La Copa América y los Juegos Olímpicos (JJOO) de este año permitirán al pueblo argentino contemplar las nuevas caras que representarán a nuestro país en el corto y largo plazo. Con un recambio generacional que de a poco se siente puertas adentro, no hay nadie más indicado para expresar el valor por los colores como lo es Javier Mascherano.
En ese sentido, el ex volante central celebra sus cuatro décadas de vida en la previa de la cita olímpica que lo tendrá nuevamente como protagonista. Un 8 de junio de 1984 nació en San Lorenzo, Santa Fe, el hombre que para muchos representó como pocos el amor por la Selección Argentina en la última década.
El Jefecito generó en su recorrido mucho amor y respeto (a veces algo de odio), en aquellos simpatizantes que vieron su enorme esfuerzo y sacrificio por el seleccionado mayor. Hoy por hoy, su presente lo tiene con el buzo de entrenador y al frente del seleccionado Sub-23, el cual buscará una nueva medalla de oro en París 2024.
Con la capital francesa como epicentro del certamen internacional y el objetivo de alcanzar la tercera consagración en dicho evento, Mascherano tiene bien clara su metodología. Con la programación de los JJOO para mediados de julio, el equipo albiceleste juvenil tendrá dos partidos amistosos previos para finiquitar la preparación del equipo.
El ex jugador de River Plate, Corinthians, Liverpool y Barcelona, entre otros, será el gran encargado de encaminar los nuevos talentos para el futuro del país en el deporte rey.
Un debut lleno de ilusión
Mascherano representa uno de los casos más inéditos del fútbol argentino al debutar primero con el seleccionado mayor antes que en su club. Su enorme potencial y cualidades al momento de jugar a la pelota hicieron que Hugo Tocalli le probara y convocara para la Selección Argentina Juvenil, donde formó parte de diversas categorías.
Al mismo tiempo, ingresó en las divisiones inferiores de River, club en el que también llamó la atención desde el primer momento. Con ese brillante futuro por delante, tuvo un ofrecimiento del Ajax de Países Bajos para incorporarlo a temprana edad pero, el jugador lo rechazó.
Logró consagrarse campeón con la séptima división del Millonario y a los pocos días tuvo el privilegio de debutar con la Albiceleste. Aquel gran momento fue en un partido amistoso contra Uruguay durante la inauguración del Estadio Ciudad de La Plata en julio de 2003. Aquel conjunto era dirigido por Marcelo Bielsa, a quién enfrentó en la clasificación a los Juegos de París.
Un mes después del histórico bautismo nacional, Mascherano debutó en Primera División con el cuadro de Núñez en el triunfo 2-1 sobre Nueva Chicago. En total estuvo dos temporadas en River, donde disputó 72 cotejos y marcó un solo gol, ante Deportivo Olmedo por la Copa Libertadores 2005.
Asimismo, disputó la final de la Copa Sudamericana de 2003, a la cual debió viajar de manera especial por pedido del entrenador Manuel Pellegrini. A pesar de encontrarse en plena disputa del Mundial Sub-20 en los Emiratos Árabes, Mascherano dijo presente en el partido decisivo frente a Cienciano de Perú.
Aunque River era el máximo candidato, el cuadro peruano sorprendió a todos y gritó campeón. No obstante, el mediocampista pudo alzarse con el Torneo Clausura 2004. En julio de 2005 jugó su último cotejo con River en el triunfo 1-0 sobre Huracán de Tres Arroyos y bajo una enorme ovación.
Un mal comienzo en el exterior
Con el cuadro riverplatense generó grandes sensaciones de respeto y admiración en los hinchas, y mucho interés de diversos clubes europeos. No obstante, fue el Corinthians de Brasil quien se quedó con sus servicios por solo 15 millones de dólares. En julio de 2005 se realizó su presentación oficial pero su estadía en suelo paulista no fue el esperado.
Al poco tiempo de su arribo, sufrió una fractura por estrés en el navicular del pie izquierdo. Dicha lesión requirió una intervención quirúrgica y un prolongado período de 7 meses alejado de las canchas. Esa mala experiencia permitió que Mascherano con el tiempo le dedique cierta importancia a los descansos y recuperaciones que implicaban las exigencias con el combinado nacional.
Por su parte, en el país vecino solo se pudo alzar con el Brasileirao de 2005 y tras dos temporadas decidió irse por cortocircuitos con el entrenador Emerson Leao. El DT brasileño era famoso por tener una fuerte rivalidad con jugadores argentinos y eso quedó evidenciado con una dura actitud para con ellos.
En una ocasión le negó a Mascherano (y Carlos Tévez) la posibilidad de jugar con Argentina frente a Brasil en Londres, situación que bastó para que ambos busquen nuevo club. En ese sentido, los dos argentinos arribaron al West Ham inglés en agosto de 2006 por un monto superior a los 50 millones de dólares.
En medio de ciertas expectativas y grandes controversias, la contratación de Mascherano resultó ser una mala inversión para los Hammers. En total solo disputó 7 compromisos, donde solo en 3 fue titular; y ante la poca continuidad y consideración, cambió de aire a los seis meses. A fines de 2006 apareció el interés del Liverpool por contratar sus servicios pero primero implementó un rebuscado método para no romper las reglas en el transcurso.
Una valiosa segunda oportunidad
En aquella temporada, Mascherano ya había jugado para Cortinthians y West Ham, una situación que no pasó desapercibida. La reglamentación de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) no permite que un futbolista participe en tres equipos durante una misma campaña.
Esto generó diversas gestiones y hasta un pedido al máximo ente del fútbol para que avale la contratación. En enero de 2007 llega el permiso de la FIFA al divisar que las temporadas no son coincidentes entre Sudamérica y Europa. En tanto, y de manera similar, el Liverpool debió esperar la autorización de la Premier League, la cual también se logró.
De este modo, en febrero de ese año debutó ante el Sheffield United. Un año más tarde, Mascherano firmó un contrato hasta 2012 después que el club pague la opción de compra de 35 millones de dólares. Con esta nueva experiencia en Inglaterra, Mascherano se ganó la titularidad de la mano del entrenador Rafael Benítez desde el comienzo.
En sus primeros tres años demostró un elegante y preciso juego que lo posicionó como un indispensable del equipo. De hecho, fue partícipe de la final de la Champions League de 2007 que su equipo perdió 2-1 ante el Milán italiano. Tras cinco temporadas, el Jefecito le puso punto final a su estadía en suelo inglés.
La falta de títulos, la salida del entrenador español y una gran rotación de compañeros palpitaron el deseo de Mascherano de buscar otros horizontes. En agosto de 2010, y pese al intento de retenerlo por parte del Liverpool, el jugador fichó por el Barcelona de España. El nuevo contrato implicó una duración de 4 años por 24 millones de euros y con un sueldo de 5,5 millones de euros al año.
Mascherano y su mejor momento
En el cuadro español aprendió el oficio de jugar como central para suplir a ciertos compañeros y luego sumarlo a su currícula como posición fija. Desde el primer momento recibió elogios de Josep Guardiola, DT en aquella época, y toda la prensa catalana.
Con el correr de los años se afianzó como titular indiscutido y se transformó en un ensamble fundamental defensivo del que se conoció como “El Mejor Equipo del Mundo”. En total, Mascherano estuvo ocho temporadas con el conjunto blaugrana, tiempo en el que disputó 333 cotejos y marcó un único gol.
El mítico tanto fue en abril de 2017, desde los doce pasos en la goleada 7-1 ante Osasuna y tras 319 encuentros disputados. Su importancia en el club fue tal que se subió al podio de los cinco extranjeros que más jugaron con la institución, donde también aparece Lionel Messi.
En materia de títulos, el Jefecito cosechó 19 éxitos con 5 ligas españolas, 5 Copas del Rey y 3 Supercopas de España a nivel doméstico. En tanto, obtuvo 2 Champions League, 2 Supercopa de Europa y 2 Mundiales de Clubes en el plano internacional.
El 24 de enero de 2018 anunció su despedida mediante una rueda de prensa que organizó la propia institución, junto a los trofeos que logró. Un día después, recibió un homenaje en el Camp Nou y una placa con su camiseta de las manos del capitán Andrés Iniesta.
Sus últimos años, sin mucho brillo
Una vez concluida su estadía en España, su siguiente destino fue China, donde se unió al Hebei Fortune en enero de 2018. El traspaso costó 10 millones de euros y Mascherano estuvo dos años con 51 partidos y un gol en su haber.
Se aguardaban grandes cosas del argentino en una de las ligas que pretendía sobresalir y equipararse al Viejo Continente con resonantes contrataciones. Sin embargo, los resultados no acompañaron y su paso fue efímero y sin grandes luces.
Para noviembre de 2019, Estudiantes de La Plata dio la gran noticia al ser el equipo elegido por Mascherano para finalizar su carrera. A pesar de que se esperaba que se retirase en River, el club nunca mostró interés en que se concrete su vuelta.
Pocos días después de reinaugurar su estadio, el Pincha hizo oficial la llegada del mediocampista. Tras una temporada, el jugador colgó los botines en noviembre de 2020, a los 36 años y con 11 cotejos disputados.
La Selección Argentina, su gran pendiente
Desde su temprano y sorpresivo debut con la albiceleste, se catalogó a Mascherano como un jugador destinado a hacer historia con Argentina. Su fuerte conexión con el seleccionado le permitió desempeñarse en todas las diversas categorías antes de ser una fija en la mayor.
Pasó por la Sub-15, Sub-17, Sub-20 y Sub-23. De hecho, con la anteúltima obtuvo el Campeonato Sudamericano de 2003 y con la última divisional se adjudicó el Torneo Preolímpico Sub-23 de Chile 2004.
Como detalle relevante, se dio el lujo de obtener la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Grecia 2004 y China 2008, las únicas del país. Asimismo, fue partícipe de múltiples campeonatos correspondientes a las categorías menores argentinas.
Por el lado de la mayor, se alzó con el segundo puesto de jugadores con más presencias en el seleccionado con 147 cotejos. Solo es superado por Messi, quien acumula 180 encuentros y aún sigue en actividad.
Además, el Jefecito tuvo el privilegio de ser partícipe de cuatro Copas del Mundo (2006, 2010, 2014 y 2018), con el subcampeonato de la tercera como su mejor performance colectiva.
Por otro lado, también disputó cinco Copas Américas (2004, 2007, 2011, 2015 y la Centenario de 2016), donde a excepción de la tercera, siempre obtuvo el subcampeonato. Más allá de su enorme entrega, sacrificio y amor propio, la cuenta pendiente se vincula a los títulos.
A causa de su mentalidad y visión a la hora de jugar, fue elegido en la mayoría de los torneos juveniles como capitán por sus compañeros y el cuerpo técnico. Esa responsabilidad y confianza le permitió completar una peculiar estadística antes de su debut con River, haber acumulado más cotejos con Argentina que con su club.
Desde temprana edad recibió numerosos elogios por sus destacables actuaciones y ejemplar conducta en el seleccionado. Más allá que varios entrenadores pasaron por el banco albiceleste, Mascherano siempre fue una fija para el apellido que estuviera de turno.
El tiempo lo convirtió en un emblema y referente del equipo, con diversos momentos como capitán del mismo. El 30 de junio de 2018 anunció su retiro del seleccionado tras la eliminación mundialista en octavos a manos de Francia. En total cosechó 147 compromisos, 3 goles y 1 asistencia con la mayor durante 15 años.