Este lunes, la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMA) denunció en sus redes sociales que Eduardo Luis Maurizzio no dejó ingresar a los trabajadores al establecimiento educativo. El funcionario interventor, que responde al presidente Javier Milei, decidió cerrar la casa de altos estudios con la Policía Federal.
Tras conocerse la situación, Madres de Plaza de Mayo emitió un comunicado en repudio. “La medida viola la autonomía universitaria y pretende criminalizar a los trabajadores de nuestra Universidad”. Por esta razón, convocaron a toda la comunidad de la UNMA, a los sindicatos, organizaciones sociales y a los partidos políticos a movilizarse a Defensa 119. “Ni un paso atrás”, expresaron en el escrito.
Por su parte, la rectora de la UNMA, Cristina Caamaño, informó en una entrevista radial que se encontraba dentro del establecimiento junto a otros trabajadores ya que los uniformados no les permitían salir. Además, comentó que el vicerrector presentará un hábeas corpus. “Es una privación ilegítima de la libertad”, afirmó.
Gracias al repudio social que despertó la noticia y a la concentración en la puerta del edificio, la policía se retiró del lugar. Una vez liberada, Caamaño contó detalles de la situación: “Hoy a la mañana cuando llegué, el policía que está siempre me dice que no puedo entrar. Le pregunto cuál es el motivo y saca una hoja con un Gmail -no un mail oficial- del interventor nombrado por Milei, por Capital Humano, en donde le dice a la Policía que no deje ingresar a nadie”. “Y el policía basándose en eso no me dejaba entrar. Ahí le mostré que era la rectora pero no me dejaba pasar. En determinado momento se corrió y pasé”, explicó.
“La gente de Capital Humano no quiere a la Universidad Nacional de Madres de Plaza de Mayo, porque son negacionistas, reivindicadores de la última dictadura cívico militar y son visitadores de los genocidas. Lo que más odian son los derechos humanos y lo que esté relacionado con eso, como las Madres”, sostuvo la rectora.