La organización Reporteros sin Frontera (RSF) realizó un informe llamado “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024: los peligros de la industria del engaño”, en el que situó a Argentina en el puesto 66 de un total de 180 países en cuanto a la libertad de expresión.
El ranking, liderado por Noruega, Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Finlandia, evalúa la libertad de prensa de cada país. En este sentido, la organización a cargo advirtió que la llegada al poder de Javier Milei “marca un nuevo y preocupante punto de inflexión para la garantía del derecho a la información en el país”.
La libertad de expresión en peligro
Como bien se indica en el relevamiento, el presidente argentino fue y es abiertamente hostil contra el periodismo. En reiteradas oportunidades, Milei descalificó a aquellos periodistas que sostienen una opinión distinta a la suya o critican sus políticas. “Zurdos”, “burros” y “ensobrados” son algunos de los adjetivos utilizados a modo de ataque por el mandatario.
Por esta razón, RSF definió a la Argentina como un país con “problemas significativos” en lo que se refiere a la libertad de prensa.
En la misma situación se encuentran Brasil, Uruguay y Chile. “A escala mundial, la libertad de prensa está amenazada por los mismos que deberían ser sus garantes: las autoridades políticas”, sostienen.
“Persisten, contra los periodistas, intentos de silenciamiento más sutiles, como presiones económicas y el abuso de demandas civiles”, aseguró el informe. En esa línea, agregó: “La prensa argentina se ve afectada por las persistentes dificultades económicas de la última década, que han precarizado el empleo y los recursos”.
Por otro lado, el relevamiento enfatizó en el cierre de la Agencia Nacional de Noticias Télam, que también fue atacada por el presidente. Al respecto sostuvo que se trató de “un duro golpe al derecho a la información en la Argentina”.
En la anterior edición del ranking de Reporteros Sin Fronteras, Argentina había obtenido el puesto número 40, es decir, que cayó 26 posiciones. Cabe mencionar que días antes de la asunción del líder de La Libertad Avanza (LLA), RSF manifestó que seguiría “de cerca al mandato” de Milei por considerar que “su agresividad hacia la prensa es una señal de alerta”.
Milei contra las periodistas
La violencia del presidente para dirigirse hacia los periodistas parece cobrar mayor dimensión cuando su interlocutora es una mujer.
‘Mentirosa’, ‘burra’ y ‘zafaronista’ son algunos de los términos que Milei usó para responder o para evitar hacerlo frente a una pregunta incómoda proveniente de una periodista. Luisa Corradini, Jesica Bossi, Laura Serra, María Laura Santillán, Teresita Frias y Silvia Mercado se convirtieron en algunos de sus blancos.
Hace no mucho, el mandatario increpó públicamente a la periodista María O’Donnell a través de su cuenta de X. “Has mentido con el objetivo de ensuciar”, la acusó. Milei se refería a una información errónea que la periodista brindó en su programa de radio, la cual estaba vinculada con el regreso del presidente a la Argentina tras participar en el Foro Económico Mundial, en Davos.
Minutos después del error, la periodista rectificó la información al aire, pero Milei continuó: “’Periodistas’ mintiendo… un clásico de la progresía argentina”.
Luego, María compartió el recorte en sus redes sociales y posteó: “Señor presidente: aquí podrá escuchar cómo rectificamos e informamos correctamente. Ojalá lo pueda compartir con sus seguidores para que no me sigan insultando. Gracias”.
Desde el informe de RSF, sostuvieron: “El presidente de extrema derecha Javier Milei, elegido en 2023, alienta las agresiones a periodistas y los ataques para desacreditar a medios y reporteros críticos con su política. Sus partidarios lo difunden ampliamente”.
“El fomento del odio y la violencia encuentra eco en medios de diversas tendencias”, añadieron.
Sin embargo, lo de Milei no es nuevo. En 2018, cuando era tan solo un personaje recurrente en los programas de televisión, existió un ataque que marcaría el primer precedente.
Fue en la sede del Colegio de Abogados de Metán, en Salta, donde brindó una conferencia de prensa para explicar la situación económica del país. La periodista Teresa Frías le preguntó si podía explicar por qué el keynesianismo funcionó en los Estados Unidos desde el New Deal, pero no tuvo el mismo éxito en Argentina.
Esto desató la ira del economista, que le respondió: “¿Vos sabés entre qué años fue la Gran Depresión? (…)¿Y sabés en qué año se publicó la mierda esa de la Teoría General? En 1936. Sería bueno que lo estudies si querés hacer preguntas sobre keynesianismo”.
No conforme con el intento de humillar a la periodista, y ante la mirada atónita de los presentes, fue por más: “Estás diciendo una burrada y yo estoy tratando de desasnarte“. “Me parece que hasta tenés problemas de comprensión” y “tu problema es de soberbia porque no sabés un carajo y opinás de lo que no sabes”, fueron algunas de sus expresiones.
No sin razón RSF sostiene que “los reporteros están expuestos a ser blanco de intimidaciones por parte de organizaciones delictivas (narcotráfico, trata de personas, mafias de policiales, etc.) y de la violencia policial cuando cubren manifestaciones”. Pero, además, ahora hay que sumar la violencia presidencial.
¿Cómo es el panorama mediático actual?
Los indicadores del RSF se basaron en aspectos económicos, políticos, legislativos, sociales y de seguridad actual. Un sondeo en cada uno de estos parámetros otorgó a Argentina un puntaje de 63.13, lo que lo coloca más bajo que su posición en el mismo ranking en el 2023, cuando obtuvo 73.36.
Otro aspecto analizado fue el panorama mediático actual, donde la concentración y polarización de los medios son preocupaciones importantes para RSF, ya que se muestran como claras amenazas a la libertad de prensa. A esto se suma la ausencia total de políticas públicas que garanticen la pluralidad de voces y una creciente precarización del ejercicio del periodismo.
En ese sentido, en el informe señalan que el panorama mediático actual es dominado por la influencia del Grupo Clarín, que continúa siendo un actor principal en la industria hasta la fecha. Además, el Grupo La Nación, la cadena televisiva Telefé y el portal de noticias Infobae son otros de los actores que concentran la mayor cantidad de espectadores, oyentes y lectores.
Además, agregan que esa misma concentración de poderes prepara el terreno para que las presiones gubernamentales hagan lo suyo, mediante pactos con el sector privado. Un ejemplo concreto es que la irrupción de Milei en la escena política no fue espontánea, sino que desde el primer momento estuvo respaldada por programas emitidos, como los del canal A24.
En lo que refiere a la seguridad, el informe destaca que desde el 2000 no se registran encarcelamientos ni asesinatos de periodistas, y las agresiones físicas son esporádicas. Sin embargo, muchos de ellos se ven expuestos frente a organizaciones delictivas (narcotráfico, trata de personas, mafias de policiales, etc) y de violencia policial cuando cubren manifestaciones.
En tanto, agrega que muchos de ellos también están expuestos a las acciones de las fuerzas de seguridad, que bajo la conducción de Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, aplican el protocolo antipiquete a le comunicadores que cubren las manifestaciones.
Por último, otro de los aspectos que se menciona es la decisión de privatizar los medios públicos, lo cual achica, aún más, la posibilidad de pluralidad de voces. En ese sentido, y a pesar de que la libertad de prensa es una garantía constitucional, se examinan las políticas de desfinanciamiento de medios alternativos y comunitarios.