En Argentina se profundiza cada vez más la crisis social y económica como consecuencia de las políticas de ajuste del Gobierno de Javier Milei. En este contexto, el sector cultural se puso una vez más en alerta ante una posible masiva ola de despidos en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Por este motivo, sus trabajadores salieron a defender a la institución que funciona desde 1810.
El pronunciamiento de les empleades se da en el marco de una ola de recortes en diferentes organismos nacionales, que dejan a miles de personas sin su fuente de trabajo. Mediante una carta abierta titulada “La memoria corre peligro”, se mostraron en contra de la decisión de vaciamiento de la entidad cultural más antigua e importante del país.
En esa línea, expresaron que la Biblioteca “precede, incluso, a la Nación Argentina. Por eso, entre otras cosas, es la memoria -nuestra memoria- la que está en riesgo”.
A su vez, alertaron en el documento que su “quehacer y funcionamiento está siendo vulnerado por estos días”. Asimismo, explicaron que la situación se produce “en el marco de un ataque gubernamental sistemático a la cultura, la ciencia y la educación argentina”.
Por todo ello, llaman a firmar a las “personas que trabajamos, producimos, consumimos y disfrutamos de la cultura en todas sus expresiones” en defensa del espacio. El escrito ya cuenta con más de 17.000 adhesiones.
El valor inconmensurable de la Biblioteca Nacional
Los despidos afectarían a alrededor de 120 y 300 trabajadores. Según trascendió, este jueves se conocería la decisión final por parte del Gobierno pero hasta el momento no hay nada certero.
Frente a la incertidumbre y la amenaza de despidos, les empleades remarcaron el valor que tiene la histórica institución. “Una entidad que con sus producciones y patrimonio disponibles custodia la historia, nos narra como pueblo, genera cultura y fortalece la soberanía argentina”, enfatizaron sobre la Biblioteca.
Por ello, le solicitan a les funcionaries del Gobierno nacional “la urgente revisión de esta situación en favor de la identidad nacional y el bien social”.
Por último, manifestaron que “un país sin cultura es otro modo, complementario a las políticas económicas, de condenar a sus habitantes al hambre”.
Sobre el espacio y su historia
La Biblioteca Nacional Mariano Moreno se creó en 1810, bajo los ideales iluministas y es, desde aquel momento, un emblema de la ilustración. De acuerdo a sus trabajadores, desde su fundación tuvo como misión “custodiar, registrar, preservar y difundir el patrimonio bibliográfico y documental que posee”.
En la actualidad, la Biblioteca cuenta con tres sedes; el Museo del Libro y de la Lengua; la Escuela de Bibliotecarios; y centros de documentación e investigación dedicados a diversos ámbitos de la cultura. Asimismo, tiene un programa de Derechos Humanos, un programa de radio, una editorial, y becas de investigación.
El establecimiento posee diferentes áreas equipadas con avanzada tecnología para la conservación del libro, la restauración, la microfilmación y la digitalización. Incluso, aseguraron que se brinda servicio de lectura y referencia especializada al público de manera presencial y remota.
Por otro lado, la Biblioteca realiza diversos eventos con un amplio contenido audiovisual para todos los gustos. También desarrolla investigaciones, diseños y publicaciones de catálogos y libros. Asimismo, catalogan y clasifican diversos materiales y soportes que visualizan la historia y la cultura argentina.
Cabe recordar que entre sus históricos directores se encuentran Paul Groussac, Jorge Luis Borges y Horacio González, quienes honraron el legado de Mariano Moreno, creador de la institución.
El apoyo de referentes de la Cultura
Frente a las amenazas de despidos, intelectuales, escritores, artistas, dibujantes, periodistas e investigadores de los campos de la ciencia, la educación y la bibliotecología firmaron la carta en defensa de la institución.
Algunes de elles son Guillermo Martínez, Beatriz Sarlo, María Rosa Lojo, Selva Almada, Claudia Piñeiro, Cecilia Roth, Juan Falú, Maristella Svampa, Rafael Spregelburd, y Rita Cortese. También se sumaron Liliana Herrero, Eduardo Stupía, Nora Domíngues, Lucas Adur, Leonardo Pitlevnik, Pía Bouzas, Horacio Altuna, Josefina Delgado, Liliana Escliar, Daniel Divinsky, Mariano Plotkin, Enrique Alcatena, Ángela Pradelli, Lucas Varela, Félix Bruzzone, Eugenia Zicavo y Felipe Pigna.
Les trabajadores sostuvieron que “la Biblioteca es una ciudad, un universo, sostenido por una comunidad de empleados altamente capacitados”. Por ello explicaron que de concretarse las medidas de despido se pone en riesgo el funcionamiento de la entidad y el mantenimiento de sus colecciones.