El gobierno de Javier Milei confía en las medidas económicas de ajuste fiscal y fuerte desregulación, a pesar de que, a casi seis meses de asumir, no están mostrando resultados favorables para la Argentina.
La recuperación económica parece cada día más lejana, el Fondo Monetario Internacional (FMI), no facilita recursos y el desempleo, la pobreza y el hambre amenazan a las clases populares.
A todo esto, el oficialismo no logra el consenso suficiente para el tratamiento de la Ley Bases, mientras la oposición festeja la aprobación en Diputados de un aumento a las jubilaciones. La derrota legislativa y el aumento del gasto público, son dos preocupaciones más para el gobierno.
Sin embargo, ocupar el cargo de Presidente parece una ocupación momentánea para Milei, quien mayormente vive en una realidad alternativa donde lidera la llamada “batalla cultural” de la ultraderecha.
En las últimas horas se publicó la entrevista del medio norteamericano The Free Press al presidente libertario. Entre otras ideas bizarras, se definió a sí mismo como un personaje que viene del futuro para salvar al mundo del socialismo, infiltrado en el Estado para destruirlo desde adentro. No promete otra cosa que destrucción.
La promesa de la recuperación económica y el rol del FMI
Mientras, les funcionaries son obligados a bajar a la Tierra para brindar certezas sobre la marcha de la economía. En este sentido, el ministro de Economía Luis Caputo realizó una intervención en el Latam Economic Forum.
Allí, buscó quitarse responsabilidad por la recesión y advirtió que la recuperación económica depende “del aporte de los empresarios” y de la aprobación de la Ley Bases, no de la gestión desde el Ejecutivo.
Pero quien no admite divagaciones ni excusas por parte del equipo económico es el FMI. El poder que el organismo tiene sobre la Argentina comienza a sacar de quicio a Milei.
Es que el FMI sabe jugar con el poder, intercambiando medidas neoliberales por recursos frescos. En este caso es consciente de que Milei no propone un ajuste tradicional, sino un modelo mucho más experimental que nadie sabe cómo terminará.
Por esto volvió a marcarle la cancha a través de la vocera Julie Kozack, quien le recomendó al gobierno conseguir un mayor apoyo político, ampliar la asistencia social y promover el empleo formal. Aunque el gobierno sobrecumplió las metas fiscales, el desembolso por 800 millones de dólares no aparece.
Sin respuesta frente a la escalada de la pobreza
Las críticas del manejo de la situación social se profundizan a medida que crecen los escándalos en Capital Humano. La ministra Sandra Pettovello está complicada por la causa de los alimentos y su permanencia al frente de la mega cartera pende de un hilo.
Como era de esperarse, la fórmula ajuste más Estado ausente da como resultado la escalada de la pobreza. Lamentablemente, el gobierno demuestra una y otra vez que no es una prioridad dar respuesta a la crisis que están atravesando los sectores más vulnerables.
El arzobispo de Buenos Aires abrió las puertas de la Catedral para dar comida. Créditos: Redes Sociales
El último informe del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que la pobreza alcanzó al 55% de la población en el primer trimestre del año, mientras que la indigencia aumentó al 17,5%.
Según este relevamiento, el acceso a la alimentación se agrava y más del 20% de las familias sufren ineficiencia alimentaria. En un fuerte retrato de la situación que vivimos, la Catedral Metropolitana (a metros de la Casa Rosada), abrió sus puertas para otorgar un plato de comida a quienes lo necesiten.
En un nuevo episodio de cuestionamiento de la Iglesia a la negligente política social del gobierno, el arzobispo Jorge García Cueva sostuvo que “no hay mayor pobreza que la indiferencia”.