El pasado miércoles, el Presidente Javier Milei ofreció un discurso en la reunión del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP), frente a un público de importantes empresarios de la Argentina.
Allí, defendió su plan económico frente a las críticas por el atraso cambiario, la postergación de la salida del cepo y la caída de la actividad económica. En estos escenarios, nunca faltan los elogios de Milei a los grandes empresarios, a quienes calificó como “los artífices del futuro”.
Sin embargo, la realidad que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) no es para nada optimista. De hecho, atribuyen la desaceleración de la inflación a la caída de las ventas y denuncian que están en riesgo frente a la apertura de las importaciones y la aprobación del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones).
Las críticas a Milei: “Que se ponga las bolas y dirija el país”
Milei encaró su discurso en un tono defensivo, respondiendo a los analistas económicos a quienes tildó de “chantas”. Principalmente negó la existencia de atraso en el tipo de cambio, en referencia al análisis del economista Miguel Ángel Broda.
Broda planteó, en una entrevista en LN+, algunas dudas alrededor del programa que lleva adelante el ministro de Economía, Luis Caputo. El tipo de cambio atrasado es una de ellas, porque considera que “complica la salida del cepo, frena la recuperación y atenta contra la competitividad de les productores locales”.
Sin embargo, no es el único que sostiene que el gobierno debe devaluar: el campo y el FMI (Fondo Monetario Internacional) también presionan para una devaluación más profunda que la actual, que es del 2% mensual.
Lo cierto es que no hay un sentido unánime de apoyo al gobierno entre el empresariado. En respuesta al pedido desesperado de inversiones por parte de Milei, su ex jefe de Corporación América, Eduardo Eurnekián, pidió al Presidente “que se ponga las bolas y dirija el país”.
Milei trató de contradecir todos los cuestionamientos y ratificó la solidez de su plan económico. Explicó que se basa en el ajuste fiscal “más grande de la historia de la humanidad” y la baja de la tasa de interés para reducir los pasivos remunerados del Banco Central, lo que eventualmente permitiría levantar las restricciones cambiarias.
Por su parte, el jefe de gabinete, Nicolás Posse, durante el balance de gestión en el Senado defendió el ajuste en la obra pública, los despidos en el Estado y celebró la “inflación a la baja”.
El contraste con la realidad de las PyMEs
En los discursos oficiales, no se pronuncia ni una palabra sobre la caída de los salarios de les trabajadores, la pérdida de miles de puestos de trabajo por la recesión económica o de la crisis que atraviesan las PyMEs.
Es que estas empresas denuncian que están en riesgo por la caída del consumo y exigen al gobierno medidas urgentes para recuperar las ventas. La respuesta de Milei fue contundente: “No le pidan peras al olmo. No voy a ser un intervencionista. Creo que los grandes empresarios son los creadores de riqueza».
La apertura de las importaciones es otra gran amenaza para el sector. “No podemos competir porque tenemos insumos difundidos dos o tres veces más caros, un costo de la energía 50% más caro que a nivel internacional e impuestos 30% más caros que en el extranjero”, sostuvo Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos.
Además, esta situación se podría agravar si se aprueba la Ley Bases, que contiene el RIGI. Este régimen otorga enormes beneficios impositivos y cambiarios por 30 años a empresas que inviertan más de 200 millones de dólares, dejando en desventaja competitiva a la industria nacional pequeña y mediana.