Este miércoles, cientos de jubilados, trabajadores y activistas se concentraron frente al Congreso Nacional en una nueva movilización contra el veto de la ley de movilidad jubilatoria, impulsado por el presidente Javier Milei. La sesión especial realizada en la Cámara de Diputados concluyó con la ratificación del veto, tras una votación que arrojó 153 votos a favor y 87 en contra, dejando sin efecto el aumento previsto para los jubilados.
El resultado fue un duro golpe para los manifestantos, quienes reclamaban la implementación de la reforma que, semanas atrás, había sido aprobada con amplio apoyo en el Congreso. Sin embargo, varios diputados que inicialmente respaldaron la medida, entre ellos Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat, Federico Tournier y Pablo Cervi, cambiaron su voto en esta instancia.
Para anular el veto presidencial, se necesitaban 2/3 de los votos en ambas cámaras, una meta que la oposición no pudo alcanzar. Según denunciaron desde los sindicatos y agrupaciones presentes, el cambio de postura de algunos legisladores fue clave para asegurar el ajuste en detrimento de los jubilados.
Daniel Catalano, Secretario General de ATE Capital y adjunto de la CTA de los trabajadores, fue uno de los principales oradores durante la movilización. «En el Congreso hay diputados traidores que le dan la espalda al pueblo», afirmó. Además, sostuvo que la lucha por los derechos de los jubilados continuará y advirtió sobre la complicidad de algunos sectores con intereses contrarios a la sociedad.
Luis Quiroga, referente de la Agrupación de Jubilados Germán Abdala, expresó su indignación ante lo sucedido. «Esto no tiene precedentes. No podemos aguantar más. Venimos convencidos de que hay que luchar para frenar esta injusticia», dijo, haciendo un llamado a mantener la presión en las calles.
Otra vez la represión
El día culminó con episodios de represión por parte de las fuerzas de seguridad, lo que provocó varias personas muy golpeadas y afectadas por los gases lacrimógenos y una mayor indignación entre los manifestantes, incluidos jubilados y niños.
De todas maneras, la batalla por los derechos de los jubilados, aseguran desde las organizaciones, está lejos de terminar.