En la antesala del 75º aniversario de la fundación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), su Secretario General, Jens Stoltenberg, reconoció que existe la posibilidad de que la alianza militar no pueda enviar el apoyo militar suficiente a Ucrania para sostener el combate contra Rusia.
Luego, en una conferencia de prensa conjunta con el Secretario de Estado del gobierno norteamericano, Antony Blinken, hicieron énfasis en los nuevos desafíos de la organización y proyectaron al Asia-Pacífico como un escenario de profunda disputa. Nota al Pie analiza las declaraciones de los altos funcionarios de acuerdo a la nueva estrategia de la OTAN en el marco de la crisis internacional.
La OTAN se anticipa: sin decisión política, Ucrania perderá
El pasado jueves, el máximo representante de la OTAN proyectó dos escenarios en Ucrania: con mayor apoyo militar y financiero, Kiev podrá recuperar territorios; sin él, Moscú continuará avanzando y conquistará nuevos territorios.
Según Stoltenberg, la situación es crítica y la clave está en la decisión política del conjunto de miembros de la alianza militar de profundizar el respaldo en esos dos niveles.
En el marco de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del organismo en Bruselas, el líder finlandés brindó una conferencia de prensa conjunta con Blinken e hicieron referencia a las perspectivas del espacio.
Stoltenberg le agradeció al gobierno estadounidense que conduce Josep Biden por continuar su liderazgo como nación soporte de Ucrania, y celebró el progreso de invertir el 2% del PBI nacional en Defensa.
Cuando la OTAN definió ese objetivo en 2014, tan solo tres países miembros lo alcanzaron; actualmente lo cumple “dos tercios” del organismo. No obstante, aclaró que esa cifra representa un “mínimo” y continúa siendo un desafío prioritario de cara a la Cumbre a realizarse en Washington en julio próximo.
Además, destacó que se reunirían con “sus socios del Asia-Pacífico” y planteó que la guerra en Ucrania demostró la correlación entre la situación de seguridad regional europea y la de aquella región.
El jefe de la OTAN hizo énfasis en el apoyo a la agresión rusa que Corea del Norte, China e Irán realizan, argumentando que el asunto de seguridad es “realmente global” y demanda un trabajo conjunto con sus socios de aquella región.
En tanto, Blinken agregó que los nuevos desafíos a nivel internacional exigen a la OTAN que “renueve los esfuerzos constantemente”. La situación de crisis producto de la disputa geopolítica no solo demandan coordinación política en Ucrania sino también en diferentes regiones.
Expansión societaria y debilidad en Europa oriental
No obstante el diagnóstico crítico sobre la confrontación en Ucrania, el saldo favorable de la OTAN en derredor del conflicto en Europa del este radica en su expansión. En efecto, en la Cumbre de Vilna en 2023 oficializó el ingreso de Finlandia y planea ratificar la membresía de Suecia en la edición de este año en Washington D.C.
De todos modos, el máximo desafío es la eventual incorporación de Ucrania. El gobierno ruso conducido por Vladimir Putin ha dejado en claro que en caso de que Kiev se una, escalará en la confrontación, dado que representa un avance formal sobre sus “líneas rojas”.
Sin embargo, tras la reunión de ministros de Asuntos Exteriores, el propio Secretario de Estado norteamericano reafirmó que “el futuro de Ucrania” está en la OTAN. En otro orden, el consultor del Departamento de Estado de Estados Unidos, Edward Luttwack, planteó que tanto Gran Bretaña, como Francia y los países nórdicos “ya se están preparando en secreto” para enviar tropas a Ucrania.
Según el experto, los países integrados a la alianza no tendrán otra alternativa que suministrar apoyo militar ya que, de lo contrario, la OTAN deberá afrontar una “derrota catastrófica”.
Asia-Pacífico: el desplazamiento de la región de disputa
Analistas militares coinciden en que un eventual despliegue militar francés en Ucrania resulta improbable por diferentes motivos. En primer lugar, plantean que la falta de apoyo político que obtuvo Emmanuel Macron ha expuesto su debilidad diplomática.
En segundo lugar, que el despliegue militar extranjero trae consigo el riesgo de una escalada por parte de Rusia que los líderes europeos no están resueltos a afrontar. En tercer lugar, Francia tiene capacidad enviar 30.000 tropas terrestres, un factor que no cambiaría el estado de situación a nivel operacional para Moscú.
En efecto, la mudanza de la confrontación al Asia-Pacífico anunciada por los altos mandos de la OTAN deja en evidencia el fracaso de la estrategia del Unipolarismo Financiero en Ucrania iniciada en 2014 a partir del EuroMaidan. Jeffrey Sachs, destacado profesor de economía en la Universidad de Columbia, criticó el rol de Estados Unidos en Europa oriental y tildó de “estúpida” la operación dirigida por Victoria Nuland.
Según los propios intelectuales norteamericanos, su reciente dimisión del Departamento de Estado representa el fracaso de la estrategia unipolar conducida por Washington.
Como contraparte, desde la Cumbre en Madrid en 2022 en la que calificó a China como una “amenaza sistémica”, la OTAN ha planteado la necesidad de expandirse hacia el Asia-Pacífico. El traslado del centro de gravedad económico del Atlántico Norte anglosajón al Asia-Pacífico oriental pone de relieve la necesidad de disputar el control de la zona.
Por los puertos ubicados sobre el Mar Meridional de China se desarrolla el grueso del comercio a nivel internacional, un escenario adverso para Estados Unidos y sus aliados.
No obstante, esquemas militares como el AUKUS y alianzas políticas como la sostenida con Tokio y Taipéi expresan una oportunidad para contener los planes de Beijing en su zona de influencia.
Crisis de liderazgo anglosajón
La mudanza de la confrontación internacional hacia el Asia-Pacífico deja en evidencia la incapacidad de la OTAN para enrolar al conjunto de sus miembros en la contención de Rusia.
El factor financiero y militar pesa sobre las espaldas de la administración demócrata de Washington, que en diferente ocasiones ha advertido la necesidad de que el resto de los miembros aumenten su esfuerzo.
El relevo de Estados Unidos por Francia en la conducción del conflicto representa un gran desafío con incierto desenlace pero un claro objetivo: evitar una derrota en Ucrania que envalentona a Rusia en su enfrentamiento con la OTAN.
Por si fuera poco, la burocracia de la Unión Europea es testigo del ascenso del bloque soberanista al este de Alemania. Este esquema, escéptico de la dirigencia europea occidental, gana grados de representatividad en países como Hungría, Eslovaquia, Serbia y Austria, lo cual pone en riesgo los intereses supranacionales concentrados en Bruselas debido a la precaria pero influyente articulación de estos países con el Kremlin.
Por otro lado, la disuasión nuclear extendida que Estados Unidos le ha proporcionado a sus socios europeos corre riesgo con una eventual victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.
El candidato republicano ha declarado que no se hará cargo de proteger a aquellos países que no cumplan con las pautas de gasto en defensa, incluso si son agredidos por Rusia.