A casi 6 meses de gestión, el Gobierno demuestra la improvisación en el manejo de la economía. A medida que se recrudece la situación social, el presidente Javier Milei adquiere una postura de mayor insensibilidad frente a los reclamos populares.
Hace varias ediciones de esta editorial destacamos la intención del mandatario de ser reconocido internacionalmente no como jefe de Estado de la República Argentina, sino como un destacado referente del fenómeno libertario.
Por esto es que recorre eventos recitando premisas del libre mercado y poniéndose a disposición de la “batalla cultural” de la ultraderecha en el mundo. Por esto es que el próximo destino de su gira será la asunción de Nayib Bukele en El Salvador. En este contexto, gobernar un país queda en segundo plano.
Y esa falta de compromiso con la gestión de gobierno la relega a les funcionaries. El país estuvo días sin abastecimiento de gas y el secretario de Energía, Eduardo Chirillo, tuvo que salir a licitar de urgencia la importación del recurso. La canciller Diana Mondino se ocupó de destrabar un posible conflicto con Brasil por la compra de un buque de Petrobras. ¿Y el presidente?
Aunque se esconda y eche funcionaries para lavar su imagen, Sandra Pettovelo es la cara del ajuste a los comedores comunitarios. ¿Y el presidente? El máximo responsable de todas las políticas de Gobierno, otra vez está de gira en los Estados Unidos, en reuniones con eminencias empresariales que poco y nada prometen para la Argentina.
Es más, a pesar de la suprema devoción de Milei, al mercado le queda poca paciencia y casi nada de confianza, lo que se ve reflejado en la merma de inversiones. Aunque esto podría cambiar si se aprueba el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) con la Ley Bases, que contempla beneficios fiscales y cambiarios sin precedentes.
La insensibilidad de Milei y Pettovello
Ejecutado el ajuste y con las clases populares sufriendo las primeras consecuencias, Pettovello eligió como víctima a los comedores y merenderos comunitarios, no sólo suspendiendo la compra de alimentos, sino negándose a repartir los adquiridos por la gestión anterior.
¿Qué gana el Gobierno yendo a la Justicia para evitar repartir comida que tienen almacenada? Nada. A mi parecer, esto responde a un criterio de desprecio por la organización popular. Pettovello ve curros en las redes comunitarias porque la palabra solidaridad no está en su diccionario.
Por parte de Milei, su abstracción teórica le impide tener sensibilidad frente al sufrimiento de la gente. Para explicar que no existen las fallas de mercado, volvió a atacar la intervención del Estado y sostuvo: “Se creen que la gente es tan idiota que no va a poder decidir… Va a llegar un momento en el que la gente se va a morir de hambre y van a decidir alguna manera para no morirse”.
De la preocupación por la inflación al temor al desempleo
Frente a los atisbos de mala gestión, las crisis internas y la demora de la Ley Bases el gobierno espera que la inflación siga desacelerando para tener una bocanada de aire. Aunque esto suceda, los aumentos no dan respiro a la población.
En junio continuará la quita de subsidios que impactará en las tarifas de los servicios de luz y gas, aumentará el precio de los combustibles en parte por el descongelamiento del Impuesto y continuará en aumento el precio del transporte público.
A pesar de la disposición de la Justicia, el precio del boleto de subte se disparará a $650. Mientras se postergan las actualizaciones tarifarias del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el boleto de colectivo alcanzaría los $900 en las ciudades de Santa Fe, Rosario y Córdoba.
Sin embargo, las encuestas de opinión pública registran que, a pesar de que la inflación sigue liderando el ránking de preocupaciones, el temor al desempleo empieza a ganar terreno.