Por Julia Varela (Pulso Noticias)
Editó: Paula Calgaro (Otro Viento) y Mariana Sidoti (Perycia)
Fotos: Pedro Ramos (Desde la Raíz, Nota al Pie)
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–¿Su defendido va a declarar?
–No –dijo Natalia Argenti, la abogada defensora del imputado. Así terminó la sexta audiencia del juicio por Tehuel de la Torre. Pero antes de que se instale el silencio, declararon lxs últimxs testigxs.
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Horacio Martino y Jorge Marissi declararon porque fueron los encargados, por el Ministerio Público Fiscal, de peritar los teléfonos encontrados en los allanamientos. Analizaron el teléfono secuestrado a Ramos, el de Montes -el otro imputado- y el de P., una de las testigos del juicio.
Pudieron obtener historiales de conversaciones y llamadas del teléfono entre Ramos, Montes y P. pero no así la geolocalización; ninguno de los tres teléfonos tenía esa tecnología.
Del único celular del que se pudieron obtener fotos y videos fue el de Ramos. Esa tarde, cerca de las 18 hs, antes de que llegara Tehuel, el imputado filmó a Montes disparando un arma de fuego. También hay una conversación donde P. lo reta: “No tomes más, ¿Qué pasó? ¿Estás con Cati? Estás buscando quilombo”.
Después, cerca de las 19 hs, empiezan los intercambios de llamadas entre el celular de Tehuel y el de Ramos. A eso de las 21, un video: Ramos con una caja de vino en la mano baila una canción que, en la letra alguien canta: “tu y yo”, y señala algo mientras se mueve. Tiene puesta una bermuda de jean y no lleva remera. Lo filma Montes. Se ve el brazo de una tercera persona. La Fiscalía pregunta:
–¿A quién está dirigido el señalamiento de tú y yo de la música?
–Si se ve un brazo, es hacia esa persona. No podría afirmar quién es.
–Pero por los videos que ustedes pudieron obtener habría tres personas.
–Sí –responden los peritos.
Los peritos pidieron informes a las compañías telefónicas de los celulares de Montes, de Ramos y el de Tehuel. Hicieron un análisis de las celdas y de la cobertura, y afirmaron que la cobertura no era estable, pero que hay celdas en la línea de Ramos que se activan algunas veces y que “se habría alejado de su domicilio entre la madrugada del 11 y los días posteriores”. Dijeron que previo al encuentro durante el día 11, hubo un desplazamiento por fuera de su “zona habitual” y que en la madrugada del día 12 “también se puede ubicar en celdas que no apuntan a su domicilio”. Que hubo dos desplazamientos. “Uno durante la madrugada y otro sobre el mediodía”. También afirmaron que el teléfono de Tehuel se activó a las 9:42 de la mañana del 12 de marzo de 2021: “Recibió señal en una celda en la casa de Ramos, pero no se hizo un análisis. Fue por unos escasos segundos; un impacto en una celda por poco tiempo”.
–¿Qué implican esos dos segundos? –pregunta el presidente del Tribunal.
–Que se prendió, que se sacó el modo avión o que volvió a tener cobertura por la antena telefónica.
–¿Qué quiere decir?
–Que toma señal de la celda, no transmite información.
Lisandro Laborde es genetista y fue, por su trabajo en la asesoría pericial de La Plata, el encargado de contarle al Tribunal los resultados de los análisis de ADN de las muestras que la Fiscalía de instrucción mandó al laboratorio. Dijo que analizaron un filamento piloso (un pelo), dos envases de preservativos, una muestra de manchas de sangre obtenidas en hisopos, un pedazo de tela y de colchón.
Dijo que analizó las muestras buscando compatibilidades con el ADN de Norma, la mamá de Tehuel y de Andrés, su papá. Y que, de todos esos elementos, sólo encontró ADN compatible con un hijo biológico de ambos en las muestras obtenidas en las gotas de sangre de la pared de la casa de Ramos. En el resto, no había datos de ADN compatible.
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Daniel Osorio es psicólogo y el jefe de lxs peritxs que declararon el viernes pasado, integrantes de la Dirección de Análisis de la conducta Criminal y Victimología del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Fue el que coordinó los equipos que construyeron, a través de entrevistas, el perfil criminológico de Ramos y el victimológico de Tehuel.
“Fue una entrevista donde pudimos sentir cierta tensión, no fue una entrevista más. La persona que entrevistamos tenía una energía que lograba transmitir; era una persona violenta pero hacía un esfuerzo muy logrado para victimizarse, de manera manipuladora pero poco sofisticada. El esfuerzo que hacía para mostrarse sereno era un tanto en vano”, dijo Osorio cuando el Tribunal le preguntó por su primer acercamiento con el imputado, que lo escuchaba sentado a su derecha.
–¿Él intentaba ocultar una faceta? ¿Cómo logró observar esa circunstancia?, –pregunta la Fiscalía.
–Con mínimas preguntas que no estaban dentro de lo esperable, él generaba reacciones en las que se notaba su actitud violenta. Era fácil de provocar. Cuando se daba cuenta que estaba hiper reaccionando, lograba calmarse.
Osorio dijo que a él y a su equipo les llamó la atención que el imputado reconociera a Tehuel como hombre: “Cada 5 minutos decía ‘para mí Tehuel es un hombre’. Cuando alguien tiene que aclarar eso, no es así. Ese reforzamiento permanente de ‘para mí era un amigo’, ‘yo nunca lo vi como mujer’, si bien es rudimentario, es inteligente. Tiene unos rasgos psicopáticos muy marcados. Por momentos se comporta como un psicópata puro. Esta cosa de manipular lo manifestaba todo el tiempo”, agrega.
–¿Me recuerda el nombre del imputado?, –pregunta el psicólogo.
–Ramos, –dice Juan Caniggia, el Fiscal.
En su informe, Osorio marcó dos “aspectos de asimetría” con respecto a Tehuel. “Él tenía 37 años y Tehuel 21; una diferencia de edad, de experiencia y de calle. Y la otra asimetría era cultural; que Tehuel en su necesidad recurría a la ayuda de Ramos”, dijo.
Bernard, el presidente del Tribunal, le preguntó sobre el perfil victimológico que armó el equipo de Osorio sobre Tehuel: seguía teniendo dudas sobre cómo lo construyeron sin tener a la persona presente: “Lo hacemos en todos los casos de averiguación de paradero. Hacemos un perfil indirecto con entrevistas al entorno, vamos construyendo un perfil. Es un cuestionario de 60 preguntas a diferentes personas de su entorno afectivo”, dijo el perito.
–¿Y encontraron coincidencia en esas entrevistas?, –pregunta el Presidente.
–La coincidencia fue plena; las entrevistas dieron cuenta de la crisis de Tehuel y de su lucha; de cómo quedó entrampado en la cisnorma. La vulnerabilidad, la lucha que él hizo para tratar de ser reconocido por una sociedad en la que él no encontraba lugar. Terminó expuesto a lobos y se le fue la vida, –concluyó haciendo referencia a su vínculo con el imputado.
Osorio contó que cuando Ramos hacía referencia a la desaparición de Tehuel “se desdoblaba; hablaba de la amistad y hablaba de su sociedad, hablaba de unas tarjetas, los unía un vínculo económico más que un vínculo afectivo que él planteaba en amistad”. Pero esa respuesta no conformó al Presidente que insistió:
–¿Cuál es el sentimiento que tenía Ramos para con la desaparición de Tehuel?
–La verdad, pensando en Ramos no puedo hablar de sentimientos. No era empático, no, para nada. Yo creo que fue una afectación de los intereses, no hablamos de afectividad.
–¿Cuántas veces estuvo presente ante Ramos en esas entrevistas?
–Dos veces.
–¿Y pudo concluir en una estructura psicológica? ¿Era neurótica?
–No, para mí no. No es neurótica. No quiero hacer una precisión, pero no se angustiaba. El que no se angustia, no se angustia ante el dolor ni ante nada. La vida de un psicópata es una vida interesante. Él ya venía de estar 9 años detenido.
La querella preguntó si estaba preocupado cuando se le hablaba de Tehuel. “Es difícil entender el mundo de los afectos de una persona psicopática. Viven en otro tipo de realidad. La psicopatía no es un trastorno. Es el que más comprende la criminalidad de un acto, no es una psicosis. Es el que más comprende la ley, por eso la puede transgredir”, agregó. El Tribunal le preguntó si Ramos tenía recursos simbólicos:
–Para su nivel de capacitación o para su nivel de educación, ¿es inteligente, tiene calle?
–Lo que no le dio la escolaridad, se lo dio la calle.
La abogada de la defensa preguntó por la metodología de estos encuentros, sobre cómo fue la entrevista con Ramos y dejó entrever que, en audiencias anteriores, el equipo de Osorio construyó parte del perfil en base al expediente de la causa.
–Sí, tuvimos información que nos dio la Fiscalía. Yo no soy un experto en detección de mentiras, pero las mentiras hay que sostenerlas. Digamos, se van filtrando en el campo del discurso. Aunque la persona quiera mostrarse plena en el relato que realiza, cuando mató a alguien, se filtra. Este hecho que se produce afecta esa percepción subjetiva. Se lleva esos rastros, como dice el principio de transferencia; en un psicópata es más fácil. En ese narcisismo exacerbado que tiene, te está mostrando en qué lugar estás parado vos y en cuál él. Es un tema largo para desarrollar acá, con tanta gente- dijo a la defensora y ella dejó de preguntar.
–Pero nunca dijimos que lo mató o que no lo mató, –concluyó Osorio.
–No, no es su función tampoco. Eso sería extraño, –retrucó Bernard.
V. fue la última persona citada a declarar en el juicio. Cuando la Fiscalía le pidió que relate cómo estaba vestido Tehuel la última vez que lo vio, se largó a llorar pero después de un ratito, logró recomponerse:
–Tenía puesta una camisa blanca, la campera azul que usaba siempre, el jogging gris, las zapatillas de él, medio turquesas. Y la gorrita.
La Fiscalía le preguntó por la cancha de fútbol del barrio; si la última vez que vio a Tehuel estaban cerca de una cancha de fútbol. Y V. fue clara: “Cuando salí de trabajar, estaba volviendo por la escuela y veo que iba caminando para Asamblea; le pregunté qué andaba haciendo por ahí:
–Voy a lo de un amigo, Luiggi, que me llamó para hacer un trabajo de mozo en una parrilla, –dice que le dijo Tehuel.
“Como él estaba sin trabajo, iba contento. Después yo doblé para mi casa. Esa fue la última vez que lo ví”, recordó V. con los ojos llorosos. “Yo no me acuerdo si era la cancha de la Asamblea o de la Esperanza. No la conocía, la conocí cuando empecé a buscar a mi hermano”, agregó. Y dijo que al principio estuvo “como seis meses en una burbuja, muy nerviosa”.
V. contó que luego de esos meses se enteró quién era el imputado: “Viste que se trabajaba por mercadería. Me escribe Andrea B. por Messenger para decirme que era novia de este Luiggi, y me hace dar cuenta que yo había ido a una marcha por mercadería con Tehuel, para que nos anoten en una cooperativa. No me acuerdo la cara de él, nunca me imaginé que había sido él. Supuestamente sí lo conocía. Pero no sabía de quién me estaba hablando. Cuando desapareció Tehuel, su mujer, M., vino a mi casa con la policía. Ella me mandó la foto de Ramos, me dijo quién era Luiggi. Y ahí empecé a buscar entre los vecinos. Una señora me marcó la casa y me advirtió que el tipo no era muy bueno. No sé si vendía droga o hacía cosas malas. Me dijo que no fuera sola a su casa a buscarlo. Así que le di la información a la policía. Y así fue como la policía fue a la casa de este Luis Ramos. Tanta crueldad que hicieron o que pudieron haber hecho a mi hermano no lo puedo explicar”, dijo y agregó:
–No sé mucho, quisiera saber cómo va todo, si ellos declararon. Aportar, no puedo aportar nada porque no conocí al tipo. Lo único que quiero es saber dónde está mi hermano.
Y la Fiscalía la despidió. Cortó la videollamada.
Luego de eso, tanto la Fiscalía, como la querella y la defensa pidieron agregar declaraciones de testigos por lectura. Acordaron que sumarán siete en total y algunas actas e informes de procedimiento de las visitas que tuvo Ramos en la unidad penitenciaria donde cumple, desde 2021, prisión preventiva.
–¿Su defendido va a declarar?
–No, –dijo Natalia Argenti, la abogada defensora del imputado.
Y así terminó la última audiencia de presentación de pruebas. Mañana viernes, desde las 10:30, escucharemos los alegatos, es decir los argumentos de todas las partes. La Fiscalía y la querella seguramente dirán lo que proponen desde el inicio del juicio: que Tehuel está muerto, que fue un homicidio agravado por el odio a la identidad de género. La defensa tendrá su estrategia. Luego de eso, el Tribunal se irá a deliberar y fijará una fecha para el veredicto. Mientras, el pacto de silencio y las preguntas. ¿Dónde está Tehuel de la Torre? ¿Qué pasó después de las 00:24, esa noche, cuando empezaba el 12 de marzo de 2021?
Esta nota forma parte de una cobertura colaborativa sobre el juicio por el caso de Tehuel de la Torre, realizada entre varios medios de La Plata pertenecientes a la Red de Medios Digitales (RMD). Somos Pulso Noticias, Perycia, Otro Viento, AnRED, Nota al pie y Desde la raíz.