Cada 15 de mayo, los palestinos conmemoran la Nakba, término que hace alusión a “catástrofe” y “desastre”, en referencia a la limpieza étnica de Palestina y la destrucción casi total de su sociedad ocurrida en 1948. Más allá de la fecha oficial, vale mencionar que los grupos armados sionistas iniciaron el desplazamiento de esta población mucho antes.
En esa fecha nació el Estado de Israel, tras un proceso violento que consistió en la expulsión forzosa de cientos de miles de palestinos de su tierra natal para establecer un Estado de mayoría judía, de acuerdo a las aspiraciones del movimiento sionista.
Entre 1947 y 1949, al menos 950.000 palestinos de una población de 1,9 millones se transformaron en refugiados. Las fuerzas sionistas tomaron más del 78% de la Palestina histórica, limpiaron étnicamente y destruyeron cerca de 530 aldeas y ciudades. Asimismo, asesinaron a unos 15.000 palestinos.
El comienzo de la Nakba
En 1936, los árabes palestinos se rebelaron en gran escala contra los británicos que ocupaban su territorio en lo que se conoce como la Gran Revuelta Árabe de Palestina, suceso que duró hasta 1939. Las autoridades británicas respondieron con la destrucción de al menos 2.000 hogares, encerraron a 9.000 palestinos en campos de concentración y los sometieron a interrogatorios violentos, y deportaron a 200 líderes. Se estima que alrededor del 10% de la población masculina palestina fue asesinada, herida, exiliada o encarcelada al final de esta rebelión.
El Reino Unido autorizó el arribo de inmigrantes judíos de todo el mundo, y en 1947 ideó un plan para concederles un estado propio dividiendo la región entre árabes e israelíes. El 29 de noviembre del mismo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Resolución 181, mediante la cual recomendaba la partición de ese país en un Estado judío y uno árabe. Así, creaba un nuevo país llamado Israel en zonas habitadas por los árabes.
En ese momento, los colonos judíos en Palestina constituían un tercio de la población y poseían menos del 6% de la superficie total de la tierra. Según el plan de partición de la ONU, a éstos se les asignó el 55% de la tierra, que abarcaba muchas de las principales ciudades con mayoría árabe palestina y la importante franja de la costa mediterránea desde Haifa hasta Jaffa. De este modo, el Estado árabe quedaría privado de tierras agrícolas y puertos marítimos claves, por lo que los palestinos rechazaron la propuesta.
Esta separación ocasionó un conflicto entre judíos y árabes, que estalló con el asesinato de cinco israelíes que viajaban en un autobús. Poco después de la mencionada Resolución, los grupos paramilitares sionistas comenzaron con el proceso de limpieza étnica en forma de ataques a gran escala destinados a la expulsión masiva de palestinos de sus ciudades y aldeas para construir el Estado que culminó en la Nakba.
Los israelíes recibieron ayuda financiera de correligionarios de todo el mundo, lo que les permitió comprar armamento soviético y americano que le otorgó a las milicias una ventaja tecnológica sobre los palestinos.
Tras la victoria, Israel transformó el territorio en el que cientos de poblaciones palestinas fueron derribadas, para construir sobre ellas modernas colonias agrícolas llamadas kibutz y ciudades reservadas a los israelíes. A través de la política “Plan Dalet”, del entonces primer ministro israelí David Ben Gurión, se ordenó destruir con “fuego, explosivos y minas” las poblaciones árabes que quedaron en territorio israelí. Luego, las tierras vaciadas fueron nacionalizadas por Israel.