La tragicomedia “Ahoradespués” deslumbra en el Teatro el Picadero (Enrique Discépolo 1857, CABA) desde su estreno. La obra se podrá disfrutar el 3 de agosto, a las 22:45; el martes 6, a las 20; y el sábado 17, a las 22:00. Las entradas se encuentran disponibles en la boletería del teatro y en www.plateanet.com
La propuesta teatral está escrita por Guido Zappacosta, con dirección de Héctor Díaz y actuación de Federico Ottone. Obtuvo un premio de Contar, un concurso de obras teatrales desarrollado por la Asociación Argentina de Empresarios/as Teatrales (AADET) que busca estimular a les autores teatrales nacionales para llevar sus obras al circuito teatral comercial de CABA. Asimismo, contó con el apoyo de la Asociación Argentina de Actores y la Sociedad General de Actores en Argentina.
La comedia con tintes de drama reconstruye el vínculo de Diego, de 18 años, con su padre. El joven recuerda cada instante de lo que fue un lapso crucial para él. Necesita explicarlo, repasarlo y aprenderlo, para poder contarlo. Como todo recuerdo es arbitrario, con sus propias herramientas de trabajo: una cancha de fútbol, una enredadera que trepa por las paredes, un pequeño nido de pájaros, un gran bollo de pizza que lleva al paso del tiempo, una madre, un hermane, y la cocina donde reina la figura paternal. Además hay una frase que se repite siempre: “Ducharse para regarse a uno mismo”. El viaje que propone tiene paisajes variados, con todos los climas y accidentes geográficos que irá sorteando.
“Ahoradespués”, una pieza teatral de la vida real
“Ahoradespués” grafica momentos diversos como las horas que Diego comparte con su padre mientras van a la cancha para ver jugar a Boca o el regreso a su hogar en colectivo. También muestra situaciones dramáticas como la internación de su papá, la sala de espera y la preocupación por una enfermedad. Es ahí donde además se deja ver el rol de la madre, de su hermane y su pasión por el deporte.
En 2020, Zappacosta elaboró el guion autobiográfico a raíz de un taller de escritura de monólogos de Fabián Díaz. El padre del autor murió de cáncer en 2008; su mejor amigue fue a visitarlo y al día siguiente falleció de neumonía. Estos acontecimientos le provocaron la necesidad de hacer catarsis. Hay un desahogo en su escritura teatral que habla sobre la angustia y la muerte. Sin embargo, los sucesos y anécdotas que marcaron su vida están contados con mucha ironía y humor. “Ahoradespués” es, ante todo, un homenaje al valor de la vida.
La enorme trayectoria de Federico Ottone
El actor y docente egresó de la Universidad Nacional de las Artes (U.N.A.) como Licenciado en Actuación. Inició su formación con Hugo Midón en comedia musical y continuó sus estudios con Daniel Casablanca, Guillermo Cacace, Marcelo Savignone, Julio Chávez, entre otres.
Comenzó su carrera teatral en el 2004 y al año siguiente formó el grupo Sutottos, con el que realizó los espectáculos “Sutottos” y “Rococó Amplagued”. Luego de salir de la agrupación, participó en presentaciones, tanto de teatro comercial como independientes, entre las que se destacan “Qué Hacemos con Walter”, “Como una Perra en un descampado”, “Desperfectos”, “Que Sea Verano” y muchos más.
En el ámbito televisivo actuó en la novela ATAV 2 y Solamente Vos (ambas de Pol-Ka), “Cuéntame cómo pasó” (Tv Pública), “Soy Luna” (Disney), entre otros.
Todo lo que encierra “Ahoradespués”
Nota al Pie dialogó con Ottone sobre su experiencia en la exitosa propuesta teatral que guarda un mensaje reflexivo y positivo.
¿Cómo estás transitando el subirte a las tablas y hacer tu propio unipersonal?
Lo estoy viviendo con mucha alegría. Algo que facilita mucho el trabajo es que el texto es muy sólido, además de la dirección de Héctor Díaz. Me siento muy contenido con todo lo que hago y con lo que armamos, tengo lugares donde apoyarme. Lo otro es que al estar solo, actúo prácticamente con el público. En este caso, la línea de tensión que mantiene la cosa viva se traza directamente con él. Lo pruebo y lo probamos desde ahí.
Luego de ver la obra nos dimos cuenta que el peso del texto no resulta abrumador, sino que la audiencia está expectante en todo momento. Logras cautivar al público…
Es la reconstrucción de un vínculo del padre con el hijo a través de recuerdos. De una u otra manera tiene un mensaje muy positivo y eso le gusta a la gente.
¿Te pasó alguna situación como las que se plantean en la obra?
Sí, es lo que tiene también de hermoso el texto. Es imposible que en algún punto uno no se sienta identificado, porque todos somos hijos en distintas circunstancias. Lo que le pasa a mi personaje nos toca a todos y eso es lo interesante, que son temas tan universales pero de una manera tan particular y tan poética sin caer en golpes bajos o en lo melodramático que tiene la situación en algún punto. Siempre la muerte, la despedida, la enfermedad, todas esas cosas pueden tener un punto de vista diferente. El director laburó y cuidó el mínimo detalle para tratar de que todo fluyera con el relato.
Un punto a destacar es que algunos hechos son reales, lo cual lo hace más enriquecedor
Sí, el hecho de ser autobiográfica permite tener términos y elementos muy localistas que llaman la atención como la pasión por Boca Juniors o por el básquet. Está bueno que la gente escuche que se digan detalles de sitios que existen, del colectivo que se toma para regresar a la casa o de lugares que uno puede conocer o no pero que sabe que están a la vuelta de la esquina. No es una historia que transcurre en Nueva York o en Londres. Lo que pasa generalmente con el teatro comercial es que muestra historias muy potentes, algunas muy hermosas, pero muy internacionales y globales.
“Ahoradespués” tiene la cosa de barrio; de ser hincha y prepararse para jugar un partido a pesar de que el padre está enfermo. Además la familia alienta para que no decline ese deseo de ir a jugar, aunque haya una adversidad familiar. Es una familia que ama a su hijo y respeta lo que él también ama. La obra tiene eso, habla todo el tiempo del amor.
Hay una escena muy fuerte y conmovedora sobre el incendio que ocurrió en 2004 en la República de Cromañón, en Once…
Sí, ese episodio es algo que vivió el autor y fue muy fuerte representarla. También trabajamos bastante con el texto y Guido fue muy generoso al contarnos para que lo modifiquemos de la manera que a nosotros más nos conviniera para la puesta en escena. Además, como generación viví el post Cromañón y es meterse en ese momento en medio de toda la ola de lo que sucedió. Me parece que el personaje durante el transcurso de la obra está volcado por una ola de cosas, trata de surfearla como puede y en el medio cae ahí revuelto en esa ola.
Durante la obra tu personaje repite en varias ocasiones “Ducharse para regarse a uno mismo”…
Sí, esto tiene algo de la esencia de la obra y une a esta familia. Las plantas y su cuidado, la enredadera en la casa y una mirada -en algún punto infantil- de algunos momentos en los que mi personaje recuerda momentos de niño y el amor a la vida a pesar de atravesar toda la situación difícil de la enfermedad del padre.
¿Cómo viviste la previa al estreno?
La respuesta fue muy buena y lo que está pasando no lo esperábamos; la maravillosa reacción del público, los aplausos y el apoyo. Además, la recomendación ferviente de la gente con ganas de que venga otra gente o un público que quiere verla de nuevo.
Al concluir la obra se vio tu expresión de agradecimiento total al público
Es inevitable, sobre todo porque la emoción está todo el tiempo acumulándose y en ese punto la obra es agotadora. Termino muy cansado física, mental y emocionalmente, porque es estar muy expuesto ahí. No estoy actuando mirando a otro actor, sino que estoy viendo constantemente al público. Estoy ahí con la gente y después también con la conciencia de puro sentimiento.
La puesta en escena tiene como un personaje central al padre. Sin descuidar a la madre, pero él es una figura esencial y muy positiva
Sí y la madre está completamente presente. Una familia bien consolidada y con sus cosas como puede tener cualquier hogar, pero siempre pensando en equipo.
El tema de la muerte es permanente y hablar de esto en la vida real es algo que solemos evitar por la connotación dolorosa, pero en el trabajo actoral se expone con mucha paz
Pienso que la muerte es la única certeza que tenemos y es lo que nos hace estar vivos. Es saber que todavía no nos tocó y, a la vez, saber que nos vamos a morir todos.