El fútbol argentino transita una actualidad de fuertes paridades entre sus clubes pero décadas atrás sobresalían siempre los mismos. De hecho, a nivel internacional era todo un logro histórico que se consagre un equipo argentino y pocos lo han hecho con tanta claridad y merecimiento.
En ese sentido, Vélez Sarsfield conmemora el trigésimo aniversario de la conquista de su única Copa Libertadores en el estadio Morumbí ante São Paulo, el bicampeón de turno. Un 31 de agosto de 1994 se produjo la primera y última vuelta olímpica del cuadro velezano en el certamen internacional más importante del continente.
Con Carlos Bianchi a la cabeza como un entrenador capaz y minucioso, Vélez se afianzó con un plantel inteligente que supo equilibrar la experiencia y juventud que ostentaba. Tanto el DT como los jugadores de aquella generación velezana entraron en la historia grande de la institución tras conformar una era de gloria.
Una final a pura emoción
Con la base del plantel que ganó de punta a punta el Clausura 1993, título que lo clasificó al torneo continental, Vélez sorprendió a todos y se impuso en Brasil. El equipo argentino representó un juego aguerrido y colectivo que no pudo frenar ni siquiera el último bicampeón reinante de la Libertadores.
Sus baluartes estuvieron en los goles de Omar Asad, el talento de José Flores, el temple de Flavio Zandoná y Roberto Trotta y el liderazgo de José Luis Chilavert. Una semana antes del duelo decisivo en tierras brasileñas, todo era fiesta azul y blanca por el triunfo 1-0 en Liniers.
Frente a 51.000 personas, donde la mayoría era local, el Fortín venció con gol del Turco que aprovechó una mala salida defensiva. El primer período fue todo del dueño de casa que mereció ampliar la ventaja pero el golero Zetti lo impidió. En el complemento despertó la visita con Cafú como máximo estandarte ofensivo pero no logró el empate.
La revancha pudo ser distinta si José Basualdo convertía el último disparo en Argentina pero el arquero brasileño mantuvo la diferencia. De hecho, en el partido desquite inició mejor el Tricolor que puso a trabajar a Chilavert pero Vélez de a poco se acomodó y respondió de la misma manera.
No obstante, una dudosa infracción se convirtió en penal, Müller no perdonó y emparejó la serie. Incluso, hubo una segunda pena máxima para el local que el juez no advirtió.
Con la tranquilidad del tanto, el cuadro paulista pudo liquidar el cotejo en los 90’ pero se encontró con un paredón. El arquero paraguayo se tapó todo lo que le tiraron y permitió que el equipo resista hasta la definición desde los doce pasos tras la expulsión de Raúl Cardozo.
La suerte estaba echada y todos convirtieron sus remates, a excepción de Palinha. Chilavert atajó el primero, anotó el segundo y Roberto Pompei sentenció el 5-3 final para gritar campeón.
El equipo de Vélez que conquistó el continente fue el siguiente: José Luis Chilavert; Flavio Zandoná, Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Mauricio Pellegrino, Raúl Cardozo; José Basualdo (54’ Roberto Pompei), Marcelo Gómez, Christian Bassedas; Omar Asad y José Flores (65’ Claudio Hussaín).
Un arduo camino hacia la gloria
Eran tiempos distintos a los modernos para la Copa Libertadores y en aquella edición se disputaba entre 5 grupos con 4 equipos cada uno. De hecho, solo podían clasificarse al torneo los campeones y subcampeones de cada país; además, de algunos que llegaban por liguillas especiales.
Con la primicia de que los 3 mejores de cada zona avanzaban a octavos de final, Vélez conformó el famoso grupo de la muerte. El conjunto de Liniers compartió el Grupo 2 con el Boca Juniors de César Luis Menotti y los siempre difíciles Cruzeiro y Palmeiras.
Sin embargo, los de Villa Luro se impusieron en la zona contra todo pronóstico y solo perdieron como visitante del Verdão. En tanto, igualaron 1-1 con el Xeneize como local y vencieron 2-1 en La Bombonera. Mientras que, sellaron una igualdad en 1 en el estadio Mineirao y triunfaron 1-0 ante Palmeiras y 2-0 contra Cruzeiro en casa.
Varias especulaciones daban a Vélez con poca vida en la copa pero quedó primero y se enfrentó ante Defensor Sporting de Uruguay en la siguiente fase. Con 1-1 en Montevideo y un 0-0 en el estadio Amalfitani, el trámite se decidió desde el punto penal.
Esa primera instancia eliminatoria agigantó la importancia de Chilavert que atajó dos penales y convirtió uno. Asimismo, el paraguayo fue quien definió la serie por 4-3 al desviar el último remate de Rubén Dos Santos.
Para los cuartos de final apareció una gran incógnita con el Minervén de Venezuela, equipo que sorprendió a propios y extraños al llegar tan lejos. Sin mucho conocimiento previo del rival, las dudas surgieron tras la igualdad sin goles a domicilio.
No obstante, en Argentina la historia fue distinta y Vélez se impuso 2-0 por Asad y Flores. En semifinales fue el turno de Junior de Colombia, donde el líder indiscutido del equipo era un talentoso Carlos Valderrama.
El duelo de ida en territorio cafetero finalizó 2-1 para los locales gracias al descuento del Turu. Asimismo, la revancha fue cuesta arriba para Vélez aunque los goles de Bassedas y Flores allanaron el sendero.
Sin embargo, el tanto de Iván Valenciano, tercer máximo goleador del fútbol colombiano con 217 anotaciones, llevó el trámite a los penales otra vez. Chilavert fue la gran figura al convertir su disparo y atajar el último de Ronald Valderrama, hermano del Pibe, para sellar el 5-4 que definió al segundo finalista.
El inicio de todo
Tanto la consagración en ámbito local como en el internacional con Bianchi fueron el puntapié inicial de la mejor etapa de la institución. Luego de vencer al equipo paulista, Vélez se alzó con otros dos estrellas en el fútbol argentino e igual cantidad fuera del país.
De hecho, la siguiente coronación vino de la mano de lo obtenido en Brasil al clasificarse a la Copa Intercontinental, actual Mundial de Clubes. En aquellos tiempos el máximo torneo de clubes solo reunía al campeón de la Libertadores con el de la Champions League, ex Copa de Europa.
El Fortín se enfrentó al poderoso Milan de Italia el 1 de diciembre de 1994. El cotejo finalizó 2-0 para los de Liniers con goles de Trotta y Asad en el complemento. La siguiente consagración fue a nivel doméstico con el Apertura 1995, donde se impuso con 41 unidades, 6 más que su inmediato perseguidor Racing.
En tanto, la buena racha continuó de manera inmediata con la Copa Interamericana de 1996 ante el Cartaginés de Costa Rica, rival que cayó por un global de 2-0. Esta extinta competencia, cuya última edición fue en 1998, equivalía a la Intercontinental pero con el reemplazo del europeo por el vencedor de la Copa de Campeones de la Concacaf.
En el partido de ida que tuvo lugar en Centroamérica se registró un 0-0; mientras que, Vélez ganó en casa con doblete de Flores.
Por su parte, a los pocos meses se gritó otra vez campeón en Liniers con el Clausura 1996, éxito que convirtió a Vélez como el primer bicampeón de los torneos cortos en Argentina. En esta ocasión la diferencia fue más acortada con 40 puntos, uno sobre los 39 del subcampeón Gimnasia de La Plata.
Tras una sola derrota ante Estudiantes en la 5° fecha, se apoderó de la cima en las últimas 6 jornadas. En tan solo 3 años, Bianchi ganó 6 títulos y puso a Vélez en lo más alto del plano mundial.
Todo llega a su fin
En medio de la gloriosa época llena de éxitos, Bianchi deja el club a cuatro fechas del cierre del último título que obtuvo para dirigir la Roma de Italia. El lugar del Virrey fue ocupado por Osvaldo Piazza, quien culmina el torneo local e inicia su ciclo con el pie derecho.
A pocos días de consumar la coronación local, Vélez inició el camino en la Supercopa Sudamericana, torneo que agrupaba a todos los campeones de la Libertadores y se disputó entre 1988 y 1997.
En la anteúltima edición los de Liniers superaron 4-3 en el global a Gremio en octavos de final y luego 4-0 en total a Olimpia en cuartos. Para semifinales vencieron 3-2 a Santos en la sumatoria y se impusieron ante Cruzeiro en la gran final por 3-0, con un 2-0 en el Amalfitani.
El éxito ante La Bestia Negra permitió que Vélez jugara la Recopa Sudamericana 1997 en Japón ante River, campeón de la Libertadores, rival que cayó 4-2 por penales tras igualar en 1 durante los 90’.
El duelo ante el Millonario fue el último certamen internacional que coronó al club velezano ya que los siguientes 7 títulos fueron a nivel local.
Antes que culmine la década noventera llegó el torneo que cerró el glorioso ciclo de Vélez de forma anual y consecutiva. Se adjudicó el Clausura 1998 con 46 unidades, 6 más que Lanús y con una sola caída ante San Lorenzo en la 8° fecha.
Una realidad fuera de los focos
Poco a poco Vélez perdió terreno en el fútbol argentino y le costó más gritar campeón. El siguiente campeonato llegó 7 años más tarde con el Clausura 2005, donde culminó con 39 puntos sobre los 33 del subcampeón Banfield.
En 2009 volvió a alzarse en el Clausura tras la recordada polémica en el duelo directo contra Huracán de Ángel Cappa en la última jornada. El Fortín se impuso en casa por 1-0 con gol de Maximiliano Morález tras una infracción no sancionada contra al arquero Gastón Monzón.
Dos años después se repitió la historia al ver como Vélez dio la vuelta olímpica en otro Clausura contra a Huracán para ganarle el título a Lanús. El 2-0 en Parque Patricios bastó para sellar los 39 puntos finales contra los 35 del Granate.
En el Torneo Inicial 2012 sumó otra estrella al imponerse con 41 unidades sobre las 36 de Newell’s. Para cerrar, sus dos últimos títulos fueron a partido único hace más de 10 años.
En primer lugar, se impuso en Mendoza por 1-0 ante la Lepra en la Super Final entre los campeones de los dos semestres de la temporada 2012-2013. Los laureles velezanos cesaron en enero de 2014 con la Supercopa Argentina que tuvo lugar en San Juan.
El duelo enfrentó a Vélez como ganador del año y Arsenal de Sarandí como vencedor de la Copa Argentina. El triunfo fue para el Fortín por 1-0 y en 2024 regresó a los primeros planos con el subcampeonato en la Copa de la Liga contra Estudiantes.