Cuando se escucha o se habla de “derecho animal”, se suele pensar que es una disciplina reciente y poco desarrollada. Sin embargo, se trata de una rama del derecho estudiada en centenares de universidades alrededor del mundo, incluso en algunas de las instituciones más prestigiosas.
Desde la publicación del libro Liberación animal en 1975, escrito por el filósofo australiano Peter Singer, se ha registrado un especial impulso en el desarrollo académico sobre esta temática. Así, el debate sobre derecho animal invadió las aulas educativas, pasando del pensamiento abstracto a la materialización del tema en el área jurídica.
Es un hecho que, en nuestros días y desde hace más de tres décadas, existen más de 50 cartas constitucionales que directa o indirectamente incorporan a los animales, aunque considerados desde distintas perspectivas. América Latina no quedó rezagada en esos avances y así lo atestiguan diversas regulaciones que tuvieron lugar en varios países de esta región.
Logros concretos en derecho animal
Con el fin de dar cuenta de la realidad latinoamericana en temas de defensa animal, una producción de Podcast, a cargo de la emisión “Tenemos que hablar” pasó revista a diferentes casos que trascendieron por haber alcanzado protección jurídica.
Así, la plataforma periodística de CONNECTAS destacó un caso argentino de protección animal que fue considerado emblemático en nuestra región. Se trata de la acción de amparo interpuesta por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales que en 2014 buscaba la liberación de la orangutana Sandra cautiva en el Zoológico de Buenos Aires.
Sandra, “se convirtió en el primer animal en el mundo en recibir el estatus legal de persona, no humana”. Eso le permitió “dejar en 2019 su cautiverio en el zoológico” de la capital argentina y establecerse en una reserva de Florida Estados Unidos”, según explicó el informe.
Pero este, no fue el único caso de avance de derecho animal. Uno, muy reciente, es el de Benito: una jirafa que desde enero de este año vive en una reserva especial en Puebla, México. Este, es el último traslado “de una serie de animales criados en zoológicos que en los últimos años han sido derivados a lugares más acordes con su especie o directamente liberados”.
Más liberaciones del cautiverio
En el año 2005, se conoció el primer antecedente sobre reinserción de especies en esta parte del continente. Es el caso de un chimpancé del zoo de Salvador de Bahía en Brasil, llamada Suiza. “La justicia, en ese momento, aceptó un habeas corpus para liberarla de su encierro, pero el animal murió antes de que se dictara sentencia”, explicaron desde la plataforma CONNECTAS.
Otros dos casos, son muy cercanos porque tienen que ver con Argentina: el oso polar Arturo y el chimpancé Cecilia quienes tuvieron distintos finales. “El oso murió antes de poder ser liberado, pero Cecilia logró ser trasladada y hoy crece libre en una reserva en Brasil”.
Les participantes del Podcast consideraron que, seguramente, estos, no son los únicos casos debido a una “tendencia irreversible” a que los zoológicos desaparezcan del completamente. “De hecho, en estos días, el gobierno de Costa Rica acaba de cerrar los dos que había en el país, ambos de propiedad del Estado”, indicó el editor de la plataforma.
Razones éticas, jurídicas y científicas
Esta evolución que se plasma en toda una nueva normativa se sustenta, legalmente, en el concepto de que los animales son seres sintientes, además, de otros argumentos jurídicos, éticos y científicos. Es decir, sienten de una forma similar como lo hacen los humanos y por lo mismo son sujetos de derecho.
Hoy existe, una tendencia en el derecho para avanzar sobre todo tipo de abusos contra los animales. “Porque tenemos que reconocer que como humanidad llevamos siglos sometiéndolos a trabajo forzados, a maltratos, a que nos diviertan en los circos o incluso que nos hagan ganar dinero como en las carreras de caballos”, sostuvieron desde el programa.
Un ejemplo concreto de este nuevo rumbo se hace patente con la prohibición de una tradición popular en Colombia como la corrida de toros, que entrará en vigencia en el 2028. Una medida similar impide desde el 2016 las carreras de galgos en Argentina, según puntualiza el informe.
Desde el Instituto de Derecho animal de Argentina, su directora Laura Velasco, fue consultada por la producción y explicó que “El sustento jurídico es, que todas las legislaciones van avanzando. Los derechos son progresivos y obviamente llegan hasta los animales no humanos”.
Además, la referente agregó que “También, que es una cuestión ética. Nosotros estamos viviendo en este planeta con otras especies con las cuales habitamos y compartimos este mundo. Nadie nos dijo que somos los dueños del planeta”. De esta manera, hizo referencia a un cambio de mentalidad, a un cambio de paradigma.
Acerca del argumento científico, Velasco, mencionó la Declaración de Cambridge del 2012 sobre la “conciencia” que fue firmada por un grupo de neurocientíficos luego de realizar estudios con grandes simios.
Los especialistas, llegaron a la conclusión que los animales son seres conscientes de manera similar a la humana. Este estudio comparativo neuronal entre el humano y el no humano determinó que todos los animales tienen comportamientos similares a los de las personas. Poseen “sintiencia” (la capacidad de sentir miedo, dolor, estrés) y conciencia.
Industria y explotación animal
Por otro lado, en el informe se planteó la necesidad de una legislación que proteja a los animales en ámbitos como la industria alimenticia, de espectáculos, cosmética y textil. La emisión dio a conocer alarmantes cifras de muertes y sacrificios de ejemplares que se producen en distintas áreas industriales y comerciales.
El productor ganadero y ex Ministro de Ganadería de Uruguay, Carlos María Uriarte, afirmó que la humanidad va a seguir comiendo carne, pero reconoció que hay “cosas que tienen que cambiar en la industria”.
“En los mataderos y hasta en el traslado que hacen de los animales, desgraciadamente, aún existe maltrato en todas las etapas de la producción que se podrían mejorar. Y lo mismo en los fletes”, lamentó el empresario.
“En el Uruguay hemos avanzado muchísimo, pero todavía nos resta muchísimo. Hay que ver el grado de estrés de los animales que por obvias razones sufren al llegar a los mataderos. Habrá que estudiarlos y tratar de disminuirlos al mínimo”, señaló.