México, el país latinoamericano de 129 millones de habitantes, se prepara para que una presidenta dirija por primera vez la nación, agobiada por crisis múltiples. Es, también, la primer mujer en dirigir un país de América del Norte, antes que Estados Unidos y Canadá. Todo un dato.
La favorita de los sondeos para los comicios de este domingo 2 de junio es la doctora en física Claudia Sheinbaum, delfín del actual presidente Andrés Manuel López Obrador y quien gobierna desde diciembre de 2018. El izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sostiene su candidatura junto con el del Trabajo y el Verde Ecologista.
Las cifras a favor de Sheinbaum, candidata de Morena, han sido estables durante la campaña, y su imagen no ha sido afectada por polémicas. Incluso las acusaciones de financiamiento ilegal hechas por la periodista Sanjuana Martínez no han perjudicado su popularidad. Martínez, conocida por su trayectoria conflictiva, fue nombrada directora de Notimex durante el gobierno de López Obrador, pero su gestión causó un conflicto sindical que el presidente resolvió cerrando la agencia estatal y liquidando al personal. Según explicó la periodista Cecilia González de la Nueva Sociedad.
Detrás en las encuesta aparece otra mujer, la ingeniera en computación Xóchitl Gálvez, exsenadora derechista y abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México, que integran Las grandes organizaciones tradicionales del país: su Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática.
Para la analista política Paula Sofía Vásquez, la trayectoria de ambas y sus propuestas son reveladoras de las perspectivas en el próximo sexenio para México, el país más poblado de los que se habla español.
“Se ha generado muchísima expectativa. Pero el enfoque está en los problemas a resolver y las prioridades, y la trayectoria que tienen. Eso es un indicio de si veremos un cambio en la forma de gobernar. Hay forma de abordar todos los problemas con perspectiva de género, pero no lo vemos reflejado en los programas de trabajo. No son figuras impulsoras de la perspectiva de género”, dijo a IPS.
Durante su gestión al frente de Ciudad de México (2018-2023), Sheinbaum se enfrentó a grupos feministas por la represión en las marchas del 8 de marzo y, más recientemente, apoyó el mantenimiento de la prisión preventiva oficiosa, un mecanismo que tiene a unas 70.000 personas encarceladas, sin proceso, y cuyos efectos recaen más las mujeres, según especialistas.
“No vi en la gestión de Sheinbaum ninguna diferencia a que la haya gestionado un hombre. No vi empatía o reconocimiento a los cuidados, cambios en la política, ni en el ejercicio del poder”, resumió Vázquez.
Casi 98 millones de votantes elegirán a unos 20.000 cargos públicos, entre ellos la Presidencia de la República, 500 curules en la Cámara de Diputados (el parlamento) y 128 escaños en el Senado, en las elecciones más grandes y más violentas en la historia moderna del país, pues 749 personas, en su mayoría candidatos, han sido asesinados.
Sus inicios en la política
Científica de profesión y política por convicción, Claudia Sheinbaum Pardo nació el 24 de julio de 1962 en la Ciudad de México, anteriormente Distrito Federal. Es licenciada en Física por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como maestra y doctora en Ingeniería Energética también por la misma institución. Además, es egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente (LEAD–México) del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales, y del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable de El Colegio de México.
Desde temprana edad, Sheinbaum se involucró en luchas sociales y políticas, participando en manifestaciones en pro de los jóvenes que no lograron ingresar a la UNAM mientras estudiaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur. En la Facultad de Ciencias, fue miembro del Consejo Estudiantil Universitario y, en 1989, se afilió al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Su primer cargo político fue como secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal entre 2000 y 2006, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno. Durante su gestión, se llevaron a cabo proyectos como la primera línea del Metrobús, el segundo piso del Periférico y la creación de Reservas Ecológicas Comunitarias. Sheinbaum renunció a este cargo en mayo de 2006 para unirse a la primera campaña presidencial de López Obrador.
En 2008, lideró a las ‘adelitas’, un grupo de mujeres del Movimiento en Defensa del Petróleo que protestó fuera del Senado contra la reforma energética de Felipe Calderón, que supuestamente intentaba privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex). En 2011, fue fundamental para la creación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como asociación civil, que obtuvo su registro como partido político en 2014.
Herencia complicada
Amlo, las iniciales de su nombre con el que se conoce localmente al presidente López Obrador, gobernó de una forma vertical, en un regreso al viejo modelo presidencialista que impuso el PRI, que gobernó durante 70 años hasta 2000.
Si bien el gobierno saliente aplicó políticas que derivaron en la reducción de la pobreza, la protección del maíz nativo y la gestión de vivienda apegada a criterios sociales, también embarcó al país en megaproyectos rezagados, con sobrecosto y en número rojos, como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, ambos en el sureste del país.
Asimismo, tropezó en el rediseño del sistema de salud, fracasó en el combate a la corrupción y extendió la participación del ejército en tareas fuera de la seguridad pública, como construir infraestructura y administrar empresas estatales, puertos y aeropuertos.
Amlo destinó miles de millones de dólares a apuntalar a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera más endeudada del mundo, sin mejorar notablemente sus resultados, y frenó la transición energética.
Ante ello, Sheinbaum, quien fue secretaria de Medio Ambiente durante la gestión de Amlo al frente de Ciudad de México (2000-2006), ha caminado entre mantenerse en el esquema marcado por su mentor de continuar con el modelo aplicado y construir su propia imagen. En esa línea, ha dicho que representa la continuidad del modelo.
Sheinbaum ha declarado a la prensa que tendrá su propio estilo y que tomará sus propias decisiones.
La candidata oficialista ha basado su campaña en desempeño al frente de Ciudad de México, donde mejoró servicios como el transporte público, al introducir unidades eléctricas, y redujo los homicidios, pero no resolvió la crisis hídrica ni redujo la contaminación atmosférica.
“Sheinbaum es menos personalista y delega mucho más en las personas a quienes les ha depositado la encomienda. Es muy minuciosa en cómo trabaja. No va a ser la gestora central, como Amlo”, señaló la analista Vásquez.
López Obrador ha dicho que, a partir de octubre, se retirará a su finca en el sureño estado de Chiapas.
La presidenta, que concluirá su periodo en 2030, enfrentará una situación económica complicada, ilustrada por el déficit fiscal (la diferencia entre ingresos y gastos) superior a 4 %, lo que significa que el gobierno no tiene dinero suficiente para sostener los programas sociales. Aunado a ello, la economía crecería alrededor de 2,4 %.
En 2024, Pemex debe cubrir al menos 11.000 millones de dólares en amortizaciones de deuda, 6800 millones en 2025 y 10 500 en 2026, montos para los que necesitará el respaldo del Estado mexicano.
Con una presidenta, México se unirá a un grupo de países latinoamericanos que han sido gobernados por mujeres, como Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Honduras, Nicaragua, Panamá y Perú. Actualmente, nueve mujeres gobiernan igual número de estados, de los 32 que tiene el país.