Luego de darse a conocer la situación de la mercadería retenida, la lupa quedó puesta sobre el Ministerio de Capital Humano, dirigido por Sandra Pettovello, quien no perdió el tiempo para responsabilizar a la gestión anterior.
Pese a ello, este jueves -y tras minimizar las denuncias- desde el Gobierno anunciaron el despido del secretario social Pablo De la Torre, dirigente asociado a las altas esferas del PRO.
En un comunicado explicaron: “El Ministerio ha llevado a cabo una auditoría y ha decidido limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería”.
De la Torre es hermano del ex intendente de San Miguel, y si bien recorrió varios espacios políticos tiene estrecha relación con el Pro. Ahora, Petovello lo responsabilizó por la retención de 5 millones de kilos de alimentos.
Cronología
— Ministerio de Capital Humano (@MindeCapitalH) May 30, 2024
La semana pasada, a raíz de un pedido de acceso a la información pública, se compartió un informe del periodista Ari Lijalad, para El Destape, que reveló la existencia de dos depósitos repletos de comida.
Más tarde se supo con exactitud cuántos kilos de cada producto había. Juan Grabois fue uno de los encargados de publicar un archivo de Excel con los detalles de los alimentos retenidos. De leche en polvo, por ejemplo, hay 350 mil kilos y están muy cercanos a su fecha de vencimiento.
Ante las consultas, el vocero presidencial, Manuel Adorni, minimizó la situación y responsabilizó a la gestión anterior. En esa ocasión, desmintió que haya productos próximos a vencerse y admitió que los mismos no fueron repartidos porque “muchos comedores no existían” de acuerdo a las auditorías de Capital Humano.
Días después, el juez federal Sebastián Casanello ordenó a Capital Humano que informe con exactitud qué cantidad de alimentos destinados a comedores comunitarios hay almacenada. A su vez, dispuso su inmediata distribución.
En ese sentido, el letrado solicitó un plan de distribución de los alimentos “en atención a su tipo, cantidad, fecha de vencimiento y grupo de destino, previendo su ejecución de modo inmediato; lo que deberá informarse de manera precisa en el plazo de 72 horas”.
Además, pidió “los registros de ingreso y egreso de mercadería desde diciembre de 2023 hasta la fecha; los expedientes administrativos en los que haya tramitado la adquisición de los alimentos almacenados, junto con toda otra actuación y/o documentación vinculada”.
Por último, dispuso librar “una orden de presentación”, es decir, el aporte voluntario de documentación e información con el detalle del stock actual de los depósitos ubicados en Villa Martelli, Vicente López, Provincia de Buenos Aires y en Tafí Viejo, Tucumán.
La respuesta del Gobierno fue dada a través de Adorni, quien dijo “obviamente que vamos a apelar la resolución porque consideramos que esto no es una cuestión de índole judicial, sino una definición de política pública, y la Justicia no se puede entrometer en la política pública”.
En aquella conferencia de prensa, el portavoz también sostuvo que los alimentos guardados en esos depósitos son resguardados ante eventuales catástrofes y no para la asistencia de los comedores comunitarios.
Ahora, ante los fuertes cuestionamientos a la gestión de Petovello, el Gobierno debió dar marcha atrás. En el comunicado donde anuncian que se “investigará a los responsables”, también anticiparon “un protocolo para la entrega inmediata de los alimentos de próximo vencimiento”.
Los dichos de Milei
En medio del brutal ajuste que ejecuta el Gobierno, pegando de lleno en los sectores más vulnerables, la situación de los alimentos despierta cuestionamientos y planteos.
Javier Milei, fiel a su costumbre, hizo vista gorda a la situación. Sin embargo, desató una vez la polémica con controversiales frases.
Antes de partir a Córdoba para el acto del 25 de Mayo, el presidente salió de una exposición en La Rural, donde fue consultado y dijo que “si la gente no llegase a fin de mes ya se hubiera muerto”.
Esta semana, lejos de retractarse o de retomar el delicado tema, durante su discurso en el Instituto Hoover de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, expresó: “¿Ustedes se creen que la gente es tan idiota que no va a poder decidir? Va a llegar un momento que se va a morir de hambre y va a decidir, de alguna manera, para no morirse”.
En esa línea, aseguró: “No necesito que alguien intervenga para resolverme la externalidad del consumo, porque alguien lo va a resolver”. De este modo, una vez más deja claro que no le interesa intervenir para que las personas tengan la comida asegurada.