En los últimos años, el trabajo de autoras y artistas talentosas se ha viralizado, posicionándolas como verdaderos íconos dentro del ámbito de la historieta.
El auge de las redes sociales, particularmente Instagram, ha sido clave en este proceso, al igual que los movimientos feministas de la Cuarta Ola, caracterizados por su vínculo con el ciberactivismo. El Feminismo 4.0 ha encontrado su expresión en la historieta y el humor gráfico, donde se refleja un fuerte sentimiento de pertenencia a una lucha emancipatoria global e intergeneracional, con un enfoque discursivo que abraza las disidencias.
La irrupción de las mujeres historietistas ha sido tal en los últimos años, que han sido reconocidas en muchas premiaciones nacionales como los Premios Cinder y los Premios Trillo de la Crack Bang Boom, el evento de historietas más importante de Argentina, y a nivel internacional, como los galardones del Festival de Angulema, Francia.Tal es el caso de autoras como Dolores Alcatena, Paula Boffo, Lauri Fernández, Sole Otero, entre otras.
Pero, ¿acaso antes del Feminismo de 4ta Ola no había autoras y artistas en la esfera comiquera nacional? En este marco, el mes de la historieta nacional, resulta una buena oportunidad para repasar y revalorizar a las artistas mujeres que han desplegado su arte en un entorno tradicionalmente masculinizado.
“Nosotras Contamos”: un recorrido por la obra de autoras de historieta y humor gráfico
En relación con el ‘boom’ de las historietistas y humoristas gráficas desde 2010, en 2019 se creó el catálogo de distribución gratuita titulado «Nosotras Contamos», que reunió a autoras gráficas argentinas entre 1933 y 2018. Este catálogo, coordinado por Mariela Acevedo, investigadora del CONICET, doctora en Ciencias Sociales, editora, guionista, gestora cultural y feminista, es una clara evidencia del proceso de crecimiento y multiplicación de autoras y artistas a lo largo del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI.
Si se trata de revisar y revalorizar a las mujeres en la historieta nacional, «Nosotras Contamos» es el punto de partida ideal para trazar un recorrido histórico a través de diferentes épocas que reflejan la progresiva inserción de autoras en el ámbito de la historieta argentina. En el libro, Mariela Acevedo utiliza el término ‘autoras’ de manera inclusiva, abarcando tanto a mujeres como a disidencias.
A partir de un riguroso y comprometido trabajo de investigación, el libro busca subsanar las ausencias históricas en relación con las autoras. El catálogo propone una periodización que sintetiza los cambios más relevantes, impulsados por innovaciones tecnológicas y la creación de nuevos espacios de sociabilidad, con el fin de democratizar un ámbito tradicionalmente masculinizado, como lo fue el de la historieta y el humor gráfico argentino. Así, distingue entre pioneras, okupas, fanzineras y feriantes.
De las Pioneras a las Feriantes
Las pioneras (1933-1969), en el catálogo son definidas como aquellas autoras que, con sus ‘primeros trazos humorísticos’, trataban de integrarse a las redacciones de las revistas y especulaban poder llegar a firmar o no sus trabajos y colaboraciones, razón por la que ha resultado difícil ubicar a muchas de las autoras. De hecho, mientras en la primera etapa solamente se lograron identificar 5 autoras, en el último periodo iniciado en el 2000 se rastrearon 56.
Entre ellas, se encuentra la hasta hoy considerada la primera humorista gráfica argentina Mitzi, mejor conocida como Niní Marshall en el mundo del espectáculo, quien publicaba en la revista Sintonía. Junto a ella, también se identificaron a algunas autoras más, como Idelba Lidia Dapueto, Martha Barnes, Cerebela y Gisela Dester.
Las okupas, denominadas así por venir a disputar más abiertamente ese espacio tan masculino, corresponden a la segunda etapa (1970-1989). En los ’70, revistas como Satiricón y Ediciones de la Urraca renovaron el entorno comiquero y abrieron las puertas a autoras que hasta ese entonces solo publicaban en las llamadas ‘revistas del corazón’, como Intervalo de Editorial Columba.
A las okupas ya se les permitía dedicarse al western, al terror y a los relatos bélicos y de piratas. Es, en esta etapa, cuando las organizaciones feministas comienzan a producir una prensa crítica que incluye en muchos casos, alguna que otra página de humor.
Entre algunas de las okupas, se encuentran Nelly Hoijman, Petisuí, Patricia Breccia, Cristina Breccia, Diana Raznovich, Silvia Maldini, y la reconocida y hoy vigente como siempre Maitena Burundarena. Maitena quien irrumpió en la escena comiquera en los ’80 con trabajos publicados en Fierro, Humor, SexHumor.
La tercera etapa, corresponde a las fanzineras (1990-2008). Se trata de una ‘época transicional’ en el que las autoras empezaron a diversificar sus trayectorias para acudir a otros campos creativos como la ilustración, las artes plásticas y la publicidad.
En este periodo, coincide la explosión del manga, que comenzó a hacerse notar en talleres, ferias, eventos y otros circuitos alternativos de publicación. Con la masificación de internet y de tecnologías que abarataron los costos de producción, muchas autoras se volcaron a blogs colectivos como Historietas Reales o Chicks On Comics.
Entre algunas de las autoras de esta etapa, se encuentran Laura Gulino, Alejandra Lunik, PowerPaola,Delius, Sole Otero y Alyen.
El último período, iniciado en la década de 2000 y que se extiende hasta el presente, se superpone con la etapa de las fanzineras y corresponde a las feriantes. Esta etapa comienza con la «recuperación económica tras la crisis de 2001» y se intensifica a partir de 2010, con la proliferación de «publicaciones autogestivas, emprendimientos activistas, encuentros y espacios de producción, así como la creación de circuitos renovados de intercambios y lecturas».
En este periodo, surgen proyectos como las revistas Clítoris, Panxa, Venga a Dibujar, festivales como ¡Vamos las Pibas! y las llamadas fanpages. Entre las autoras, se encuentran Gato Fernández, Lauri Fernández, María E. Alcatena, Nacha Vollenweider, Femimutancia, Mora Sarquis, Paula Andrade, Paula Boffo, China Ocho, Dani Ruggeri, Aleta Vidal, Sine y muchísimas más.
¿Feriantes Ciberactivistas?
En la última etapa que continúa en el presente, resulta imposible no advertir cómo el número de autoras aumentó exponencialmente a partir del 2010, año en el que los colectivos feministas empezaron a movilizarse por el Matrimonio Igualitario, para continuar con la Ley de Identidad de Género (2012), Ni una Menos(2015) y la lucha por la ampliación de la Ley al Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito desde 2018 hasta el 2020.
Dado que todas estas vindicaciones imbricadas íntimamente con los pañuelos violetas continúan instaladas en la agenda de los medios, en el activismo en las calles y en las redes, a partir de la segunda década del 2000, ¿podría hablarse acaso de la ya sub-etapa de las feriantes que podrían denominarse ‘ciberactivistas’?
Ante la popularización de las redes sociales y principalmente de Instagram, podría decirse que sí.
Las feriantes ciberactivistas se multiplican cada vez más. A estas artistas y autoras, se les suman hoy las llamadas ‘memeras’, cuyo propósito es escandalizar, ironizar la realidad y sacar alguna risa a partir de sus memes, que en ciertas ocasiones se hacen virales. Al respecto, con mayor o con menor intensidad, muchas de las tiras y memes de estas autoras, parecen estar atravesadas por la mirada de género.