Como sucede con diversos sectores en Argentina, el deporte no sería la excepción a los cambios derivados de la crisis social que instauró el Gobierno Nacional. En ese sentido, se conoció en las últimas horas una fuerte medida que se efectuará sobre los Juegos Evita, certamen que alcanza los 76 años de existencia. Desde el cambio de financiamiento, hasta un posible renombramiento serían las modificaciones que sufriría uno de los torneos más antiguos del país.
Mediante un encuentro virtual federal, el Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli fue el encargado de comunicar las nuevas decisiones. De esta manera, el político les anunció a las provincias como encaminarán la realización de la próxima edición de los Juegos Evita, los cuales están previstos para inicios de noviembre. La idea de los mismos es que se desarrollen con un esfuerzo compartido para permitir que los atletas logren el salto hacia el alto rendimiento.
Los diferentes cambios para el 2024
Con menos de seis meses para que se pongan en marcha, los Juegos Evita tendrán importantes retoques por parte del Gobierno Nacional. En primer lugar, se pretende sustituir el actual nombre de la competencia por “Juegos de Alto Rendimiento” o “Juegos Deportivos Nacionales”. Esta determinación se estudiará a detalle entre los diversos funcionarios involucrados en la reunión que tendrán la próxima semana en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD).
En tanto, la reciente reducción de disciplinas y categorías de deportes encaminó una disminución del 70% en la convocatoria de los atletas. Se especula que esta nueva estadística romperá el esquema y esencia del certamen nacional. A nivel histórico, los Juegos Evita se enfocaron para permitir que los deportistas se muestren y/o clasifiquen a las diversas competiciones internacionales. Será cuestión de tiempo para ver cómo repercute en el deporte argentino a largo plazo.
Por último, el Gobierno Nacional determinó que no invertirá financiamiento en ningún ámbito del certamen deportivo. Eso implica que cada atleta se hará cargo de los gastos de transporte, hotelería y comida. Asimismo, aquellas provincias que no ostentan un sistema de competencias propio, deberá asumir un importante desembolso económico para asegurar la realización de los Juegos Evita en un contexto alarmante que atraviesa el país.
No todos están a favor
Una vez que se hicieron públicas las nuevas medidas del Gobierno Nacional para con los Juegos Evita, aparecieron posturas que se oponían a esos cambios. Leandro Lurati, subsecretario de Deportes de la provincia de Buenos Aires, fue quien se expresó al respecto en sus redes sociales. “Finalmente tenemos novedades sobre la realización de los Juegos Nacionales Evita: no les interesa el deporte”, compartió en su cuenta de X.
“Después de casi seis meses sin definiciones, el Secretario de Deportes Daniel Scioli se comunicó para dar esta triste noticia”, agregó Lurati. Luego de mostrarse indignado sobre lo que acontecerá para el deporte argentino, el funcionario bonaerense informó sobre el cambio de nombre y el recorte en la convocatoria de atletas. “Esto implica quitarle la posibilidad de desarrollo deportivo y recreativo a miles de jóvenes federados y federadas del país”, enfatizó.
Incluso, Lurati señaló que “necesitan de los torneos nacionales para probarse y clasificar a instancias de nivel internacional”. “Mirá que distintos somos: en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof apostó por los Juegos Bonaerenses y logramos romper el récord de participantes del año pasado”, añadió. Dicho mérito se alcanzó con más de 470 inscriptos en este 2024, estadística que refleja la relevancia que tiene el deporte en el país.
Para finalizar, Lurati denunció el accionar del Gobierno Nacional al desligarse de los diferentes gastos de cada atleta. “En ese sentido, desde la provincia de Buenos Aires queremos solidarizarnos con el resto de las provincias que tienen que hacer una erogación presupuestaria mucho mayor para garantizar la competencia”, aclaró. “No acompañaremos esta iniciativa del Gobierno Nacional que desdibuja el espíritu original de la política pública y continúa profundizando la pérdida de capacidades estatales”, concluyó.
Una historia con altibajos
Los Juegos Nacionales Evita tuvieron su fundación en 1948 bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. No obstante, el golpe de Estado de 1955 provocó su suspensión y reaparecieron con la vuelta de la democracia en 1973. Al siguiente año, Diego Maradona consiguió su primer título en fútbol al consagrarse en el certamen del deporte social junto a su equipo “Los Cebollitas”. El dato de color de esa edición se vislumbró en la final al disputarse en Córdoba.
Un nuevo golpe de Estado en 1976 interrumpe la realización de la competencia; aunque, retornarían en 1991 tras varios años y mucho esfuerzo. Aquel año se llevaron a cabo de manera íntegra en las instalaciones del CENARD de la Ciudad de Buenos Aires. Luego de una década, la crisis del 2001 generó otra suspensión hasta 2003, cuando el presidente Néstor Kirchner logra su renacimiento por decreto a nivel nacional.
Para 2008, el gobierno de Cristina Kirchner pone en marcha el Plan Nacional del Deporte y los Juegos Evita se acreditan como un derecho por ley. Incluso, en ese año se incorpora la categoría Personas Mayores. En la actualidad, el certamen es orquestado por la Secretaría de Deportes de la Nación como un programa deportivo que reúne 76 disciplinas.
Posee un sistema de competencias conformado por dos etapas bien definidas. La primera es un proceso clasificatorio de cada provincia en el que participan cerca de 1 millón de niños, niñas, jóvenes y personas mayores de cada rincón del país. En tanto, la segunda se trata de una fase final que se divide en cinco grandes eventos, los cuales albergan solo 25 mil deportistas. Desde tiempos inmemoriales el deporte es una base fundamental en la sociedad argentina.