El fútbol es el deporte por excelencia, asociado generalmente con la alegría y la pasión más allá del resultado, que tiende a ser anecdótico. El dolor de una derrota es momentáneo, ya que las ilusiones se renuevan domingo a domingo. Sin embargo, el deporte ha sabido escribir sus páginas negras, que ajenas a un resultado deportivo, han logrado unir al mundo.
Más allá de los conflictos personales que todo futbolista tiene, los cuales deben tratarse para evitar malas decisiones, hay acontecimientos colectivos que entristecieron a todos. En ese sentido, se conmemora un nuevo año de la Tragedia de Superga, evento que rememora el fallecimiento de todo el plantel de Torino en su tierra natal.
El 4 de mayo de 1949 se registró el accidente aéreo que involucró al avión que trasladaba a los jugadores italianos desde Portugal a Italia. Por aquel entonces, era el mejor momento de Il Toro a nivel deportivo, con diversos títulos en la década. Reconocido como un rival de fuste, viajó al país luso como invitado en el partido despedida de Xico Ferreira.
Tras el cotejo en homenaje al capitán del Benfica, el regreso tuvo una escala en Barcelona antes de finalizar en la tragedia que se llevó la vida de todo el equipo. Las condiciones climáticas y una falla técnica que despistó al piloto provocaron el choque del Fiat G 212 de tres motores contra la Basílica de Superga.
Una vez realizado todos los protocolos, las estadísticas oficiales comunicaron el fallecimiento de 31 personas en la colisión contra la iglesia ubicada en las afueras de Turín. Entre las víctimas había 18 jugadores del club, miembros del cuerpo técnico, dirigentes, periodistas y la tripulación del avión.
Una época dorada
Como toda tragedia, el evento ocasionó grandes lamentos y homenajes en todo el planeta pero que significaron también una mancha en el club y en el fútbol italiano. El Toro venía de desarrollar su mejor performance a nivel local tras obtener la Serie A en las temporadas 1942/1943, 1945/1946, 1946/1947 y 1947/1948; y la Copa de Italia de 1942/2943.
Además, se encontraba como líder de la campaña 1948/1949 con pocas fechas para su conclusión, la cual conseguiría al finalizar el campeonato pese a la tragedia. En medio de su cosecha, hubo dos ediciones (1943/1944 y 1945/1946) que no se disputaron por la Segunda Guerra Mundial y que lo privaron de, quizás, agigantar más su leyenda.
Sin embargo, aquella generación es recordada como el Grande Torino. Las muertes de aquellos futbolistas no solo tuvieron un impacto en el equipo, sino también en el seleccionado italiano. Resulta que gran parte del plantel tenía serias chances de ser convocado para el Mundial de Brasil 1950 para la Azzurra.
Cabe mencionar que hubo dos jugadores que se salvaron ya que por diferentes motivos no se subieron al avión. En primera instancia, el arquero suplente Renato Gandolfi, quien falleció en 2011, no fue convocado para el partido en suelo portugués.
En tanto, el defensor Sauro Tomá tampoco fue partícipe de aquel cotejo por una lesión en los meniscos y la insistencia de su esposa. En 2018 dejó este mundo como el último sobreviviente de Superga.
“Tenía problemas en la rodilla y el entrenador me aconsejó que me quedara en casa. Me sentí el hombre más desdichado de Turín”, explicó Tomá tiempo después. “Todo el Torino viajó a Lisboa, y yo me quedé en casa, lesionado”, añadió sobre cómo se sintió al no poder participar del encuentro.
Nunca pensó que esa lesión, que lo dejó solo en los entrenamientos del Stadio Filadelfia, le salvaría la vida para que pueda disfrutarla por otros casi 70 años. A pesar de que debía ser una jornada festiva para despedir a Ferreira, la tragedia golpeó la puerta y enlutó al fútbol italiano.
Benfica organizó el duelo, el cual finalizó 4-3 para los locales, con el fin de orquestar una gran celebración para su ídolo y capitán. No obstante, el mal clima hizo de las suyas y tras diversas investigaciones, se especuló que el fuerte viento desvió el eje de descenso del avión y la mala visibilidad generó el colapso con la iglesia.
Una realidad muy diferente
El fútbol nunca fue estático, sino que ha evolucionado con los años, al igual que los clubes con realidades adversas a épocas anteriores. En ese sentido, el Torino tuvo la mala suerte de cosechar su mejor etapa antes de que existiera la Copa de Europa, hoy conocida como Champions League.
Asimismo, el cuadro turinés no volvió a conseguir un dominio similar a nivel local y en la actualidad vive a la sombra de la Juventus, su clásico rival. Una vez que el quinteto italiano quedó en el pasado, tuvieron que pasar casi 30 años para que el Torino volviera a ganar la Serie A.
Obtuvo el título en la temporada 1975/1976, la que representaría su última consagración de liga y que se celebró en la misma Basílica de Superga en homenaje al Grande Torino. En tanto, durante este lapso de tiempo obtuvo las copas nacionales de 1967/1968 y 1970/1971; además de sumar una nueva edición en la temporada 1992/1993.
Para finalizar, a nivel internacional solo logró la extinta Copa Mitropa en 1990/1991 y su último título fue la de la Serie B en 2000/2001. En definitiva, la tragedia marcó a un club que, tras fundarse en 1906 y con apenas dos títulos en sus primeras tres décadas de vida (Serie A 1927/2918 y Copa Italia 1935/1936), apenas pudo disfrutar de su mejor generación.
Una etapa dorada que el destino preparó para otros planes y cuya tragedia de por medio, nunca le permitió volver a alcanzar un nivel semejante en tiempos modernos.
Una Italia solidaria
Los primeros homenajes se dieron por parte de la propia institución con actos oficiales para las víctimas. Por su parte, los diversos equipos que debían enfrentar al Torino en las últimas cuatro fechas del torneo local presentaron formaciones con futbolistas de la reserva.
En una muestra de profundo respeto, realizaron la misma acción que el club de Turín hizo para jugar los respectivos cotejos. Gracias a ese incondicional apoyo, lograron el quinto título consecutivo, el cual solo Tomá puedo presenciar.
Por otro lado, el accidente tuvo impacto en Vittorio Pozzo, entrenador del seleccionado italiano, quién conocía a la mayoría de los jugadores. A pesar de que el objetivo era revalidar el título mundialista, el destino le ofreció otro rumbo y el DT decidió viajar en barco a Sudamérica.
En tanto, en la cima de la Basílica de Superga se construyó un monumento a modo de mural en honor a los fallecidos en el accidente.
River, un aliado al otro lado del mundo
Como sucedió con varios homenajes para el Torino, sea en cancha como fuera de ella, en Argentina hubo un club que se sumó a la causa. River Plate organizó un partido amistoso contra el cuadro italiano con Antonio Vespucio Liberti a la cabeza, nombre oficial que lleva el Monumental.
Con el objetivo de conformar un encuentro a beneficio de los familiares de las víctimas, el Millonario viajó a Italia en pleno torneo doméstico. El conjunto argentino soportó 34 horas de ida y 42 de vuelta para unirse a la solidaridad del fútbol; mientras el plantel de reserva disputó el correspondiente cotejo del campeonato.
El espectáculo en suelo italiano finalizó 2-2 y se especula que hubo cerca de 50.000 espectadores, quienes presenciaron el nacimiento de un inquebrantable vínculo.
De hecho, esa relación se mantiene hasta la fecha, e incluso, el equipo de Núñez honró a su par italiano en 2019 con una casaca alternativa. La indumentaria poseía un predominio bordó y hasta contó con el escudo del Torino bajó la leyenda que los unió: #EternaAmicizia.
Mientras que, más recientemente, el Toro utilizó en 2021 una camiseta suplente blanca con una franja granate, que homenajeó a River y su fuerte amistad.
Un caso más que llamativo
Una de las víctimas del accidente fue el entrenador del club, Leslie Lievesley, quien ese año tomó las riendas del equipo, siendo esta su primera experiencia en Serie A. El ex jugador inglés perdió la vida a los 37 años y con una corta trayectoria como técnico, donde dirigió las divisiones juveniles del Torino. Además, estuvo al frente del seleccionado italiano durante los Juegos Olímpicos de Londres 1948.
Lo curioso del nacido en Inglaterra es que vivió tres accidentes aéreos previos a lo sucedido en 1949. Los dos primeros fueron en la Segunda Guerra Mundial, cuando se sumó a la Real Fuerza Aérea.
En tanto, el restante fue un año antes a Superga, como DT de las juveniles del Toro. En aquella ocasión, los frenos del avión fallaron al aterrizar en un aeropuerto pero un ala se enganchó en un hangar para que el vehículo frenara y todos se salven de una tragedia.
Otros accidentes que enlutaron al fútbol
Desde su existencia, el fútbol sufrió diversas tragedias, desde conflictos cercanos en estadios o inconvenientes con los vehículos terrestres. Incluso, aunque se sostenga que el avión es el transporte más seguro, se registraron varios acontecimientos que concluyeron como lo de Superga.
En Europa se recuerda mucho el accidente que involucró al Manchester United en 1958, cuando el avión se estrelló al despegar del aeropuerto de Múnich. El conjunto inglés acababa de clasificarse a la semifinal de la Copa de Europa pero no pudo festejar como correspondía.
El aeroplano realizó una parada en tierras alemanas para cargar combustible pero al poco tiempo de elevarse, la fatalidad se llevó 23 vidas, incluidos 8 jugadores y 3 directivos. Dos años después pasó algo similar con el seleccionado danés cuando 8 futbolistas fallecieron al momento que el avión quiso despegar en un aeropuerto de Copenhague.
En cuanto a Sudamérica, hay dos grandes tragedias que involucran a The Strongest de Bolivia y a Alianza Lima de Perú. La primera se conoce como la “Tragedia de Viloco” y sucedió en 1969.
Un avión que despegó en Santa Cruz con destino a La Paz se estrelló en una zona montañosa y fallecieron 74 personas, incluidos los 19 integrantes del club. En 1987, el luto alcanzó al fútbol peruano tras la caída al mar de un avión de la Marina de Guerra peruana.
Cerca de la localidad de Ventanilla, 43 personas fallecieron en el accidente, en el que se incluyen todas las vinculadas a la institución, los árbitros y la tripulación. En 2016 la conmoción golpeó a todo el continente con el trágico accidente que sufrió el Chapecoense de Brasil en el noroeste de Colombia.
El cuadro brasileño viajaba para disputar la final de la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional de Medellín cuando una falla eléctrica provocó el choque de su avión. Con 77 pasajeros a bordo, 71 fueron las víctimas de la tragedia y de los sobrevivientes solo 3 eran futbolistas del club.
El fútbol argentino no registró ningún incidente de esa índole pero sí lamentó la pérdida de Emiliano Sala en 2019. En un viaje de Francia a Inglaterra para firmar su nueva transferencia, el pequeño avión en el que viajaba desapareció y dos semanas después hallaron su cuerpo.