En el folclore del fútbol existen muchas frases o slogans que hasta los más acérrimos fanáticos han experimentado de manera positiva. Uno de los más acertados es el que menciona que la disciplina siempre dar revancha, situación que se cristaliza con el paso del tiempo y la propia perseverancia. En ese sentido, la Selección Argentina atraviesa un excelente momento deportivo pero el mismo tuvo su contraparte hace una década de manera poca alentadora y triste.
Un 13 de julio de 2014 se enlutó por completo el fútbol argentino al ver como el combinado nacional perdía 0-1 la final de la Copa del Mundo frente a Alemania. Aquel cotejo representaba la posibilidad de cortar con una sequía de 28 años sin títulos con un equipo repleto de talento, jerarquía y argentinidad. Sin embargo, y como se dice en el fútbol, no siempre se trata de merecimientos y esa derrota encadenó una dolorosa seguidilla con otras dos finales perdidas.
Un cambio de orientación
Tras haber quedado eliminado en cuartos de la Copa América de 2011 y sufrido la desvinculación del técnico Sergio Batista, el rumbo de la Selección era incierto. En ese momento la sorpresa invadió a todo el país cuando Alejandro Sabella asumió el rol en agosto de ese año. Pachorra hizo más que cumplir con su posición de director técnico ya que fue el encargado de transmitir la sensación, amor, respeto y orgullo de vestir los colores albicelestes a sus jugadores.
Su debut fue un mes después de su oficialización frente a Venezuela en un amistoso internacional que finalizó con triunfo 1-0 por el gol de Nicolás Otamendi. Asimismo, fue Sabella quien designó a Lionel Messi como el capitán del equipo, posición que aún ocupa 13 años después. En total estuvo al frente del seleccionado en 41 ocasiones, donde acumuló 26 éxitos, 10 empates y solo 5 caídas; aunque, la más dolorosa vino en 2014 con la final mundialista.
Durante las Eliminatorias Sudamericanas demostró toda su capacidad para llevar adelante un plantel repleto de estrellas. Además, supo contrarrestar las falencias de su equipo con la explosión de las virtudes individuales y colectivas. De los 16 juegos que compusieron los duelos clasificatorios, Brasil no participó por ser sede mundialista, ganó 9, igualó 5 y cayó en 2. Se quedó con el primer lugar con 32 unidades, 35 goles a favor y 15 en contra.
Pese a que no se logró el objetivo en tierras brasileñas, Argentina pudo sobreponerse al fantasma de los fracasos del pasado. Tanto en 2006 como en 2010, Alemania fue quien eliminó a la Albiceleste en cuartos de final. Primero fue desde los penales por 4-2 y luego con una dolorosa goleada por 4-0. Sabella estuvo a la altura de la encomienda a nivel deportivo y colectivo, pero la suerte no lo acompañó y dejó el cargo tras la final por “falta de energías”.
A paso firme
Con la suerte echada, Argentina compartió el Grupo F con Bosnia Herzegovina, Irán y Nigeria, un viejo conocido en las citas mundialistas. Pese a la enorme calidad de los jugadores argentinos, el debut no fue nada sencillo y el equipo superó 2-1 al conjunto europeo. La Albiceleste marcó en el amanecer del duelo con un tanto en contra de Sead Kolasinac y luego Messi amplió la ventaja; mientras que, el descuento llegó a falta de 5’.
En el segundo compromiso tocó el turno del conjunto iraní, quien debió ser un trámite fácil pero complicó más de la cuenta. Gracias a las grandes intervenciones de Sergio Romero y un golazo sobre el final de Messi, Argentina obtuvo su segunda victoria. Por último, el duelo contra los nigerianos fue toda una proeza por parte del plantel argentino. Con un agónico 3-2, el conjunto sudamericano se posicionó como uno de los candidatos por el título.
Desde el vestuario hubo emociones con otro gol de Messi y el rápido empate de Ahmed Musa. No obstante, el rosarino sacó a relucir su buena pegada con un golazo de tiro libre para el 2-1 transitorio sobre el final de la primera parte. Nigeria igualó las acciones a inicio del entretiempo con el segundo de Musa pero Marcos Rojo sentenció el resultado a la siguiente jugada. Tras un vibrante cierre en el grupo, aparecieron los ajustados duelos eliminatorios.
Tanto en octavos y cuartos de final, Argentina se impuso 1-0, contra Suiza en primer lugar y luego ante Bélgica. Frente a los suizos se percibió la superioridad argentina pero no fue suficiente para evitar el tiempo suplementario. De hecho, sobre el final del período adicional apareció Ángel Di María, y un poco la suerte, para marcar tras una mágica asistencia del capitán. Contra los belgas fue diferente la ecuación pero continuó la falta de precisión.
El cruce arrancó con gol de Gonzalo Higuaín; aunque, el desarrollo pasó a ser luego de ida y vuelta. En las semifinales apareció Países Bajos, rival que requirió ganar 4-2 por penales tras un 0-0 a pura emoción. Este duelo sirvió para demostrarle al mundo la unidad, entereza y determinación del equipo. Javier Mascherano tomó el rol de la experiencia con un momento histórico junto a Romero, quien fue figura en los doce pasos con dos grandes tapadas.
De la ilusión a la desolación
Luego de la memorable arenga del Jefecito para con el arquero con su icónico “hoy te convertís en héroe”, Argentina tenía la ilusión intacta se consagrarse en el mítico Estadio Maracaná. El rival era Alemania, quien fuera verdugo albiceleste en más de una ocasión durante diversas ediciones mundialistas. Con las ocasiones más claras para la Albiceleste, e incluso con un gol invalidado por fuera de juego, la suerte se tiñó con colores teutones.
El cotejo tuvo sus polémicas con un fuerte golpe de Manuel Neuer contra Higuían en un intento de despejar una pelota área. Además, hubo dos jugadas particulares que marcaron a sus protagonistas por la mala definición. En primer lugar, estuvo el ex delantero de River Plate y luego Rodrigo Palacio. En tanto, el gran artífice de la final fue Mario Götze al marcar el único gol del partido a los 113’ del tiempo suplementario y tras haber ingresado 25’ antes.
Con una enorme desazón en los jugadores argentinos por haber estado tan cerca de tocar el cielo con las manos, la historia demostró que no siempre gana el mejor. Argentina fue superior a Alemania pero pecó en la resolución final de cada jugada. No obstante, el plantel quedó en la grandeza por la hazaña de llegar a esa instancia con sacrificio, gran compromiso y un fuerte vínculo con la gente. Todos esos valores fueron inculcados por su entrenador Sabella.
El día después
Muchos apellidos quedaron apremiados, junto al del técnico, por aquella gran campaña durante la Copa del Mundo de 2014. En cuanto a la lista final, solo uno de los tres arqueros convocados sigue en actividad. A diferencia de Agustín Orión y Mariano Andújar que colgaron los guantes, el golero titular Romero se mantiene en alto rendimiento al defender los colores de Boca Juniors. En la línea defensiva sucede algo similar con solo dos nombres aún vigentes.
De los 7 en total que dijeron presente en Brasil, Rojo y Federico Fernández siguen activos dentro del fútbol argentino. El primero es compañero de Chiquito en el Xeneize y el segundo transita su último tramo en Estudiantes de La Plata. En tanto, Ezequiel Garay, Hugo Campagnaro, Pablo Zabaleta, José María Basanta y Martín Demichelis, actual entrenador de River, pusieron punto final a sus carreras hace mucho tiempo.
En el mediocampo la cifra es similar con dos jugadores de los 8 seleccionados que siguen ligados a la profesión. Enzo Pérez es compañero de Fernández en el cuadro platense y Di María sigue vigente pero sin club por el momento. Fernando Gago, Lucas Biglia, Maximiliano Rodríguez, Augusto Fernández, Mascherano y Ricardo Álvarez son quienes colgaron los botines. Por último, solo uno de los delanteros continúa con su racha goleadora.
Con 5 en total, Messi es aquel que se mantiene en un campo de juego con el Inter Miami. Higuaín, Palacio, Sergio Agüero y Ezequiel Lavezzi fueron los que culminaron sus trayectorias. Cabe destacar que de la nómina preliminar de 7 futbolistas, solo Fabián Rinaudo dejó de jugar en la actualidad. Mientras que, Gabriel Mercado se encuentra en Internacional de Brasil, Lisandro López en Arabia Saudita, Otamendi en Benfica, Éver Banega en Newell’s, José Sosa en el Pincha y Franco Di Santo en Independiente Rivadavia de Mendoza.
Una mala racha consecuente
Aquella jornada con el subcampeonato quedó en la memoria y retina argentina por mucho tiempo, y más aún cuando encabezó una lamentable lista. Resulta que luego de la caída ante Alemania, siguieron otras dos finales con derrotas para Argentina. Ambas instancias finales se produjeron en la Copa América, frente a Chile y desde la definición por penales. Como si fuera poco, la situación permitió que el conjunto trasandino obtenga sus primeros títulos.
En primer lugar, se dio en la edición de 2015 cuya sede fue el propio país campeón y la final tuvo lugar en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos. El cotejo finalizó 0-0 y los chilenos se impusieron 4-1 en la pena máxima tras los errados de Higuaín y Banega. Asimismo, al siguiente año se llevó a cabo la edición del centenario en Estados Unidos y el desenlace no fue distinto. La desolación por parte del plantel argentino fue enorme.
En este caso, el compromiso tuvo lugar en el MetLife Stadium, escenario que años más tarde volvería a cruzarse con Argentina. Un 0-0 en el tiempo regular, junto con las expulsiones de Rojo y Marcelo Díaz encaminaron la definición por penales. A pesar de que Messi y Arturo Vidal fallaron los primeros remates, Chile pudo sobreponerse y Biglia sentenció la serie al errar el cuarto disparo argentino.
La tristeza del mal trago deportivo tuvo un efecto negativo en el rosarino, quien tras el partido anunció su renuncia del seleccionado. Sin embargo, dos meses después regresó de cara a las Eliminatorias para el Mundial 2018. La espera valió la pena y Messi pudo coronarse con Argentina y de la mano de Lionel Scaloni con tres títulos, la Copa América 2021, la Finalissima y Mundial 2022. Incluso, está a las puertas de una posible nueva consagración.
En medio del décimo aniversario de la caída en suelo brasileño, la Scaloneta está a un paso de obtener la Copa América 2024. Luego de superar en semifinales a Canadá, la gran sorpresa del torneo, en el estadio que perdió la segunda copa frente a Chile, definirá la nueva edición contra Colombia. Con Miami como principal escenario, Messi llegó a su octava final con Argentina tras las mencionadas y la Copa América de 2007 que perdió a manos de Brasil.