las elecciones, el tiempo corre para que ambas candidaturas conquisten un bloque electoral tan importante como el hispano. Por ahora, la balanza comienza a inclinarse por Harris, mientras que Trump se sigue consumiendo en un lenguaje vomitivo y conspirativo.