Un estudio llevado a cabo por especialistas del CONICET reveló que las larvas del mosquito transmisor del dengue pueden obtener oxígeno del agua. Este hallazgo ofrece nuevas perspectivas para mejorar las estrategias de control de este insecto, relevante también por ser portador de los virus del Zika y del chikunguña.
Hasta el momento se creía que las larvas del mosquito Aedes aegypti solo podían respirar oxígeno atmosférico. Sin embargo, la investigación, publicada en la revista Insects, demostró que son capaces de obtener oxígeno del agua.
El estudio contó con la participación de Agustín Alvarez-Costa, becario posdoctoral del CONICET en el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA, CONICET-UBA), quien realizó estadías en el Instituto de Investigación sobre Biología de Insectos (IRBI) de la Universidad de Tours, en Francia. También participó Soledad Leonardi, investigadora del CONICET en el Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET) con sede en Puerto Madryn, junto con Pablo Schilman, investigador del CONICET en el IBBEA, y Silvère Giraud, del IRBI.
Nuevos descubrimientos sobre el mosquito vector del dengue
«El resultado de nuestro estudio es sumamente novedoso, ya que históricamente y según la mayoría de los libros de biología, se afirmaba que las larvas de Aedes aegypti solo respiraban oxígeno atmosférico. Nuestro trabajo aporta evidencia útil para mejorar las estrategias de control de este mosquito», señaló Agustín Alvarez-Costa, uno de los investigadores, en un comunicado de divulgación.
«Un aspecto destacado de la investigación es que analizamos experimentalmente el consumo de oxígeno en distintas condiciones. Las larvas son acuáticas y hasta el momento se creía que su respiración se producía únicamente a través del intercambio de oxígeno con el aire. Esto implicaba que las larvas de mosquito debían estar en contacto con la superficie del agua. Siguiendo esta lógica, algunos métodos de control buscaban evitar este contacto, manteniendo a las larvas sumergidas. Nuestro trabajo sugiere que estos métodos podrían no ser tan efectivos como se pensaba», explicó Soledad Leonardi, otra de las científicas involucradas.
El ciclo del mosquito en el agua
Las hembras de los mosquitos Aedes aegypti depositan sus huevos en recipientes con agua, como baldes y contenedores. De estos huevos emergen las larvas, que pasan por la etapa de pupa antes de convertirse en mosquitos adultos voladores.
«Las larvas de Aedes aegypti poseen un órgano llamado sifón, que emerge sobre la superficie del agua para obtener oxígeno del aire y así vivir y desarrollarse. En nuestros experimentos, sumergimos larvas en agua sin acceso a aire (sin oxígeno atmosférico) y para nuestra sorpresa, sobrevivieron varios días. Eran capaces de obtener el oxígeno disuelto en el agua, algo que pudimos medir», explicó Álvarez-Costa.
Para llevar a cabo los experimentos, los investigadores utilizaron frascos cerrados con sensores de oxígeno. En estos frascos, colocaron larvas de Aedes aegypti completamente sumergidas en agua, sin acceso al aire atmosférico. «Medimos la concentración de oxígeno en el agua y notamos que las larvas estaban consumiendo el oxígeno del agua, lo que explicaría por qué pueden sobrevivir varios días sin tener acceso al oxígeno atmosférico», indicó.
Repensar nuevas estrategias de control
Una de las principales medidas para evitar la proliferación de los mosquitos Aedes aegypti es impedir la acumulación de agua en recipientes artificiales como latas, baldes, cacharros, lonas y otros objetos. También se realizan controles químicos, como la fumigación con termoniebla y productos que se aplican en los recipientes con agua contaminada por larvas.
«Uno de los productos históricamente utilizados como ‘método de asfixia’ son los aceites, que forman una película para impedir que la larva obtenga oxígeno del aire. Sin embargo, nuestro estudio sugiere que este método de control podría no ser efectivo a corto plazo, ya que las larvas de Aedes aegypti pueden sobrevivir varios días sin acceso al oxígeno atmosférico. Eso es lo que comprobamos en nuestros experimentos», destacó Álvarez-Costa.
«Si bien nuestros resultados cuestionan la efectividad de ciertos métodos de control de larvas, también revelan que el oxígeno atmosférico es crucial para completar el proceso de muda y desarrollo en pupas. Además, hay un efecto significativo de la temperatura en la supervivencia. Conocer estos aspectos clave de la biología de los mosquitos nos permitirá desarrollar nuevas estrategias de control», puntualizó Leonardi.