Este jueves se realizó el conversatorio “Mujeres, diversidad y cárcel”. Convocado por la Red Creer, planteó recomendaciones para informar sobre contextos de encierro con perspectiva de género. La charla contó con la presencia de representantes de Cuida la bocha. Un espacio que, a través de la práctica de hockey, busca ayudar a recuperar la dignidad de las mujeres que se encuentran privadas de su libertad.
De la convocatoria formaron parte Natalia Arenas, periodista especialista en género y derechos humanos; Clara Badano, trabajadora social, y María Paz Rodriguez Senese, defensora pública juvenil. Las dos últimas integrantes de Cuida la Bocha.
Mujeres y disidencias en contexto de encierro
Según el relevamiento de la Red Creer, en la actualidad 4.446 mujeres, mujeres trans, varones trans y personas no binarias se encuentran en Unidades Penitenciarias en Argentina. De esta cifra, el 60% tienen entre 25 y 44 años; y el 5% se autopercibe como mujeres o varón trans o personas no binarias.
En cuanto a la maternidad, más de 70 niñes conviven con sus madres privadas de libertad en las unidades penitenciarias del país. En relación a ello, en el último tiempo se incrementó en un 71% la tasa de mujeres embarazadas detenidas.
A partir del trabajo colectivo, 595 mujeres y disidencias privadas de su libertad y liberadas desarrollaron sus habilidades socioemocionales y técnicas con la Red Creer. El equipo genera espacios formativos en CABA, Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Mendoza y Neuquén.
Más inclusión, menos prejuicios
En su turno, Maria Paz Rodriguez habló de las personas privadas de su libertad y aseguró que “no se tiene en cuenta sus opiniones, sus deseos”. Además, afirmó que es necesario generar red para poder aplicar la perspectiva de género en las cárceles.
En cuanto a las actividades que realizan desde Cuida la Bocha, explicó que “no se trata solo de jugar al hockey, sino de mejorar la calidad de vida de las mujeres”. Contó, además, que la organización trabaja en los contextos de encierro desde 2019 y que la tarea que realizan tiene que ver con generar herramientas para que las mujeres sientan que pueden .
Sobre cómo contar sus historias, sostuvo: “si nosotros nos paramos desde la mirada deficitaria, desde el fracaso, vamos a tener una noticia, pero lo importante es destacar el logro, lo humano”. También mencionó que esas mujeres detenidas: “muchas veces fueron niñas víctimas que el Estado no las vio y a los 18 años cometieron un delito y ahí recién el Estado apareció”.
En su turno, Natalia Arenas remarcó la importancia de poner el foco en “no estigmatizar, no pensar en el morbo, ni en los detalles innecesarios”. En relación con lo anterior, propuso pensar en un periodismo colectivo y, además, invitó a salirse de las fuentes oficiales y judiciales y contar las historias de las personas privadas de su libertad.
“Tenemos que pensar en las personas más allá de su condición de presas”, sostuvo durante la charla. También, invitó a pensar en la interseccionalidad de las personas privadas de su libertad y en cómo era su vida antes de la cárcel.
¿Cómo informar sobre encierro?
La red cuenta con un decálogo de buenas prácticas para informar con perspectiva de derechos humanos sobre personas privadas de la libertad. Entre sus puntos, recomienda comunicar datos que contribuyan a erradicar los estereotipos negativos que recaen sobre las personas que están o estuvieron privadas de su libertad.
En paralelo, destacan que “las historias de resiliencia o los proyectos de expresión o formación tras las rejas también son noticiables”. También, sugiere comunicar sobre otras facetas de las personas y no solo sobre el delito que cometió.
Por último, remarca la importancia de, al momento de informar sobre personas que están o estuvieron presas, tener en cuenta que siguen gozando de otros derechos fundamentales. Entre ellos, el derecho a la vida, a la integridad, a la salud y a la educación.