Este 1° de mayo se conmemora un nuevo aniversario de la violenta represión que sufrieron los obreros de la fábrica McCormick, entre abril y mayo de 1886, en Chicago, una ciudad industrial de Estados Unidos y con las peores condiciones laborales de aquel entonces. El ataque a los trabajadores, que dejó como saldo miles y miles de muertos, se produjo luego de que estos protestaran cansados de las extensas jornadas que iban de lunes a lunes y que llegaban hasta las 18 horas.
El principal de los reclamos, en tanto, consistía una reducción a ocho horas. “Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa”, era uno de los lemas que más pregonaban las filas de obreros anarquistas. De esta manera, poco a poco se fue gestando lo que terminó siendo una huelga masiva que se replicó en varios puntos del país. Con miles trabajadores adheridos a la causa, los patrones no tuvieron otra alternativa que “ceder” al reclamo.
Sin embargo, en McCormick la suerte no fue la misma. Ante la negativa de los dueños de la empresa de maquinaria agrícola, los trabajadores decidieron agruparse alrededor del edifico en el que funcionaba la fábrica. Minutos más tarde, la policía arribó al lugar para desplegar un operativo represivo y durante varios días se vivieron jornadas con una gran cantidad de heridos y muertes.
Como consecuencia, se produjo lo que hoy se conoce como el “atentado de Haymarket”, tras el estallido de una bomba que dejó miles de muertos. Por esto último, fueron responsabilizados y enjuiciados -sin pruebas- ocho trabajadores que pasaron a la historia obrera como los “Mártires de Chicago”.
El 1° de Mayo en Argentina
Los trabajadores argentinos, por su parte, no gozaban de una realidad tan distinta a la de aquellos obreros del país del norte. Acá también trabajaban mucho y ganaban poco, si es que tenían la suerte de tener alguna remuneración por sus labores. Y acá también fueron violentados cada vez que quisieron pronunciarse en defensa de mejores condiciones laborales.
Algunos registros históricos dan cuenta que la primera conmemoración de la fecha en Argentina fue en mayo de 1890, luego de que alrededor de dos mil trabajadores se agruparan en una plaza de Buenos Aires. Años más tarde, las celebraciones del 1° de Mayo culminaron con una represión policial contra obreros de línea anarquista, provocando decenas de heridos y muertos.
La celebración oficial, en tanto, llegó en 1930, cuando el presidente Hipólito Yrigoyen decidió establecer el 1° de mayo como “fiesta del Trabajo en todo el territorio de la Nación”, al considerar que era “universalmente tradicional” definir ese día “como descanso al trabajo”.
No obstante, tras el derrocamiento del radical, la dictadura que comandó el teniente general José Félix Uriburu dispuso de grandes dificultades para las marchas y actividades que el gremio de trabajadores pretendía realizar a fin de conmemorar la fecha.
Los años transcurrieron de esta manera, hasta que el peronismo arribó a la política argentina. El movimiento conducido por Juan Domingo Perón, que asumió en el año 1946 y a lo largo de su gestión se encargó de poner a los trabajadores en el centro de la escena.
Así, durante todos sus mandatos, en el día que honraba a la clase trabajadora se desarrollaron actos públicos con discursos de representantes de la CGT, Evita y hasta él mismo. Además, las jornadas festivas también incluían números artísticos de los que participaban Hugo del Carril, Antonio Tormo o los Hermanos Abalo.
La fecha que nos toca
Desde hace algunas décadas que les trabajadores argentines atraviesan un vaivén de emociones en relación a los derechos laborales. Azotades por reiteradas crisis económicas y testigues de recuperaciones que lograron incluso que el salario argentino sea el más alto de Latinoamérica, con la llegada de Javier Milei al poder, la clase trabajadora otra vez vuelve a sumergirse en el descontento.
Con sueldos que van muy por detrás de una inflación galopante y la supresión de conquistas fundamentales para un ejercicio digno, ahora surgirán otras complicaciones. Sobre todo, después de la media sanción que la Ley Bases obtuvo en Diputados y con la que el Gobierno libertario impulsa una reforma laboral.
Entre las medidas más alarmantes del proyecto, se encuentran la modificación de las multas por trabajo no registrado o mal registrado; o en el periodo de prueba, que paso de 3 a 6 u 8 meses o incluso un año, dependiendo la empresa.
En otro tramo, la Ley Bases también incluye la eliminación de la indemnización por despido y la habilitación a que empresarios y sindicalistas acuerden una nueva basada en el Fondo de Cese Laboral de la UOCRA. Otro punto preocupante es el recorte en licencias por maternidad, que pasan de 45 a 10 días.