Este martes 18 de junio, el mundo del arte de la fotografía Argentina se detuvo por completo tras la muerte de Sara Facio. Con un recorrido de casi setenta años, donde abarcó una amplia carrera como fotógrafa, curadora, periodista y editora, destacándose incluso por sus diversos retratos de la cultura latinoamericana y con una mirada profunda que hacía resaltar el momento que sea.
Su fallecimiento se dio lugar en la tarde del martes a sus tan vívidos 92 años y su velatorio se llevó a cabo el miércoles en una ceremonia reservada para familiares y amigos.
¿Quién es Sara Facio?
Nacida un 18 de abril de 1932, Facio fue una fotógrafa reconocida por realizar retratos únicos de artistas como Julio Cortázar, María Elena Walsh, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Quino, René Favaloro entre otros.
En el año 1953, se recibió de la emblemática Escuela Nacional de Bellas Artes junto a su colega Alicia D’Amico; años después recibió una beca del Gobierno de Francia y residió en París un año, estudiando artes visuales y visitando museos de Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, Austria y Suiza experiencia que le sirvió para descubrir su pasión por la fotografía.
En 1957 se lanzó a practicar fotografía en el estudio del padre de D’Amico, luego continúo su aprendizaje junto a Annemarie Heinrich. Tiempo después decidió anclarse en Buenos Aires y a partir de ahí dio rienda suelta a su carrera, donde daba a conocer su arte detrás de retratos, publicidad, reportajes gráficos y escritos para la mayoría de los diarios y revistas de Buenos Aires, Europa y Estados Unidos.
Parte de su obra se expuso y se puede visitar en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA.
Graduada en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1953, en 1955 recibió una beca del Gobierno de Francia y residió en París durante un año, estudiando artes visuales y más tarde, fotografía. Entre 1960 y 1985 fue socia de Alicia D´Amico y trabajó en publicidad, reportajes gráficos y escritos para la mayoría de los diarios y revistas de Buenos Aires, Europa y EE.UU.
Parte de su trayectoria.
Obras con significados desde el corazón de una artista
Como es de público conocimiento, Facio fue entablando durante setenta años lazos con artistas nacionales e internacionales, al igual que instituciones y escuelas de la época. Su dedicación a la hora de hacer su trabajo fue de tal magnitud que lograba retratar momentos históricos como la Masacre de Ezeiza y el velatorio de Juan Domingo Perón, en julio de 1974.
En 1979 junto a otros colegas como Alicia D’Amico, Eduardo Comesaña, Andy Goldstein, Annemarie Heinrich, María Cristina Orive y Juan Travnik, fundaron el Consejo Argentino de Fotografía, con el objetivo de difundir y estudiar la fotografía nacional y el intercambio con lo más sobresaliente de la producción mundial.
La obra de Sara Facio ha sido expuesta en museos y galerías de todo el mundo, incluyendo América, Europa y Asia, consolidándose como una figura influyente en el ámbito de las artes visuales.
Desde 1968, Facio publicó más de veinte libros personales, además de numerosos textos y publicaciones antológicas en 2012 y 2016. Su trabajo ha sido reconocido tanto en su país natal como a nivel internacional, recibiendo múltiples premios y distinciones. Entre ellos se destacan el Fondo Nacional de las Artes y el Premio Konex de Platino. También ha sido galardonada por instituciones como la Universidad Nacional de Lanús, la Universidad Nacional de Rosario y la Revista Ñ. Su contribución a la edición de libros ha sido premiada en Argentina, Francia, Austria y México.
En 2011, la ciudad de Buenos Aires la nombró Ciudadana Ilustre, un reconocimiento a su impacto cultural y artístico en la capital argentina. Entre 2014 y 2015, su exposición «Donación Sara Facio» en el Museo Nacional de Bellas Artes mostró 200 obras de fotógrafos latinoamericanos que ella misma donó a la institución, subrayando su compromiso con la promoción de la fotografía en la región.
Las obras de Sara Facio forman parte de las colecciones permanentes de prestigiosos museos como el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y el Museo Reina Sofía de Madrid. Además, sus fotografías se encuentran en renombradas colecciones particulares.
La artista para describir su pasión, se expreso así sobre su propia obra: “Lo que yo hago en fotografía es para lograr que el día que me muera no digan que se murió una vaca sino que se murió una persona que vio eso. Y lo que yo vi está en mis fotos. Como si dijera: «Esta es mi ciudad, mi gente, la que admiro, la que me gusta». Ese es mi cánon”.