El director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI (Fondo Monetario Internacional), Rodrigo Valdés, participó en el evento IEFA Latam Forum en Buenos Aires, donde se pronunció acerca del gobierno de Javier Milei.
El representante del organismo ratificó el respaldo al ajuste del Gobierno, a partir del cual “se está logrando estabilizar la macroeconomía”. Además, celebró el aumento de las reservas del Banco Central y la “mejora” de la brecha cambiaria tras la devaluación.
Sin dudas, el cambio de gobierno hacia uno orientado al mercado genera mayor satisfacción en el FMI, comparado con la gestión anterior, que mantenía una postura de rechazo al ajuste del gasto social.
En cambio, la motosierra de Milei no tiene piedad frente a ningún sector, ni siquiera trabajadores y jubilades. Frente a esto, Valdes recomendó “mejorar la calidad del ajuste” reforzando la asistencia a sectores vulnerables y advirtió que los efectos del plan económico afectan severamente al sector productivo.
El FMI descarta un nuevo acuerdo
El representante del Fondo valoró positivamente el “ancla fiscal” y el cese del financiamiento del Banco Central al Gobierno, políticas que considera efectivas para bajar la inflación y aumentar el nivel de reservas en moneda extranjera.
No obstante, existe un punto de tensión con la gestión de Milei: el cepo cambiario. Valdes opinó que es necesario “calibrar los controles cambiarios” antes de eliminar las restricciones.
Por su parte, desde el Ejecutivo buscan avanzar cuanto antes en esta promesa de campaña. La recaudación a partir de la cosecha gruesa del campo en abril genera optimismo, pero necesitan aún más dólares frescos.
El presidente Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, mantuvieron una reunión con Valdés, con la esperanza de acceder a 10 mil millones de dólares. Para esto es necesario un nuevo acuerdo, que reestructure vencimientos y metas, pero el FMI lo considera “prematuro”.
El discurso de Milei
En su participación en el foro, el autodenominado libertario ofreció un discurso reciclando sus típicas intervenciones en defensa del empresariado allí presente. Como en discursos anteriores, realizó un diagnóstico de la situación económica heredada: alto déficit fiscal, desajuste monetario y riesgo de hiperinflación.
En contraste, repasó las medidas que tomó en sus primeros meses de gestión. Resaltó que para “evitar la hiperinflación” devaluó fuertemente el peso argentino y terminó con la emisión monetaria. Posteriormente, fijó el objetivo de déficit cero, el cual admitió que “tiene mucho de motosierra y mucho de licuadora”.
Incluso tuvo la osadía de sostener que su programa económico contempla la asistencia social, a pesar de que planea avanzar con miles de despidos, dejó de enviar alimentos a comedores comunitarios y logró gran parte del superávit fiscal licuando las jubilaciones.
Durante su discurso, descartó una nueva devaluación significativa, porque teme el efecto que pueda tener sobre la inflación. Sin embargo, tanto el campo como el FMI podrían presionar para actualizar el tipo de cambio.