Un diario íntimo de una adolescente en 1998. Ese fue el primer ítem que se compartió en la última jornada de recolección del Museo de los 90. La institución itinerante organizó un encuentro con el público el pasado sábado 24 de agosto, en el Museo Histórico Nacional (MHN), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Durante la tarde, quienes se acercaron mostraron sus objetos preciados o relataron sus recuerdos de aquella época. La temática de la reunión fue “La vida laboral en los 90. Trabajo, desempleo, changas y curritos”.
Las coordinadoras del Museo de los 90 no acopian elementos de esa década como en un museo tradicional, sino que generan encuentros entre las personas y los objetos. Así, registraron los ítems que les interesades acercaron al MHN, pero estos volvieron a casa con sus dueñes.
Nota al Pie estuvo presente y dialogó con dos de las encargadas de la Oficina de Recolección del Museo. Flor Stáffora y Carolina Andreetti hablaron sobre la idea detrás de la institución y qué genera en su público.
Desempolvar recuerdos
“Yo tenía 16 años”, afirmó la primera oradora en la última jornada de recolección del Museo de los 90. Mientras, pasaba las hojas de su diario que registra cómo era su vida en 1998. En sus páginas había muchas cosas, desde leyendas que afirmaban “Aguante Los Redondos” o el nombre de algún enamorado; hasta hechos que sucedían en el país, como la participación argentina en el mundial 98 o las palabras de Maradona.
Otro acontecimiento histórico del que la mujer tomó nota en su cuaderno fueron las marchas educativas, que proliferaron en la última década del siglo pasado. En esa línea, más tarde uno de los asistentes contó su experiencia en la mítica Carpa de la Dignidad.
Se la recuerda como Carpa Blanca, y fue una medida de protesta docente. Se instaló el 2 de abril de 1997 frente al Congreso de la Nación, donde permaneció hasta 1999. Por allí pasaron miles de argentines, maestres, trabajadores, intelectuales, artistas y personalidades internacionales que sumaron su solidaridad con la causa.
Ahí también estuvo el hombre que rememoró esos días de lucha en el Museo de los 90. Se puso su guardapolvo blanco que decía “constructor de sueños”, y mostró su cartel que lo distinguía como un “docente ayunando”.
La necesidad de educar sobre el pasado reciente en Argentina fue una de las razones por las que se creó el Museo de los 90. “La idea surgió el año pasado, cuando hacíamos unas actividades con jóvenes en un programa y descubrimos que los pibes no sabían qué era el menemismo”, manifestaron Flor Stáffora y Carolina Andreetti.
Las integrantes de la institución itinerante explicaron que previo a las elecciones presidenciales del 2023, cuando ya se adivinaba el triunfo de Javier Milei, conversaban con les adolescentes sobre las similitudes de las propuestas actuales con la década noventera. Al ver la necesidad de profundizar se preguntaron: ¿cómo contar los 90?
Museo de los 90
Definieron que no era suficiente montar una muestra temporal o hacer acopio de elementos. Su objetivo con el museo es “unir objetos con relatos y con eso entramar una memoria colectiva,entre todos los que fuimos protagonistas de los 90, tanto como niños, adultos o adolescentes”, explicaron a Nota al Pie.
El museo es itinerante y realiza distintas actividades. Una de ellas es la Mesa de Recolección, donde las personas acercan sus ítems y cuentan por qué los guardaron y qué relación encuentran con ese momento. El límite temporal es entre 1989 y 2001, una definición “caprichosa” de la década.
A su vez llevan a cabo activaciones y caminatas. “En un encuentro fuimos al Tren de la Costa, donde hablamos sobre la instalación de shoppings y la privatización de trenes”, recordaron Flor Stáffora y Carolina Andreetti. “Buscamos formas de contar la historia desde experiencias más vivenciales y no solo desde los objetos”, expresaron.
Sin embargo, destacaron que es necesario despegarse del lugar nostálgico y pensar continuidades y diferencias, porque estos no son los 90. “Está bueno volver a analizar: ¿qué cosas continúan? ¿cuáles se vuelven a actualizar? ¿cuáles no?”, plantearon las integrantes del Museo de los 90. Su institución existe para ayudar a resolver esa duda.