La ilustradora, historietista y licenciada en Artes Plásticas, Diamela Castilla Orozco, lanzó su proyecto editorial llamado Garambainas en 2023, en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Además de varios fanzines, el nuevo sello ya cuenta con su primer libro publicado: “Kilmes”, del artista integral Matías Muzzillo.
Se trata de una ficción en viñetas que narra cómo los Kilmes resistieron a la conquista española durante más de cien años en las montañas del oeste del actual territorio de Tucumán. La publicación tiene un total de 24 páginas (formato de 15 cm por 24 cm), a todo color y con un gramaje de 90 gramos en las hojas. La editorial realiza envíos a todo el país.
Puesto que este fin de semana Diamela Castilla estuvo en la carpa de fanzines y artistas de la Crack Bang Boom en la ciudad Rosario, con Nota al Pie aprovechamos a entrevistarla. Según comentó, además de ir a vender las publicaciones de su nueva editorial, fue a buscar puntos de venta en la ciudad.
–¿Cómo surge la idea de la editorial y de dónde viene el nombre Garambainas?
Soy de Tucumán. Trabajo como ilustradora y también hago historietas, yo no me encontraba segura y feliz. La editorial surge de una necesidad de encontrar un espacio seguro en Tucumán y con perspectiva de género, y que salga para afuera y que se no quede acá que se pueda consumir en el resto del país.
El nombre de la editorial proviene del español antiguo, de un término en desuso que significa ademán superfluo, adorno o dicho sin sentido. También se utiliza como sinónimo de ridículo. «Yo quería reivindicar que venía de un ambienta muy conservador y como que yo siempre era la ridícula, la que hacía miraba dibujitos, la que consumía cosas que eran raras para el resto de la gente, agarré esa palabra y la resignifique como bandera. Además es muy bonita y difícil, como mi nombre, así que ya estoy acostumbrada» explicó.
–¿Cómo fue ir desde la idea de la editorial a concretarla?
Llevó bastante tiempo. Primero habíamos hecho una reunión con unos amigos que hacen historieta acá iba a ser una editorial colectiva. Se empiezan a bajar y a tener otro nombre. Acá la historieta en Argentina se toma como un hobby. Se hace otra cosa para vivir en mi caso vivo de la ilustración entonces para mi era como mucho más urgente, mientras que las otras personas lo veían más allá de sus carreras.
Yo sigo con el camino de la editorial, le empecé a cambiar el nombre salió muy rápido, el logo tardó un poquito más. De ahí empecé a hacer fanzines, cosas que ya tenía hechas, a buscar precios.
Para mí era todo un mundo nuevo. Yo no sabía ni maquetar. Si sabía de imprenta hace rato, pero un libro es distinto. Si bien acá en Tucumán hay imprentas que imprimen en muy buena calidad, los precios no son competitivos para el resto del país.
También fui a buscar imprentas en otras provincias, mandar mails. Me devolvían los mails porque me decían que tenía que maquetar de otra forma. La editorial empieza en 2023, y la primera publicación la hicimos en 2024. Primero solo tenía fanzines. Kilmes es la primera publicación formal, lista para distribuir y todo lo demás.
–¿Cómo es ser una mujer que lleva sola adelante una editorial?
Es una pregunta que abre muchas cosas. En general para afuera, en otras provincias, nunca tuve problemas. No quiero generalizar, pero acá en Tucumán quedan pocos espacios ya están todos ocupados y obviamente pesan mucho los contactos y se suma a que soy una mujer.
Es inevitable hablar de todo lo que me pasó. Hice un par de denuncias por abuso sexual y otras por una persona que forzaba gente y he sido muy cancelada en un montón de ambientes, porque eran personas que tienen influencia y poder. Eso fue en 2019 y 2020, pero yo no hice las denuncias hasta 2023. Evidentemente ellos tienen más peso que vos, en este caso, que yo, entonces ha habido muchas trabas.
En Tucumán me cuesta mucho encontrar espacios y eso no me paso afuera, al contrario. He sido muy cálidamente recibido.
El público recibió mi trabajo y mi editorial con mucho entusiasmo. Por eso sigo haciendo lo que hago. Sino tuviera apoyo para hacerlo ya hubiera buscado otra cosa. Afuera hubo gente que me escucho, que escuchó lo que tenía para decir, que me brindó lugares seguros.
Más que el tema de ser mujer, fueron estas circunstancias las que me tocaron vivir. En cuestiones de arte, si me ha pasado que por el hecho de ser mujer ni han visto mi currículum.
–¿Por qué fue Kilmes, de Matías Muzzillo, la primera publicación?
En primer lugar, porque quería que fuera una publicación que no fuera propia y el proyecto que más avanzado tenía respecto de los autores que conozco, era el de Mati, que encajaba respecto de lo que yo quiero publicar con la editorial: perspectiva de género, que tenga cierto cuidado, que tenga edición de cierto nivel.
Me mueven mucho las temáticas sociales, de hecho todos los fanzines que tenía previos eran de temáticas sociales: Ni una Menos, 24 de Marzo. Era algo que iba con la idea de la editorial.
«Estoy abierta a publicar obras de todo tipo, porque no puedo limitarme a un solo género. Si mi objetivo es dar visibilidad a los autores del norte, con quienes tengo contacto, no puedo restringirlos en cuanto a temáticas. Quiero mostrar su trabajo. Estoy abierta a la fantasía y a diversos géneros, pero no voy a publicar cualquier cosa, tiene que ser algo que yo leería y que esté alineado con mis creencias», comentó.
–¿Cuándo, cómo y dónde se presentó Kilmes?
«La primera presentación fue en Buenos Aires, en el Espacio Moebius, fue todo muy hermoso. Estuvimos con Lauri Fernández, y Matías participó vía online, como una cabeza flotante detrás de nosotras. También hubo una pequeña muestra de ilustradores, todos artistas que espero poder publicar, gente de Santiago del Estero y Salta.
Luego hice otra presentación en Tucumán, en la Feria del Libro que se realizó en La Rural. Matías estaba invitado a la feria, así que lo presentamos allí. Incluso asistieron colegios.»
En un evento de magisterio también estuvo presente Kilmes. Para mi está muy bueno eso, porque los Kilmes son historia tucumana en historieta. Siempre está bueno divulgar, porque más allá del entretenimiento, es información. Es un libro de ficción histórica. Los personajes son ficticios, pero cuentan hechos reales. Por el lado este académico, la gente se ha interesado mucho por la obra que una historia tan grosa se divulgue y que se sepa, está buenísimo.
–¿Qué tal te quedó la edición de Kilmes?
Para mí, como ilustradora era muy importante la calidad, el color. Son hojas de 90 gramos. Tuve que hacer varias pruebas de color porque las páginas originales de Mati eran muy oscuras. Tuvimos que ajustar el color dos veces, hasta que salió bien. Una vez que ya hice la prueba de color tal cual me gustó, lo mandé a la imprenta de Rosario. Fue una locura, porque a pesar de que el papel no era el mismo, la impresión era impresionante, la tapa era hermosa. Quedó como yo quería.
–¿Planeás continuar con el mismo nivel de edición e impresión?
De ahí, para arriba. Tengo la línea de fanzines más fáciles de hacer, historias que no llegan a tantas páginas, por eso no uso formato libro, busco precios de acuerdo al lugar y me quedo en Tucumán.
Para hacer libros, de acá para arriba. La calidad para mí era lo que faltaba, para que sea un producto comparable al lado de un libro de Loco Rabia, de Hotel de las Ideas y que sea lo mismo por ahí vamos.
–¿Hay algún nuevo libro que salga pronto con la editorial?
Hay, pero el problema es la plata y los tiempos de los autores tienen que hacer otras cosas. La mayoría de los otros autores son nuevos, sin publicaciones grandes. Es su primera experiencia con edición y corrección y es un proceso.
Hay una obra en camino de una historietista e ilustradora de Santiago del Estero, que gira en torno a un almacén de barrio. Aún no tiene nombre. Algo muy tradicional, santiagueño.
También se viene un libro mío, inspirado en una obra que se llama Preso Común de Perrone, un escritor tucumano, sobre una cárcel.